El Gobierno ofrecerá créditos a pequeñas y medianas empresas con un plazo máximo de 10 años y una tasa fija subsidiada por el Ministerio de Industria que oscilará el 9 por ciento, para proyectos de integración productiva con otras compañías del Mercosur. Los préstamos se instrumentarán a través del Banco Nación y tendrán un monto tope de tres millones de pesos. En Industria estiman que en dos meses la línea ya estaría lista. Por su lado, los funcionarios del gobierno brasileño se comprometieron en armar un esquema similar para empresas de ese país a través del BNDS. Con este mecanismo, los gobiernos pretenden agilizar la instrumentación de herramientas financieras que impacten en la actividad regional de las empresas, frente al complicado fideicomiso que se anunció meses atrás y aún no logró consolidarse.

Con la integración productiva, se busca que las empresas ganen en competitividad al poder ampliar su escala de producción, incorporando consumidores de países vecinos. Para ello, funcionarios de los gobiernos de la Argentina y Brasil han mantenido sucesivas reuniones, incorporando también al sector privado, aunque los avances en la materia son todavía muy tímidos. Un sector que, indican en Industria, tiene especial proyección es el de petróleo y gas, de la mano de la expansión de Petrobras. “La integración productiva de las pymes permitirá disminuir las asimetrías que existen entre los países”, dijo la ministra de Industria, Débora Giorgi, al anunciar la iniciativa.

En el Programa de Apoyo a la Integración Productiva, el Banco Nación ofrecerá créditos a un máximo de 10 años con un monto tope de tres millones de pesos, a una tasa subsidiada por el Ministerio de Industria, que oscilará en el 9 por ciento, y con un plazo de gracia de hasta 12 meses. Para que una pyme pueda acceder a esta nueva línea, la cartera industrial evaluará el proyecto de inversión y, de aprobarlo, lo remitirá al Banco Nación. Los sectores más avanzados para presentar sus carpetas son el de madera y muebles, vinos, lácteos y el automotor.

Según aseguró Giorgi, sus pares de Brasil se comprometieron a replicar la herramienta en su país a través del BNDS. El lanzamiento de esta línea se explica por la dificultad que encontraron los gobiernos en la instrumentación del sistema de garantías para llevar adelante el anunciado fideicomiso de 100 millones de dólares a constituir entre el Banco Nación y el BNDS, que de todas formas aún sigue en pie.