Una vez más, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner apostó a sostener el misterio. Una vez más, y a pesar de que la cuenta regresiva hacia el límite de presentación de listas electorales entró en su etapa final, la mandataria evitó hacer mención de su decisión respecto de su candidatura a un nuevo período presidencial. Desde Rosario, y en el marco del acto central por el Día de la Bandera, destacó los “logros” de los ocho años de gobierno kirchnerista e hizo referencia a las críticas que el espacio político debe afrontar por estos tiempos: “Debemos recoger las piedras que nos tiran, pero no para devolverlas sino para apartarlas y seguir adelante”, insistió.

Cristina Kirchner fue la única oradora ante las más de 30 mil personas que se acercaron al rosarino Monumento Nacional a la Bandera, escenario de los festejos patrios oficiales. La Presidenta compartió el acto con el gobernador de Santa Fe y candidato a presidente por el Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, y el intendente de Rosario, el también socialista Miguel Angel Lifschitz. Además, estuvo presente casi todo el gabinete a excepción de Alicia Kirchner, a cargo del operativo de ayuda a las regiones afectadas por la catástrofe del volcán chileno Puyehue, y varios funcionarios provinciales. También estuvieron los dos candidatos a gobernador, el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, y el diputado kirchnerista Agustín Rossi. A quien no se lo vio, una vez más, fue al senador Carlos Reutemann.

Antes del inicio del típico desfile cívico-militar que tiene lugar en esta clase de eventos y de expresar su “orgullo por la cantidad de jóvenes que en los últimos años se incorporaron a la militancia política”, muchos de los cuales coparon el Monumento ayer, la Presidenta ofreció un enérgico discurso en el que hizo hincapié en destacar los logros de su gobierno y el del ex presidente Néstor Kirchner. “Nadie nos ayudó a llegar a este lugar. Al contrario, allá por 2001 nos soltaron la mano y tuvimos que reconstruirnos sobre nuestras propias cenizas”, señaló la Presidenta, antes de referirse a la existencia de “voces internas que decían que estábamos equivocados”.

En ese sentido, ejemplificó: “Hemos hecho avances inimaginables, hemos reestructurado una deuda que parecía impagable y eterna. Pero nada es magia, no es que pasó el cometa Halley y aparecieron las cosas, es fruto de decisiones políticas”. Cuando faltan cinco días para que venza el plazo de presentación de listas de candidatos a presidente, vice y legisladores nacionales, y aunque propios y extraños aguardan con ansiedad, Cristina Kirchner no brindó indicio alguno sobre si será candidata, aunque el tono de su discurso fue de campaña.

Binner siguió con la mirada a la jefa de Estado durante el mensaje y celebró con aplausos las referencias a la Asignación Universal por Hijo y a una lista de próceres que mencionó Cristina Kirchner. Lifschitz, por su parte, también hizo gestos de aprobación de otros actos de gobierno enumerados por la Presidenta. Ninguno de los dos habló durante el acto.

Antes de ser declarada huésped de honor de Rosario y de Santa Fe, la jefa de Estado habló de las críticas que su gobierno y el espacio político al que pertenece recibieron –y reciben– desde diferentes sectores de la oposición. Aunque convocó a “no más enfrentamientos, no más puños crispados”, criticó a quienes “nos hablan desde sus miserables intereses sectoriales” y a quienes defienden “intereses que muchas veces ni siquiera son los propios”. En ese sentido, afirmó: “Nunca te vienen a rescatar de afuera. Vienen a ver qué se pueden llevar”.

En ese orden, se reconoció como integrante de quienes tienen “la obligación de hacer este cambio de actitud”, que son “los que estamos embanderados en esta transformación”. Asimismo, aseguró: “Debemos sobreponernos a las descalificaciones y las injurias. Que nada nos distraiga ni provoque para llevar a cabo la transformación del país”.

Luego del paso de las Fuerzas Armadas, el desfile continuó con los ex combatientes de la guerra de Malvinas, quienes entregaron una bandera a la Presidenta y le agradecieron “por la forma en que se opuso al imperio (británico)”, explicó Rubén Rada, titular del Centro de Ex Soldados Combatientes de Rosario. Finalmente hizo su paso “la bandera más larga del mundo”, construida por el proyecto Alta en el Cielo, que ya cuenta con 18 kilómetros de largo y cuya construcción culminará en 2012, para el Bicentenario de la creación de la enseña patria.