EL PAíS › EL TITULAR DE LA CGT, HUGO MOYANO, ASEGURó QUE NO HAY PLAN B SI CRISTINA KIRCHNER NO ES CANDIDATA
Moyano se presentó en un reportaje abierto de estudiantes de periodismo en su primera aparición luego del discurso de la Presidenta en José C. Paz. No quiso hablar sobre ese mensaje, pero se mostró alineado con el Gobierno.
› Por Nicolás Lantos
“Yo no veo la posibilidad de que Cristina no se presente. Y si así fuera no creo que nadie pueda suplantarla.” A cinco días del discurso de la Presidenta en el que hizo públicas sus diferencias con algunos sectores del sindicalismo, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, evitó referirse de forma explícita a ese tema (amparado en que la central obrera aún no se ha dado una discusión orgánica al respecto), pero dio muestras de apoyo contundente a Cristina Kirchner. Por otra parte, descartó tener aspiraciones electorales este año, pero dejó abierta la opción de optar a algún cargo ejecutivo en el futuro. Eso sí, aclaró: “No sirvo para ser número dos, o soy número uno o no soy nada”.
Ante un auditorio conformado, en su gran mayoría, por estudiantes de periodismo, Hugo Moyano parecía algo incómodo: se notaba que no era una situación a la que estuviera habituado. Se comprobó desde el comienzo, cuando inició su presentación con el clásico “compañeros” y luego se corrigió con un “chicos, chicas, profesores, señoritas”, paneando la abarrotada Aula Magna de la Universidad de Palermo con la mirada. “Bueno, es que estoy acostumbrado a hablar entre compañeros”, explicó.
Acompañado por el dirigente de canillitas Omar Plaini, que oficia como su vocero, y por el coordinador de Prensa de la CGT, el ex árbitro Guillermo Marconi, Moyano contestó casi un centenar de preguntas que realizaron los estudiantes por escrito, además de algunas que acotó Marconi y el periodista Pablo Mendelevich, organizador del ciclo en el que estaba enmarcada la charla.
“Por ahora no tengo intención de ocupar ningún cargo político”, sostuvo el dirigente ante la pregunta obligada sobre sus aspiraciones de cara a octubre. “Cuando era diputado bonaerense no me gustaba, quería que terminara el mandato”, recordó su paso por la Legislatura provincial en la década del ochenta. “Un cargo ejecutivo es distinto –sostuvo–, pero por ahora no se me ha despertado el interés.” De todas formas, le dio su respaldo pleno a Cristina Kirchner, a quien calificó como “imprescindible” en este período.
“El kirchnerismo es una etapa importante en la vida del país”, sostuvo el camionero, que a la hora de señalar críticas agregó que le habría gustado “que el mínimo no imponible fuera un poco más alto”. Destacó la realización de paritarias (“un invento de Perón”) y cuando lo consultaron sobre el tema dejó caer una ironía sobre el auditorio: “No sé si hay acá algún trabajador o hijo de trabajadores, pero quienes lo sean sabrán que es una herramienta valiosísima”, sostuvo. La sala quedó en silencio por unos segundos.
También refutó algunos lugares comunes que se esparcieron durante los últimos días. “Yo no he sentido que me hayan soltado la mano, porque nunca me tuvieron agarrado”, dijo. Y que “hay un porcentaje importante de trabajadores que pertenecen a la clase media, por su nivel adquisitivo y de consumo”, por lo que no siente que tenga mala imagen entre ese estrato. “No es lo mismo la opinión pública que la opinión publicada –completó–. Si fuera por lo que sale en los diarios, Bin Laden al lado mío es Don Bosco.”
En las butacas, algunos tomaban nota, pero la mayoría grababa la charla con modernos aparatos electrónicos mientras tomaba fotos con sus Blackberries. La siguiente pregunta lo inquiría sobre su supuesta condición de piantavotos. “El día que sea candidato vamos a ver si lo soy”, aplazó la respuesta. Luego sostuvo que “no hay ninguna negativa del Gobierno a tratar la ley de reparto de ganancias de las empresas”, aunque sí distintas alternativas de cómo aplicarla, que se están discutiendo. Esa reivindicación “es irrenunciable”, porque figura en la Constitución, aclaró.
Sobre el final, Moyano se detuvo un buen rato a aclarar que no es cierto que apostaría a desestabilizar si ganara un gobierno que no sea peronista. “No es una cuestión de color político, sino de las iniciativas que se lleven adelante –aseguró–. Si asume quien asuma, merece respeto la voluntad del pueblo. Ahora, si empiezan a aplicar políticas contra los trabajadores, nosotros vamos a estar en contra sea quien sea que esté en el gobierno.”
Una vez concluida la charla (con varios huecos en la sala, que en un comienzo estaba repleta), los noteros de televisión que habían esperado, agazapados, durante casi dos horas, se arremolinaron alrededor del dirigente intentando sacarle alguna definición sobre el entredicho con Cristina Kirchner, pero no tuvieron éxito. Habrá que esperar hasta el jueves, cuando la conducción de la CGT se reúna para debatir el tema, para tener la respuesta oficial del sindicalismo al discurso de Ituzaingó.
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