EL PAíS
› KIRCHNER VA A BUENOS AIRES Y QUIERE LANZARSE CON TODO
En pos de una foto junto a Chiche
El martes, el candidato oficialista hará su primer acto como tal en Lanús. Estará junto a Solá. Y quiere que la primera dama esté junto a él. El objetivo es reforzar su presencia en los sectores más humildes del PJ. Ayer se reunió la mesa nacional del nuevo espacio. La ronda por el vice.
› Por Diego Schurman
El Gobierno busca integrar a Chiche Duhalde a la foto que el martes retratará juntos a Néstor Kirchner y Felipe Solá. Ese día los candidatos oficiales a la presidencia y la gobernación bonaerense compartirán un acto en Lanús y el duhaldismo está convencido de que la sola presencia de la primera dama potenciará las chances de ambos. Pero para que ello suceda, la coordinadora de Política Sociales primero deberá aceptar formalmente ser la número dos del mandatario provincial.
El factor “Chiche” no es un tema menor en Gobierno. La presentan como “prenda de unidad” del peronismo bonaerense, lo que a buen entendedor significa tener capacidad de contener a aquellos duhaldistas díscolos que no terminan de digerir la candidatura de Solá.
El microestadio de Lanús no es un escenario cualquiera. Está en el territorio de Manuel Quindimil, el intendente que no duda en adular a la primera dama como los futboleros a Maradona. Quindimil fue, para los desmemoriados, uno de los mascarones de proa del proyecto continuista de Duhalde en el poder y durante mucho tiempo un hombre renuente al proyecto Solá-gobernador.
Pero Chiche no es sólo un remanso para los bonaerenses sino también una presencia “grata” para el propio Kirchner, según admitieron a Página/12 referentes del gobernador santacruceño.
Anoche se evaluaba en Gobierno que la asistencia de la primera dama en Lanús era “altamente probable” si se cumplía con un cronograma que ella misma había confeccionado y que concluiría el lunes con una conferencia de prensa dándole el sí a Solá, el hombre al que las mujeres –según sus propias palabras– nunca le dicen que no.
Kirchner sabe de su aporte en la campaña, sobre todo en los sectores bajos de la provincia, donde supo hacer un trabajo de red –que muchos denuncian como clientelista– a través de las manzaneras, primero, y de la entrega de subsidios para jefas y jefes de familia, después.
Las encuestas muestran que es en esa franja donde Kirchner presenta mayores dificultades, ya que Carlos Menem, y en algunos casos Adolfo Rodríguez Saá, le sacan algunos cuerpos de ventaja. Como el santacruceño “mide” mejor en la clase media, la foto con Chiche podría ayudarlo a traccionar votos de los sectores bajos.
Si bien Kirchner dice no estar pendiente de las encuestas, ayer no se cansó de analizar dos que le hizo llegar su entorno. Una pertenece a Hugo Haime, encargada por el menemismo, y muestra una amplia diferencia a favor del ex presidente respecto al resto de los postulantes. También llegó a las manos del candidato oficial un sondeo de Julio Aurelio en el que lo muestra prácticamente en un empate técnico con Rodríguez Saá. De todos modos, cerca del santacruceño prefieren explicar los números con imágenes. “Antes teníamos el síndrome de la suegra. Decían que Kirchner es un buen muchacho, pero... En cambio, ahora que acordamos con Duhalde nos ven con buenas chances de conquistar a la gente”, dijeron a Página/12 desde el comando de campaña.
–¿Pero no manejan números concretos? –preguntó este diario.
–Antes de nuestro acuerdo con Duhalde, Menem tenía el 45 y nosotros apenas el 2 por ciento de adhesiones. Hoy la relación es de 40 a 35. Después de la campaña por la provincia de Buenos Aires que empezamos el martes veremos qué pasa.
En esas cifras, y también en la necesidad de polarizar con su enemigo número uno, se explicaba ayer la afirmación de Kirchner según la cual se veía enfrentando a Menem en un ballottage, pese a que su mujer imaginaba en ese lugar no al ex presidente sino a Rodríguez Saá. Las especulaciones se dieron un recreo cuando el santacruceño conversó telefónicamente con su jefe de campaña, Alberto Fernández, sobre las palabras de Luiz Inácio Lula da Silva. La prensa brasileña publicó que su presidente pronosticó que Kirchner será el próximo mandatario argentino (ver nota aparte)
El evidente entusiasmo del kirchnerismo no sólo se relacionó a la disputa que mantiene el sector con la titular del ARI, Elisa Carrió, por el espacio “progresista” sino también por el “vuelo regional” que la frase de Lula le daba al candidato oficial.
Tras el recreo volvieron las especulaciones. Esta vez sobre un clásico: quién será candidato a vicepresidente. Fernández habló bien de todos los aspirantes mencionados en los medios, especialmente del gobernador jujeño Eduardo Fellner, y del ministro de Economía, Roberto Lavagna.
“Fellner es un hombre muy reconocido en la provincia y en el norte y ha sorteado situaciones muy difíciles. Y Lavagna ha logrado poner en orden una situación económica y llevar tranquilidad”, dijo salomónico.
Claro que además de esos dos nombres hay otros tres que están en el candelero: el ministro de Justicia, Juan José Alvarez y los intendentes Julio Alak (La Plata) y Alberto Balestrini (La Matanza), conocidos en su momento como los Tres Mosqueteros por una vieja alianza que los hizo protagonistas de un polo de poder distrital.
Por ahora Kirchner, como el Gobierno, se conforman con una foto con Chiche.
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