Desde La Rioja

Después de que el resultado final se conociera bien avanzada la madrugada del lunes, Luis Beder Herrera se mostraba ayer a la mañana tan exultante y alegre como cuando a las 21 del domingo se proclamó vencedor en la elección que lo confirmó como gobernador de La Rioja por otros cuatro años. “Fue contundente, hemos ganado con el 67 por ciento y le sacamos casi 50 puntos al segundo”, repetía esta vez en un cómodo y amplio salón de la residencia que el gobernador tiene dentro del centro administrativo que ocupa la vieja sede de la universidad. En esta entrevista con Página/12 defendió el sistema de múltiples colectoras que le permitió alzarse con la elección, pero afirma que prefiere una lista única en la provincia para las primarias de agosto. Volvió a embanderarse con la política del gobierno nacional y se alegró de que Carlos Menem haya manifestado su respaldo a la Presidenta: “Que tu más acérrimo enemigo reconozca los méritos habla bien del proyecto”, sentenció. También reivindicó el “modelo riojano” y se manifestó a favor de la explotación minera a cielo abierto en la provincia, pero “no con el tres por ciento de regalías”. “Si yo estuviera al lado del mar con la soja que me tapa, no estaría hablando de minería”, se justificó.

–El domingo se proclamó ganador con apenas el siete por ciento de las mesas escrutadas pero afirmó que vencería con el 66 o 67 por ciento. Finalmente, ganó con el 67,2: ¿acertó o tenía números muy precisos?

–Por supuesto, nosotros hablamos por teléfono con todos los líderes del interior y ya teníamos más o menos los números. Pero fue por más, yo dije que habíamos sacado 45 puntos de ventaja pero le sacamos casi 50 al segundo, 60 al tercero. Es una elección contundente, que también nos compromete mucho, nos responsabiliza y que yo deseo compartir con el gobierno nacional, que es un paraguas que tenemos, por lo menos para las provincias del Norte. Aunque hemos tenidos proyectos propios, en nuestra línea: desarrollar un parque eólico, porque tenemos el viento, pero también la erradicación de casas rancho y lo hice a la riojana, con muy poca plata.

–¿Cuánto cuesta cada erradicación?

–Yo gasto 30 mil pesos para erradicar un rancho, compro los materiales con la gente, le doy subsidios para que tenga la mano de obra. Y comprometimos mucho a la dirigencia que tiene que militar e ir. Cada dirigente tiene 20, 30 casas, tiene que ir sacando fotos, yo le mando inspectores por afuera a verlos. Si se pierde un peso ahí no se hace la casa.

–¿Sobre sus mismos terrenos?

–En los terrenos de ellos, o si no se lo damos nosotros desde el Estado. No sabe lo que es, la gente llora cuando ve la casa, pero son llantos de alegría, que realmente justifican y premian el esfuerzo.

–Muchos elogiaron la ingeniaría electoral que armó para alzarse con el triunfo, pero también recibió críticas por lo que calificaron como una ley de lemas encubierta.

–Primero que en todo el país está esto. Segundo, yo anduve mejor donde no había colectoras: sacamos el 90, el 80 por ciento en varios departamentos.

–En los departamentos chicos.

–Claro, pero cuatro departamentos, de los 18. Además le digo una cosa, en varios casos, como en Chilecito, yo tenía más en las encuestas que lo que saqué, así que a mí ahí no me ayudaron, en capital saque un poquito más que lo que decían las encuestas, pero es mínimo.

–La pregunta no apuntaba a las encuestas, sino al tipo de armado electoral, con esa cantidad de colectoras. ¿Considera que tiene que seguir este sistema en La Rioja?

–Para mí es un sistema sano que lo venimos implementando, además es una ley para todos. En otras elecciones, el radicalismo tenía varias listas en los departamentos pero siempre sacaron menos votos.

–Usted seguramente habrá hecho una lectura profunda de los resultados. Donde había mayor cantidad de colectoras, a nivel de concejales, y en los principales departamentos, como en la capital, el voto en blanco fue tercero y en Chilecito primero. ¿No es un llamado de atención? ¿Cómo lo interpreta?

–Mire, nosotros, el oficialismo, tenemos nuestro porcentaje. Cuando la gente ve que no tiene referencia en la oposición, vota en blanco. Históricamente, el radicalismo ha sacado entre el 30 y 35 por ciento, pero ha sacado menos porque no le gustaba el candidato opositor. Son de la oposición, no me van a votar a mí, así que lo hicieron en blanco.

–¿No considera que ahí hay un cuestionamiento al sistema, en la línea más baja de representación?

–No, no le gustaban los candidatos a la gente. Además, cuando no los conoce, prefiere votar en blanco. Pero acá no hay cuestionamiento.

–Para las internas abiertas del 14 de agosto, ¿prefiere varias listas o va a ordenar la tropa?

–Se va a ordenar. No quería abrir ese paraguas antes de la elección, pero ya tenemos que empezar a conversar. Yo preferiría con una sola lista.

–¿En qué lugar imagina a Carlos Menem para esa interna?

–El dijo que iba a ir por su partido, vamos a ver si lo apoya la gente. A Menem acá lo aprecia la gente, vamos a ver si lo vota.

–Usted lo defendió afirmando que Menem trabaja para la patria.

–Sí, dije eso, y ayer (el domingo) reconoció que va a votar a Cristina. A mí me sorprendió, pero me parece muy bien. Si él ve que el país anda bien y Cristina es una buena ejecutora de las políticas de inclusión, de producción, por qué no reconocerlo. Creo que cuando votó a favor de la designación de (Mercedes) Marcó del Pont (en el BCRA), él ya empezó a reconocer algunas políticas del Gobierno.

–Fuera de La Rioja, ¿no cree que es una mochila pesada para el Gobierno que a quien criticó tanto ahora lo apoye?

–No creo... sinceramente. Si alguien apoya al Gobierno yo creo que es bueno, porque necesitamos de consenso. Y la Presidenta viene construyendo día a día, con mucho esfuerzo y un sacrificio personal enorme, ese consenso. Y que se lo reconozca su adversario más acérrimo habla bien del proyecto.

–¿Se imagina un plan B si Cristina no es candidata?

–No me imagino un plan B, nosotros tenemos el plan A y plan A, que es Cristina.

–Después de un triunfo contundente y ya sin posibilidades de una re-reelección, ¿piensa en su futuro político?

–Estoy satisfecho con mi presente, he trabajado mucho y seguiré trabajando con mis amigos en política, pero ya por supuesto de gobernador no.

–Usted lleva décadas como funcionario en distintas áreas de la provincia durante el menemismo y el kirchnerismo, dos modelos enfrentados conceptualmente en lo político y económico. ¿Cuál fue mejor para La Rioja?

–Esto, Kirchner y Cristina.

–¿Y lo anterior?

–Fue importante, lo anterior dejó obras acá de infraestructura, caminos, universidades, y eso la gente no lo olvida. Como en el resto del país, como la renovación de maquinaria que luego el campo supo aprovechar muy bien. Pero la capacidad para administrar que tuvo Kirchner, y ahora Cristina, es fantástica.