Dom 19.06.2011

EL PAíS  › RICARDO ALFONSIN Y FRANCISCO DE NARVAEZ ENCABEZARON UN ACTO EN LA MATANZA

A los besos y sin ponerse colorados

Hicieron su debut proselitista con el sello de Unión para el Desarrollo Social. El radical justificó una vez más su alianza con el peronista disidente, quien repartió críticas entre el gobierno bonaerense y la administración nacional.

› Por Sebastian Abrevaya

Ricardo Alfonsín saludó con los dedos en V. Francisco de Narváez rediseñó su estética para teñirla del rojo y blanco radical. Para arrancar, el Himno Nacional; para cerrar, la marcha peronista. Así, con esa síntesis de las dos tradiciones más importantes de la política argentina, el candidato a presidente de la UCR y el candidato a gobernador del peronismo disidente protagonizaron el primer acto juntos como Unión para el Desarrollo Social, el frente político que inscribieron a nivel nacional y local. En pleno corazón de La Matanza, De Narváez y Alfonsín llamaron a “ganar las elecciones en la provincia y el país”. Y así como al pasar, Alfonsín definió lo que consideran su máximo desafío político: “Tenemos que hacer una demostración importante. Una demostración de fuerza importante el 14 de agosto”, cuando lleguen las primarias abiertas que oficiarían como globo de ensayo para las generales del 23 de octubre.

Frente al cementerio de San Justo, en el distrito más poblado y más pobre de la provincia de Buenos Aires, De Narváez se plantó con una crudeza pocas veces vista contra el gobierno nacional y bonaerense. “Vengo a decirles lo que ya saben. Este Gobierno miente y roba. Miente cuando dice que la inseguridad es una sensación, no ha construido ni medio hospital que funcione en La Matanza. Me da vergüenza y asco lo que han hecho con la causa de las Madres y los Schoklender”, remató el Colorado, de jeans y camisa blanca.

Por momentos forzando la voz, De Narváez disparó dos frases tajantes durante su discurso. La primera apuntó al gobernador Daniel Scioli: “Esta provincia necesita ser gobernada por alguien que tiene las pelotas que tengo yo”. Y la segunda, a la presidenta Cristina Fernández: “Tiene miedo porque hace dos años, con Néstor Kirchner, con Daniel Scioli, con Espinoza, dijeron que iban a defender el modelo y la provincia de Buenos Aires le dio la paliza electoral que jamás se hubieran esperado. Paliza electoral que le vamos a volver a dar el próximo 23 de octubre”.

Detrás del escenario, De Narváez contó que habían señado cuatro lugares distintos para hacer el acto y que uno a uno se lo fueron suspendiendo, por presión del kirchnerismo. Finalmente, lograron un predio lindante al cementerio de San Justo, hasta donde se acercaron los denarvaístas Gustavo Ferrari, Daniel Amoroso, José “Pepe” Scioli y Natalia Gambaro, entre otros, mientras que el radicalismo concurrió con una escueta comitiva de militantes y dirigentes. Se destacaban Miguel Bazze, Carlos Pérez Gresia, Daniel Katz y el candidato a vice, el economista independiente Javier González Fraga. Estuvo, además, la ex ministra Graciela Ocaña, que se perfila como candidata a diputada por la Ciudad de Buenos Aires.

Después de recibir los elogios del Colorado, Alfonsín arrancó su discurso, menos ordenadito que el de su socio y con la cadencia típica de los viejos oradores de pura cepa boina blanca. Pero antes de pasar a los ejes centrales sobre la pobreza y la asignación de recursos, el hijo del ex presidente soltó una frase que llamó la atención: “Tengo miedo –dijo–, me parece que el Gobierno está pensando en suspender las elecciones del 14 de agosto porque sabe que va a salir vencido en estas primarias”. Sin dar más explicaciones, pasó a otro tema.

El radical, dicen las malas lenguas, cosechó una muy buena relación con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, cuando ambos fueron legisladores bonaerenses. Elisa Carrió, incluso, siempre miró con desconfianza ese supuesto vínculo entre ambos.

Aunque no le hablaba a su tribuna radical, Alfonsín justificó nuevamente su sociedad con el diputado del peronismo disidente. “Yo sé que a veces hasta en nuestra propia tropa nos resulta difícil explicar y algunos frente a las dificultades, por temor a no ser comprendido o a pagar algún costo político, desisten de lo que creen que es lo mejor que le puede pasar al país. Nosotros realmente creemos que lo mejor que le puede pasar a la Argentina y a la provincia es la unidad del peronismo y el radicalismo.”

Con un emotivo discurso sobre la pobreza y poniendo como ejemplo la situación social que vio en Formosa hace unos meses, Alfonsín apeló a hacer política no sólo con la cabeza, sino con el corazón. “Y como decía Francisco recién, política también se hace con algo que está abajo de la cintura, se necesita algo que está abajo de la cintura para hacer la propuesta que les hemos hecho a los argentinos desde la provincia de Buenos Aires”, dijo esquivando el término que usó su socio y sin ponerse colorado.

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