A medida que se acortan los tiempos y la tendencia a favor de Cristina Fernández de cara a octubre se mantiene, los opositores barajan nuevas estrategias, que muchas veces entran en colisión con lo que ellos mismos pensaban o decían poco tiempo atrás. Tal es el caso de Eduardo Duhalde, que ayer convocó a la unidad de toda la oposición para evitar una victoria de la Presidenta en primera vuelta, cuando hasta hace pocas semanas se manifestaba convencido de que no sería candidata.

“Tenemos que unirnos porque si no, Cristina saca el 40 por ciento y nos gana”, dijo Duhalde durante una cena con productores rurales en Entre Ríos, una de las provincias donde este fin de semana se realizarán las internas del Peronismo Federal. “Los kirchneristas se juntan todos los días” con representantes de diversos sectores –justificó–. “Hay que tener el mismo instinto si uno quiere cambiar el país.”

Tal como anticipó Página/12, el duhaldismo propone un compromiso entre todos los sectores de la oposición para llegar a las primarias del 14 de agosto con un acuerdo programático y que en esa instancia la ciudadanía vote una de las fórmulas opositoras, que se presentaría con el apoyo de todas las demás para enfrentar al kirchnerismo en octubre. “Que la gente elija en una semifinal al ‘campeón de la oposición’ para que enfrente a Cristina”, aclaró un allegado a Duhalde. Sería un sistema donde “el que gana se lleva todo y el resto acompaña”, explicó.

Ese armado acepta explícitamente que Cristina Fernández será la candidata oficialista y que, hoy por hoy, la perspectiva es que está cerca de ganar en primera vuelta. Duhalde decía hasta hace poco que la Presidenta ni siquiera sería candidata. No es la primera vez que el caudillo de Lomas de Zamora vuelve sobre sus palabras. Sin ir más lejos, luego de abandonar la presidencia interina de la Nación en manos de Néstor Kirchner sostuvo durante años que estaba “retirado” de la política y ahora está embarcado en una nueva campaña presidencial.

Quien salió al cruce de Duhalde fue Felipe Solá. Su por ahora socio dentro del PF sostuvo que “lo peor sería unirse por temor a perder”, porque si faltan coincidencias ideológicas y políticas “después va a ser difícil gobernar” en caso de que la entente opositora accediera al poder. “Nosotros tenemos una misión ahora, que es no acordar por miedo –analizó en un comunicado de prensa–. No se trata de unirse para no perder, eso es lo peor que se podría hacer, porque después hay que gobernar, y gobernar va a ser difícil si nos unimos por las malas razones.”

El también precandidato viene hace tiempo coqueteando con la posibilidad de abrirse de los disidentes y formar un acuerdo entre muchas fuerzas, pero más acotado. En su mente, los espacios a converger incluirían a sectores de centroizquierda (así se refiere a la Coalición Cívica), del radicalismo, del “centro del macrismo” y del Peronismo Federal. Sin embargo, reconoció que todavía no mantuvo conversaciones en ese sentido ni lo hará hasta tanto no se aclare la situación dentro del justicialismo disidente. “Tengo que resolver mi situación en el Peronismo Federal, en donde hay dos candidatos que están haciendo una preinterna, antes de poder hablar de unidad con otros sectores”, concluyó.