La familia de Mariano Ferreyra, militante del PO asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria, fue rechazada como querellante en la causa en la que se investiga el intento de compra de las voluntades de jueces de Casación para que dejaran en libertad a los acusados de ese homicidio. Así se lo hicieron saber a Pablo Ferreyra, hermano de Mariano, y a Beatriz Rial, su mamá, quienes habían hecho la presentación a través del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en este expediente sobre presunto soborno, que se instruye en forma separada de la causa principal.