EL PAíS
Romero y Menem, dos federales
Anunciaron que quieren “disolver” la provincia de Buenos Aires. Dura respuesta del gobernador Solá. Las tres regiones.
Por M.P.
El salteño Juan Carlos Romero retomó, por si alguien no se había dado por enterado, la frase que lanzó Carlos Menem en un acto en Santa Fe. “Dividiremos la provincia de Buenos Aires, para que también allí sepan lo que es sufrir para vivir”, dijo el riojano ante legisladores, intendentes y dirigentes del PJ santafesino. Romero agravó la ocurrencia –que parece salida de otro tiempo, de los debates entre autonomistas y federales– usando la palabra “disolver”. Y generó la polémica esperada que motivó una respuesta desde la gobernación bonaerense. “La provincia no necesita divisiones ni mayor sufrimiento. Millones de bonaerenses están castigados por la debacle económica y social argentina. Para reparar eso, no hace falta hacer maquillaje con ideas de planificadores de country, ni desearles el mal por ser bonaerenses”, contestó Felipe Solá.
Las declaraciones de Menem buscan explotar la histórica pelea entre Buenos Aires y el interior, que escondía una cuestión estructural -proyectos económicos antagónicos– y que terminó forjando la identidad nacional en tiempos de Urquiza y Mitre. Ciento cincuenta años después, y en plena campaña electoral, el riojano retomó aquella disputa, aunque nunca se sabe si por cuestiones programáticas o por una mera táctica electoral. Su socio y acompañante en la fórmula, Romero, salió a respaldarlo ayer con el argumento de que la división del territorio bonaerense es coherente con el proyecto de regionalización del país.
“La idea es que la provincia de Buenos Aires pueda constituir regiones con otras provincias”, argumentó el salteño. Y explicó: “La parte sur se unirá a la Patagonia y la parte norte se unirá a otras provincias del norte. La idea es que la regionalización sirve para equilibrar al país”. La propuesta de regionalizar el país ya es marca registrada del menemismo. Desde que empezó a hacer campaña, o sea desde que quedó en libertad y salió de la casa de Armando Gostanian en Don Torcuato, Menem comenzó a hablar de que era necesario reducir el costo político y regionalizar el país. El viernes, repitió su propuesta en Santa Fe, aunque le agregó un revival “federalista” que habrá querido asociar a la batalla de Caseros.
Pero aunque se la asocie al pasado, la idea de dividir la provincia puede resultar efectiva a la hora de seducir a cierto electorado. En ciertos lugares del interior, se sabe, hay un descontento centenario contra el centralismo porteño. Pero también en el interior bonaerense existe desde hace muchos años un proyecto de separación, o de creación de un distrito autónomo de la Capital y el conurbano, que hasta fue presentado en la Legislatura bonaerense como una propuesta legislativa. Por ejemplo, un funcionario de la gobernación, en La Plata, reconoció que las palabras de Menem podrían tener algún impacto en el distrito. “En Trenque Lauquen están hartos de que el Gran Buenos Aires se aproveche. Y ahora que cayó la producción industrial en el conurbano, saben que están bancando los planes Jefas y Jefes con las retenciones al agro”, argumentó.
Más allá de los análisis que pueda haber hecho el menemismo, la propuesta –y más que nada la expresión que utilizó Romero– provocó un sacudón en el distrito más populoso del país. En especial, la frase “para que los que viven en la provincia de Buenos Aires también sepan lo que es sufrir”, que permitió la rápida réplica de Solá. “Hay que unir corazones en lugar de dividir geografías. Y amar a la gente luchando por la vuelta del trabajo. Menem no puede estar tan mal asesorado”, le contestó el gobernador. El debate, que hasta ayer no existía para nadie, dejó picando una pregunta: ¿Menem y Romero son los nuevos Urquiza y López? ¿Solá es el nuevo Mitre? Lo que es seguro es que los bonaerenses, con hiperdesempleo y más de la mitad de la población pobre, ya saben lo que es sufrir.