El comisario Enrique Rubén Capdevila fue nombrado anoche como nuevo jefe de la Policía Federal, en reemplazo de Néstor Valleca, quien pasará a retiro junto a otros integrantes de la plana mayor. Como subjefe fue designado el comisario Alejandro Eduardo Di Nizo. Así lo dispuso la flamante ministra de Seguridad, Nilda Garré, lo que se convirtió en la primera medida –y de fuerte impacto político– en el área.

Capdevila, actual comisario mayor, se venía desempeñando como director general de Orden Urbano y Federal, en tanto Di Nizo lo hacía como director general de Coordinador Internacional.

El nombramiento fue realizado anoche por la ministra Garré, quien se reunirá hoy, a primera hora, con ambos jefes policiales para definir la nueva plana mayor de la fuerza, integrada por los futuros superintendentes.

Antes, el Gobierno había formalizado los primeros nombramientos en el Ministerio de Seguridad tras la asunción de Nilda Garré al frente de la cartera, entre ellos el de la fiscal Cristina Caamaño, quien secundará a la ministra.

A través de sendos decretos firmados por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y Garré, ayer fueron publicados en el Boletín Oficial tres designaciones en el flamante ministerio que desde el miércoles quedó separado de la cartera de Justicia y Derechos Humanos.

En el primero, que lleva el número 2015/2010, la fiscal Caamaño –que estaba a cargo de la investigación del crimen del militante Mariano Ferreyra– fue nombrada secretaria de Seguridad Operativa. En su debut como funcionaria del Ejecutivo, Caamaño siguió ayer con atención el accionar de la Policía Federal en la ocupación del Club Albariño de Villa Lugano (ver página 7).

En tanto, a través del decreto 2014 se formalizó a Gustavo Sibilla, quien era el segundo de Garré en el Ministerio de Defensa, al frente de la Secretaría de Planeamiento.

En el marco de las primeras designaciones adoptadas ayer pocas horas después de su asunción, la titular de Seguridad nombró también, mediante el decreto 2016, a Patricia Báez Rocha para desempeñarse como subsecretaria de Coordinación, un rol similar al que ya venía desempeñando en la cartera castrense.

En el primer día de gestión, la flamante ministra se abocó de lleno a la organización de esa cartera y se mantuvo alejada de la prensa.