EL PAíS › LO QUE HAY QUE SABER SOBRE LAS POLEMICAS LISTAS COLECTORAS
Ante las incógnitas y la controversia que generó en los últimos días la posible implementación de ese esquema, Página/12 consultó a especialistas en materia electoral. Aclararon en qué casos y cómo se podrá utilizar ese sistema.
El debate desatado en la última semana en torno de las listas colectoras colocó en el ojo de la tormenta a algunas de las características menos conocidas de la ley de partidos políticos. Página/12 consultó a los especialistas en la materia para que aclararan los principales puntos de la polémica, entre otros si el esquema de colectoras está prohibido o cuál es la situación electoral del diputado de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella.
Una boleta colectora es la combinación de candidaturas de diferentes partidos en distintos niveles de elección. Pueden ser varios gobernadores que “colectan” para un mismo candidato a presidente, o varios intendentes que colectan para un mismo candidato a gobernador. De acuerdo con el apoderado del PJ, Jorge Landau, “es la forma de instrumentar acuerdos parciales cuando no es posible un acuerdo total”.
Por ejemplo: en Santiago del Estero, tanto el gobernador radical Gerardo Zamora como el PJ de la provincia apoyan a Cristina Fernández. Así, en el orden local ambas fuerzas políticas competirán entre ellas pero en el orden nacional darán su apoyo al mismo postulante.
No. Una lista espejo contiene las mismas candidaturas que otra, pero a favor de distintos partidos: son listas gemelas con distinto sello partidario. Las listas espejo están expresamente prohibidas por la nueva ley de partidos políticos.
No las permite ni las prohíbe dado que constituyen una “tierra de nadie” legal entre la legislación nacional y la provincial. Cuando tienen lugar elecciones simultáneas en dos niveles, la ley nacional no impide el apoyo de más de una lista provincial a una misma fórmula nacional. Lo mismo ocurre a la inversa: la ley provincial no puede impedir que un candidato nacional acuerde el apoyo de varias nóminas provinciales. Esto pasa porque –en palabras de la Dirección Nacional Electoral– “no se pueden legislar candidaturas de diversos niveles en una misma norma”.
El director nacional electoral, Alejandro Tullio, aseguró por estos días que la nueva ley “no prohíbe las colectoras, pero las dificulta”. Anteriormente, un frente electoral podía presentar varias listas separadas. Ahora no: todos aquellos que confluyan en un mismo frente deberán competir entre sí, y quienes pierdan serán “absorbidos” por el que gana. En otras palabras, aquel que resulte ganador de la interna representa a todo el frente, y no podrá haber dos listas en un mismo partido en un mismo nivel. Es posible, en cambio, que existan en niveles diferentes: uno provincial y otro presidencial.
Por ejemplo, el Movimiento Popular Neuquino –un partido provincial– no cuenta con la capacidad jurídica para postular candidato a presidente, pero bien puede integrar el frente nacional que lleve a la presidencia a Cristina Kirchner y al mismo tiempo presentar sus propios candidatos provinciales.
Debería negociar la alianza con el PJ, el partido que lleva a la jefa de Estado. Si el peronismo aprueba el frente, el ex intendente de Morón tendrá derecho a llevar en su boleta a CFK a presidenta y ser, al mismo tiempo, candidato a gobernador con la denominación de Nuevo Encuentro. De no llegar a un acuerdo, la boleta que presente en octubre tendrá únicamente candidatos locales (a intendentes) y provinciales (a gobernadores).
Para conformar una alianza hacen falta al menos dos partidos de orden nacional que tengan la aptitud de presentar candidatos a presidente. Es un acuerdo que incluye aspectos económicos y políticos, además de un programa de gobierno, y que tendrá que ser aprobado por el juzgado que conduce María Romilda Servini de Cubría.
Por ejemplo: el FpV, el Partido Intransigente, el Frente Grande y el Partido Humanista planean pasar a integrar la alianza que presente la candidatura nacional de Cristina Kirchner, por lo que deberán constituir un frente sesenta días antes de las primarias del 14 de agosto.
Sí. Cualquier frente que quiera participar en octubre, deberá alcanzar en agosto el 1,5 por ciento de los votos emitidos. Un ejemplo: en las provincias en las que Libres del Sur no alcance los requisitos exigidos por ley, el partido no podrá postular candidatos locales, si bien al ser un partido con personería nacional podrá presentar en todos ellos la boleta de Proyecto Sur que lleva a Fernando “Pino” Solanas como candidato a presidente.
La boleta única terminaría con el “efecto arrastre”, dado que con ella los ciudadanos deberán pensar cada opción individualmente en el cuarto oscuro. Algunos camaristas electorales sostienen, incluso, que una boleta así resolvería los reiterados problemas de fiscalización de los partidos más chicos. Sin embargo, existen dos obstáculos: el primero es que, al menos en principio, representará una molestia para los votantes. “La boleta única que se estrena en Santa Fe va a tener el tamaño de una hoja A3 y se esperan varios reclamos de gente con problemas visuales”, reveló por lo bajo uno de los especialistas consultados. El segundo es político: hay una fuerte resistencia de los partidos tradicionales y los caudillos locales a abandonar el actual sistema de papeletas individuales. La fuente concluye: “No hay forma de armarla a las apuradas. Hay que pensarla e implementarla de a poco”.
Landau sostuvo que las experiencias de boleta única en Santa Fe y Córdoba “van a ser muy interesantes para sacar conclusiones sobre facilidades y dificultades del sistema”. Sin embargo, el apoderado del PJ advirtió que “reformas de estas características no deben plantearse en años electorales sino más a largo plazo. Habrá que esperar a ver qué sucede este año y hacer un balance”.
Informe: Federico Poore.
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