EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER INAUGURA TECNóPOLIS, LA GRAN MUESTRA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGíA
La exposición promete ser otro gran evento vinculado al Bicentenario. Son 50 hectáreas para conocer el pasado, presente y futuro de la ciencia en la Argentina. Habrá shows musicales, efectos especiales y presentaciones de Fuerza Bruta. Un recorrido previo.
› Por Leonardo Rossi
Una luminosa ciudad, de tonos azules y violetas, aflora en la noche al costado de la avenida General Paz, a la altura de Villa Martelli. Automovilistas y acompañantes se asombran de ver un cohete, una torre energética gigante y enormes construcciones piramidales de vidrio en medio de este tramo de la urbe por el que pasan cada día. A partir de hoy a las 18.30 ese sitio quedará oficialmente inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner bajo el título de Tecnópolis. Entonces, la megamuestra científica y tecnológica de Argentina podrá ser visitada por el público durante cinco semanas. El objetivo de la exposición es la “popularización de la ciencia”, había definido el ministro de Ciencia, Lino Barañao, tras el frustrado intento del año pasado de realizar el evento en la ciudad de Buenos Aires.
Tecnópolis iba a ser el gran final de las celebraciones del Bicentenario que organizó el gobierno nacional durante 2010. Pero el Ejecutivo porteño negó la ejecución de las obras de armado de la exhibición en la zona de parques de la avenida Figueroa Alcorta, con el argumento de que se afectaba el tránsito. La actividad, entonces, no se pudo iniciar el 19 de noviembre del año pasado, tal como había sido previsto. Finalmente se ubicó un predio de 50 hectáreas en la provincia de Buenos Aires, localizado en Vicente López, en donde se trabajó intensamente para llegar a esta apertura. El lugar fue totalmente reconvertido por la Unidad Bicentenario: allí funcionó el Batallón 601 durante la última dictadura, fue sede de un alzamiento carapintada en democracia y hoy es un espacio educativo y didáctico para gente de todas las edades.
Según explican los organizadores, Tecnópolis “dará a conocer la tecnología de punta de nuestro país y las posibilidades del trabajo del sector productivo público, privado y de la sociedad civil. Para lograrlo estarán presentes organismos públicos, empresas privadas y representantes internacionales”. “La muestra promete impactar con un cúmulo de sensaciones y experiencias. Es una apuesta al futuro, una ventana a los avances argentinos y una puerta de lo que vendrá”, destacan.
La exhibición está organizada en cinco continentes –Agua, Tierra, Aire, Fuego e Imaginación–, que llevan a los visitantes hacia diferentes vertientes y prácticas del pasado, presente y futuro científico argentino. Para hacer más educativo este repaso histórico, hay una línea de tiempo expresada en carteles con hitos de las conquistas locales en el mundo de la ciencia.
Horas antes del inicio formal de la muestra, Página/12 ingresó a esta pequeña y profunda ciudad de ciencia. Un arco de entrada da la bienvenida. Allí cuelgan una Constitución, un balanza que evoca la Justicia, un hombre que rompe las cadenas en llamado a la libertad y varias urnas que celebran la democracia. Todo en tamaño extra grande, imponente. A partir de esa puerta se da paso a la calle principal que guía el recorrido. Los stands están expectantes de interactuar con el público, la competencia por llamar la atención manda.
A la derecha, una pirámide de 18 metros de alto sobresale por imposición física, ante sus pares del continente Aire. Este edificio corresponde a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y tiene como fin poner el “espacio estelar” a mano de las visitas. Maquetas, pantallas, luces y sonidos recrean el clima espacial. Delante de esta edificación, casi como custodia, hay un modelo del Tronador II, el lanzador de satélites de industria nacional y orgullo de la ciencia argentina.
Si se cruza la calle, enfrente de la pirámide, tres domos ayudan a repasar la historia de las tecnologías de la comunicación en el país. “El mañana es hoy”, se anuncia. El recorrido va desde la era en que el servicio postal era protagonista a la aparición de la radio y la televisión, y del paso de estos medios a la fibra óptica y los monitores. Asimismo, se pueden apreciar las actuales infraestructuras de tecnología comunicacional dispuestas en cada rincón de la Argentina.
