Mientras el macrismo intentaba dar ayer una imagen de consenso partidario acerca de los lineamientos de la campaña electoral y el acto con que Mauricio Macri presentará el lunes próximo a todos los candidatos que lo acompañarán en la búsqueda de su reelección como jefe de Gobierno de la ciudad, la verdadera tensión del PRO estaba puesta en la disputa por el armado de la lista de legisladores porteños, donde el rabino Sergio Bergman y el peronista Cristian Ritondo peleaban por ver impreso su nombre en el primer lugar en la boleta. El religioso –que tendría el respaldo de Macri– cree contar con cierta ventaja para volcar la pulseada a su favor, a pesar de la resistencia que presentan los legisladores que quieren retener los primeros lugares para gente “del riñón partidario”.

Tras la reunión de gabinete, Macri presidió ayer otro encuentro en los que se debatieron los lineamientos centrales de su campaña reeleccionista. Allí estuvieron, entre otros, su compañera de fórmula, la ministra María Eugenia Vidal, el estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba y Marcos Peña. Allí también comenzó a organizarse el acto del lunes en el microestadio de Ferro, donde Macri posará junto a todos sus candidatos en la ciudad.

Pero no pocos dirigentes macristas tenían puesta la vista y los oídos en la disputa por la lista de legisladores, que se negociaba en distintos ámbitos con dos posturas enfrentadas. Por un lado, quienes aspiran a ampliar la base electoral de El Jefe y proponen llevar a la cabeza de la lista de diputados porteños al rabino Bergman le reservan un lugar de privilegio para Lía Rueda, de la ONG Conciencia, y hasta quieren incorporar a la lista a Federico Young, recordado por compartir seminarios con la lobbista castrense Cecilia Pando.

Por el otro, una larga lista de legisladores, 14 para ser más precisos, que aspiran a su reelección. Cerca de Ritondo afirman que el peronista no pelea por primer lugar, pero los legisladores ven con agrado que el peronista encabece la lista para no quedar desplazados y con menos chances de retener su banca. “Que vaya por una colectora”, dicen sobre Bergman, mientras intentan sin suerte llevar su reclamo hasta el propio Macri.