EL PAíS
› DECENAS DE MILES DE PERSONAS MARCHARON EN EL FORO SOCIAL DE PORTO ALEGRE
Cinco kilómetros contra Bush y el ALCA
Como el día previo a la apertura del Foro Social, decenas de miles de personas
de todo el mundo se volcaron ayer a las calles de Porto Alegre para expresar su ruidosa y colorida oposición a la guerra y al ALCA.
› Por Eduardo Tagliaferro
Página/12
en Brasil
Desde Porto Alegre
La calle es uno de los lugares de lucha en el que los participantes del III Foro Social Mundial más cómodos parecen hallarse. El mismo camino que la multitud recorrió el día de la inauguración del evento, ahora fue transitado en el camino inverso. Aunque la movilización tenía como principal consigna el repudio al ALCA, el rechazo a la guerra en Irak fue una constante que la mayoría de los grupos hicieron suyo. Decenas de miles y miles consiguieron hacerse escuchar durante los casi cinco kilómetros de manifestación.
Jóvenes, viejos, mujeres, niños y hombres de todas las condiciones sociales ponían todo su esfuerzo en los gritos contra la guerra. Lo hacían como si el propio presidente norteamericano George Bush pudiera escucharlos. Transitando junto a la movilización, el intelectual norteamericano, Noam Chomsky, caminaba acompañado de tres fornidos “hombres de negro”. Es que la seguridad fue uno de los ausentes y a varios expositores les tocó sobrellevar algún momento de incertidumbre. Apenas unas horas antes de la partida de la marcha hubo una amenaza de bomba, que obligó a evacuar el predio de la Universidad Católica Pontificia.
Bush fue ridiculizado de todas las maneras imaginables. Fotografiado al lado de Adolf Hitler haciendo el saludo nazi, o vestido de alienígena como decidió personificarlo un manifestante que portaba un cartel que decía: “Bush no es humano”. Había sido Chomsky quien horas antes de esta manifestación explicó los motivos de la protesta: “Si ellos (Estados Unidos y Gran Bretaña) logran hacer esta guerra sin un alto costo político, ya comenzarán a planificar la próxima”, dijo.
“Marcha contra la guerra y el ALCA”, decía el enorme cartel que marcaba la cabecera de la movilización. No eran personalidades conocidas sino manifestantes de los movimientos sociales los que marchaban en primer plano. Banderas palestinas, cubanas, argentinas, paraguayas, chilenas y brasileñas acompañaban el estandarte que guiaba el camino. Lejos de protestar, los vecinos de Porto Alegre que sufrían el bloque de sus avenidas, saludaban sonrientes tocando sus bocinas. “Por azar yo no estoy de ese lado de la calle. Ellos también están marchando por mí”, dijo a este diario Ricardo, el conductor de un pequeño auto azul que no paraba de saludar a los participantes.
El punto de partida fue el Estadio Gigantinho del club Internacional de Porto Alegre, uno de los sitios donde se realizaron las deliberaciones. Incluso un grupo de la torcida del club se sumó entusiasta a las columnas. No por casualidad la mayoría de los militantes del PT se identifican con la casaca roja del Inter.
Uno de los grupos más ruidosos fue el que se encolumnó detrás de las banderas de la “Marcha Mundial de Mujeres”. Sus cánticos repudiaban la violencia contra la mujer. Los más numerosos sin duda eran los miembros del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, tal vez una de las organizaciones sociales más fuertes de todas las que participan del Foro Social.
La mayoría de los argentinos venían detrás de los que portaban el cartel de la “Autoconvocatoria contra el ALCA”. El Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, y el economista Julio Gambina, del consejo académico de Attac, eran algunos de los que sostenían la pancarta. Antes había marchado Hebe de Bonafini con los miembros de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Los chilenos sumaron una pequeña coreografía a sus banderas. “Hay que ver al gobierno de (Ricardo) Lagos, hay que ver las vueltas que da. El pueblo camina para adelante y el gobierno camina para atrás”, cantaban mientras danzaban. Una enorme bandera venezolana identificaba a los que marcharon como grupo solidario con Venezuela. “El pueblo es fuerte, no teme la lucha, no teme la muerte”, era la consigna que expresaban sus cánticos. Los vendedores ambulantes intentaban con escaso éxito colocar las últimas casacas verde amarelas con el número nueve en las espaldas y el nombre de Ronaldo, cuando irrumpió la columna de la juventud de la CTA, que desde su estandarte reclamaban: “Ningún chico con hambre en Latinoamérica”. Entre los argentinos también marcharon piqueteros de Barrios de Pie, del Movimiento Tierra y Liberación y del MST, quienes decidieron aportar su propio folklore insistiendo con “que se vayan todos”.
Los integrantes del movimiento Vía Campesina afirmaban que “la reforma agraria es una lucha de todos” y hasta se pudo ver a un desempleado que paseaba un carrito de autitos confeccionados con botellas de plástico de una gaseosa. El paseo también incluía la oferta de cada unidad. Cuando la columna llegó al lago Epatur, comenzaba el fin de la marcha y el comienzo del acto. Al cierre de esta edición, cuando los oradores todavía no habían comenzado con sus palabras, se desarrollaban distintos números musicales. El campesino boliviano Evo Morales, que se encuentra negociando con el gobierno de Bolivia un acuerdo para destrabar el violento conflicto que los enfrenta, envió una nota en la que se disculpaba por no poder asistir. Igualmente reivindicó “la lucha contra el Imperialismo, por la tierra, la hoja de coca, el agua y contra el ALCA”.
Aunque la música siga siendo la misma, los movimientos sociales continúan tratando de tocar la tecla que ponga fin a una ofensiva que como nunca antes está poniendo al mundo al borde de una aventura que pocos quieren. Mañana (por hoy) los organizadores darán el cierre formal con un balance del III Foro Social y los movimientos sociales harán su propio balance en los distintos talleres de los que participarán. A la noche, el anfiteatro Por do Sol se convertirá en una verdadera discoteca en la que distintos DJs harán su rutina buscando hacer bailar a la multitud.
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