Mar 04.01.2011

EL PAíS  › LA INVESTIGACIóN SOBRE LA REPRESIóN EN EL PARQUE INDOAMERICANO AVANZA SOBRE LA METROPOLITANA Y LA FEDERAL

La Justicia pone la lupa sobre la policía

Las imágenes de televisión y las pericias alimentan las sospechas sobre las armas que usaron las fuerzas de seguridad.

› Por Irina Hauser

En la fiscalía que investiga los asesinatos de Bernardo Salgueiro y Rosemary Churapuña durante el desalojo del Parque Indoamericano hay una multiplicidad de pruebas que comprometen tanto a la Policía Metropolitana como a la Policía Federal. Está confirmado –según aseguraron allegados a la investigación– que ambas fuerzas participaron de la represión y que sus respectivos agentes utilizaron escopetas que son compatibles con el tipo de proyectiles (de munición múltiple) que fueron hallados en los cuerpos de las víctimas y analizados por peritos de la Gendarmería. Los investigadores se basan en las imágenes tomadas por canales de televisión y por la propia policía, en las pericias hechas hasta el momento, las modulaciones del Comando Radioeléctrico, los relatos de testigos, los sumarios policiales internos y las directivas escritas (e ignoradas en este caso) de la Federal, entre los elementos centrales.

Así como al comienzo el gobierno porteño intentó instalar que la Metropolitana no había participado del despliegue represivo para de-salojar el Parque Indoamericano por supuestas falta de capacidad operativa, su ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, sostuvo ayer que “no hay ninguna posibilidad” de que su policía haya disparado balas de plomo. “No existen” en su equipamiento –dijo– “escopetas recortadas” o “la famosa Itaka”. Agregó que le hicieron saber al fiscal Sandro Abraldes que “no hay ninguna compra de balas de guerra, únicamente utilizan postas de goma”, insistió. En la fiscalía informaron que todos los planteos están en plena investigación, pero que aún así en los casos de Churapuña y Salgueiro son muchos los indicios de que los habrían matado balas policiales.

Entre las 260 armas secuestradas a ambas fuerzas –enfatizaron– hay escopetas que, aunque no sean de la conocida marca Itaka, pueden disparar municiones de plomo o de goma. Los proyectiles que mataron a Churapuña y Saldaña correspondían según Gendarmería a armas de 12 milímetros y –como ya informó Página/12– podían provenir tanto de escopetas policiales como de armas “tumberas”. Las balas eran similares entre sí a pesar de que los habían asesinado en extremos distantes del parque. Ambas víctimas eran inmigrantes, que no participaban de la gresca.

n En cuanto a la Metropolitana, las imágenes tomadas por la televisión y por la Federal muestran a cuatro agentes de la Metropolitana disparando en el puente de Escalada, desde donde se estima que balearon a Salgueiro, que estaba parado en un ingreso a la villa 20. Como desde allí también actuaron policías federales, el fiscal intenta cotejar los horarios en que cada cosa ocurrió. Hay una comunicación policial que acrecienta sospechas sobre los policías porteños, cuando los federales que estaban en Soldati informan a la Dirección de Operaciones que estaban “viendo gente de la Metropolitana disparando desde el puente”. Agregaban: “Hablen con Montenegro porque están generando otro conflicto”. En la fiscalía no dudan de que la Metropolitana ingresó al predio para reprimir.

n La Policía Federal tampoco tiene un escenario fácil. Abraldes investiga por qué los agentes que estaban en el lugar desoyeron la advertencia que Operaciones les dio por radio, en forma reiterada, de “no usar disparos” (de balas de goma) “ni agresivos químicos”. Pero tampoco se acató una directiva que en 2004 había firmado el ex jefe de la Policía Federal Néstor Valleca, que prohibía la presencia de policías de civil en este tipo de acontecimientos, ante un grupo indeterminado de personas. En este caso hubo 54 federales de civil (algo que alguien debió instruir), una elevada proporción si se tiene en cuenta que habrían participado alrededor de 300 policías. Uniformados y personal de civil también fueron captados por las cámaras reprimiendo con furia. De hecho, la violencia de los federales a la vista de todos fue uno de los factores que empujó la creación del Ministerio de Seguridad.

n La indicación de no disparar ni siquiera balas de goma regía, según razonan en la fiscalía, también para la Metropolitana. Hasta ahora, explican cerca de Abraldes, todo apunta a que el operativo fue conjunto (Policía Federal-Metropolitana) “a pesar de que ninguna autoridad se hace cargo de esa directiva”. La Justicia intenta identificar a los policías que agredieron y dispararon, pero también a desentrañar la planificación de los hechos.

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