Después de estar en coma durante trece días, murió un hombre que fue herido en medio de los incidentes del 23 de diciembre en la estación de Constitución. El Ministerio de Salud porteño informó que estaba internado en el Hospital Argerich, adonde ingresó con un traumatismo de cráneo y debió ser operado, pese a lo cual no logró recuperarse. El hombre habría recibido una pedrada en la cabeza. Fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación aclararon que hay un testigo que dice que a la víctima le quisieron robar.

En la cartera que conduce Nilda Garré identificaron al fallecido como Luis Enrique Pizarro Araya, de 60 años, de nacionalidad chilena. Detallaron que ingresó al Argerich en estado grave en la noche del 23, luego de ser encontrado caído en la esquina de Lima y O’Brien, es decir a pocos metros de una de las entradas laterales a la estación de trenes, sobre una de las cuadras donde hubo saqueos.

El fiscal Pablo Recchini recaratuló la causa judicial de lesiones a homicidio y ordenó realizar la autopsia del cuerpo, que ya fue trasladado a la Morgue Judicial para determinar la causa de la muerte. Por otra parte reiteró el pedido a los canales de televisión para que le envíen las imágenes de los incidentes en la estación de trenes en busca de alguna toma que pueda servir para identificar al agresor. Finalmente, dispuso que los testigos que declararon en la comisaría 16 se presenten ante la Justicia para chequear si presenciaron el ataque.

Por dichos de sus familiares, trascendió que el hombre era plomero, que no tuvo nada que ver con los disturbios sino que estaba de paso por Constitución para volver a su casa y que en la estación de trenes iba a encontrarse con una mujer. Algunos testigos ya declararon y dijeron no haber visto desde dónde salió la agresión.

En los incidentes ocurridos en Constitución a raíz de una protesta del Partido Obrero hubo por lo menos trece heridos que debieron ser trasladados a centros asistenciales. Doce de ellos fueron dados de alta casi de inmediato, es decir que el fallecido fue el único herido grave.

Los disturbios comenzaron por un corte de vías de siete horas en Avellaneda que realizaron activistas de Causa Ferroviaria, lo que produjo una interrupción total de los servicios en el horario pico y la reacción de los pasajeros.

La noticia sobre la existencia de un herido en estado reservado había trascendido a través del SAME, que lo llevó al Argerich, donde también fue internada una mujer de 66 años por golpes y una crisis nerviosa. En el Hospital Penna fueron atendidos por traumatismos en las piernas tres hombres de 18, 22 y 51 años.

La violencia se desató cuando, tras el corte de vías que paralizó el servicio de trenes, un pequeño grupo de jóvenes entró por la fuerza en la estación, que estaba cerrada. Levantaron la cortina de una entrada lateral y, una vez dentro, incendiaron tachos de basura, rompieron cabinas telefónicas y otras instalaciones de la terminal. La policía logró sacarlos, pero afuera siguió la violencia durante casi tres horas, con pedradas y robos a los negocios de la zona. Entrada la noche continuaron algunos disturbios menores.

La muerte de Pizarro Araya se conoció por la mañana, casi al mismo tiempo que la decisión del juez federal de Quilmes, Luis Armella, de procesar sin prisión preventiva a cuatro integrantes del Partido Obrero por el corte de las vías (ver aparte).