El recorrido por la muestra continúa. Los aviones que presenta el Ministerio de Defensa impactan. Más allá del estímulo visual, las naves tienen bastante más para contar de la industria aeronáutica. Por ejemplo, el Pulqui I, diseñado y fabricado en el país, fue el sexto avión a reacción del mundo. En el mismo sector, para unir con el presente de la aviación, se expone una maqueta a escala real del avión no tripulado construido en la Fábrica Militar de Aviones que se desarrolla en la actualidad. Este tipo de máquinas sirven, entre otras funciones, para el monitoreo de recursos naturales y la detección de incendios.
Otra construcción convoca a observar la lluvia cósmica. En una actividad diseñada por el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas se puede realizar una experiencia táctil con las constelaciones, además de llenarse de información. Al igual que varias de las propuestas de Tecnópolis, este observatorio está previsto para que puedan vivenciarlo personas no videntes.
En una propuesta de Enarsa, tres imponentes y modernos molinos de viento despiden al visitante del continente Aire y dan paso a Agua. Un Acuario Electrónico es la perla de esta parte de la muestra. Dentro de esa casa acuática, proyecciones visuales y una banda sonora casi onírica pueden provocar que de un momento a otro una persona quede sumergida en el oro azul. A pocos metros, el H2O cambia de estado y una puerta da la bienvenida a los Hielos Argentinos. La Antártida y el Campo de Hielo Patagónico también cuentan con una intervención multimedial que ponen al visitante a tono con la región geográfica simulada, y donde se sienten temperaturas de -7ºC.
Por una de las calles laterales se llega a Biodiversidad, una casa para contemplar seis ecorregiones argentinas. A través de un túnel, el público conocerá la interacción entre seres vivos y su medio en diferentes sitios de la Argentina. Además, el objetivo de esta unidad emplazada por el Ministerio de Ciencia es generar conciencia sobre la preservación de los recursos naturales.
Entre sus variadas exhibiciones, el continente Fuego trae a la Argentina la cápsula Fénix, utilizada el 13 de octubre de 2010 para rescatar a los 33 obreros de la mina de San José, en Copiapó (Chile). La imagen de esta estructura, diseñada en conjunto por la Armada chilena y la NASA, recorrió el mundo y simbolizó la importancia del conocimiento técnico para resolver situaciones límite.
Una Plaza de la Paz sirve de excusa para mostrar los materiales que las Fuerzas Armadas de Argentina usan en sus misiones pacíficas. Una tienda de atención sanitaria, y móviles aéreos y terrestres posan como parte de esa escenografía. Más en detalle, se pueden apreciar elementos tecnológicos vinculados al ámbito militar, tales como radares, misiles o cohetes.
El nombre del último continente invita de por sí a reflexionar. En Imaginación está la memoria y está el futuro; se encuentran la historia y los proyectos. El visitante tiene allí una Plaza de la Memoria con grandes imágenes en movimiento de actores de la historia, individuales y colectivos. Las fotos llevan de un modo lúdico a pensar la sociedad. Enfrente, el edificio Nanotecnología cambia el ambiente y transporta a la gente de a pie a ese mundo aparentemente inentendible de la nanociencia. Tras las actividades de interacción, el público sale de ese módulo con un saber nuevo sobre esas minúsculas partículas que estudian en los laboratorios.
La muestra florece en cada rincón, nada tiene desperdicio. Sólo hay que preparar los pies para andar por las calles de esta pequeña gran Polis de ciencia y tecnología. Pero para aquellos que no estén con gimnasia suficiente para la caminata, un pequeño tren realiza un servicio que va de punta a punta del predio.
Para cargarse de energía y seguir el recorrido, los organizadores prevén presentaciones musicales, shows y recitales, e intervenciones del grupo artístico Fuerza Bruta durante todos los días que dure la exposición, y en variados horarios. Todo dispuesto entonces para que arranque Tecnópolis.
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