Mié 01.06.2011

EL PAíS  › EL PRO SE PREPARA PARA EL CIERRE DE ALIANZAS

Con fichas propias

› Por Werner Pertot

Muerta la posibilidad de reflotar la alianza con Francisco de Narváez y a dos semanas del cierre de alianzas nacionales, el PRO empezó a jugar sus fichas, por más módicas que sean. El lanzamiento de Jorge Macri como candidato a gobernador funcionó como una suerte de reconocimiento de que la relación entre Mauricio Macri y su ex aliado casi no tiene retorno. Si bien continúan las conversaciones con la candidata duhaldista Graciela Camaño, hay quienes ven difícil que el jefe de Gobierno y su asesor ecuatoriano, Jaime Durán Barba, den el visto bueno. “No nos cierra anunciar en medio de la campaña porteña un acuerdo con Duhalde”, sacaban cuentas en el PRO. Uno de los negociadores del armado nacional, Federico Pinedo, aseguró que la candidatura de Jorge Macri “es un mensaje de que vamos a jugar. No quita que estemos dispuestos a negociar candidaturas. No las estamos poniendo por delante”.

La alianza intermitente entre Macri y De Narváez se puede haber apagado el día que se reunieron en la casa de Franco Macri. El jefe de Gobierno estaba por anunciar que se bajaba de la candidatura presidencial, aunque ya era vox populi. Se lo contó a De Narváez y le planteó que quería revivir Unión-PRO y repartirse los lugares en las listas fifty-fifty. De Narváez exigió, a cambio, la mitad de los puestos en Capital, cosa que Macri rechazó. El líder de PRO le reclamó que lo incluyera en la negociación con los radicales y su ex aliado lo mandó con amor a que dialogara con los radicales porteños. En Capital, finalmente, no hubo acuerdo: los referentes de De Narváez van con la UCR y no con el PRO.

En provincia, las cosas no parecen ir por mejor camino. Los macristas admiten que las negociaciones están en un punto muerto. De allí que resolvieran lanzar oficialmente a Jorge Macri. “También es una señal para la gente del PRO, para que sepa que va a haber una representación a nivel de la provincial”, detalló Pinedo. El diputado Christian Gribaudo –uno de los dirigentes de la conducción del PRO bonaerense que ungieron a Jorge Macri– afirmó: “Seguimos teniendo una vocación de construir con otros hasta el último minuto. Pero en el plenario del lunes a la noche llegamos a la conclusión de que tenemos que avanzar con una definición propia, que es Jorge Macri gobernador. Nuestra militancia estaba reclamando eso. Jorge aceptó y vamos a largar la campaña. Seguimos con el amarillo”.

La definición es una manera de marcarles la cancha a sus potenciales aliados, tanto a nivel provincial como nacional. “Tenemos 73 concejales, 7 legisladores provinciales y 5 diputados nacionales por la provincia. Además, hay veinte candidatos con chances de ganar una intendencia. Vamos a dialogar, pero queremos que eso se respete”, se plantan cerca del flamante candidato a gobernador PRO. Otros estrategas de campaña advierten que una victoria de Macri en la ciudad le daría aire a su primo (y le restaría votos a De Narváez).

“Aún no”, dicen los macristas cuando se les pregunta por un acuerdo nacional. Mantienen abiertas negociaciones con Felipe Solá, Eduardo Duhalde y los Rodríguez Saá, pero hasta ahora no llegaron a nada. El apoyo a Duhalde les suena a piantavotos en medio de una campaña porteña. Con Solá –el primero en sentarse a la mesa a negociar– las conversaciones siguen verdes y el tiempo se agota. Así las cosas, la boleta corta (sin candidato a presidente) empieza a ser una alternativa cada vez más real.

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