”Si Lourdes Di Natale hubiera querido suicidarse, se tiraba del Obelisco.” Así opinó ante Página/12 Alberto Heredia, quien fue abogado de la ex secretaria de Emir Yoma que murió el sábado al caer desde un décimo piso. La primera versión policial se inclinó por un accidente ocurrido cuando la mujer, testigo clave en el caso de la venta de armas que llevó a prisión a Carlos Menem, intentaba cortar algo desde el lavadero de su departamento de Palermo. Vecinos y conocidos de Di Natale, ex esposa del abogado Mariano Cúneo Libarona, destacaron que estaba muy enfrentada con el consorcio de su edificio. Y coincidieron en señalar que se sentía muy triste por haber perdido la tenencia de Agustina, la hija que tuvo con el mediático letrado. “La última vez que hablé con ella la escuché triste, pero quería seguir peleando”, comentó Heredia en alusión al juicio por la guarda de la niña.
Las persianas del pequeño departamento de la calle Mansilla 2431 permanecían casi siempre bajas, y Lourdes Di Natale pasaba mucho tiempo en la cocina, donde también recibía a los periodistas cada vez que decidía contar algo más sobre la década que pasó en las entrañas del menemismo como secretaria del cuñado de Carlos Menem, el poderoso empresario Emir Yoma. En ese lugar la policía dice haber hallado una silla a la, asegura, se habría subido para asomarse por el lavadero, antes de caer al vacío. El sábado a la noche habría estado sola, y la puerta principal estaba cerrada por dentro. Su cadáver fue encontrado en el patio interno del edificio. Según fuentes policiales consultadas por la agencia DyN, la mujer habría intentado cortar una soga del lavadero. En cambio para los policías que hablaron con Télam, sus intenciones eran cortar una conexión de televisión por cable. Ambas hipótesis se basan en el hallazgo de un cuchillo tipo serrucho al lado del cuerpo, que no tenía rastros de sangre ni indicios de haber sido utilizado como un arma homicida o en defensa por la propia víctima. La autopsia realizada el domingo reveló que el cuerpo “no evidencia más lesiones que las producidas por la caída”.
Una fuente que conoce el caso del consorcio describió que “Lourdes estaba en guerra con sus vecinos, tiraba frascos al patio interno, ponía allí los parlantes de su equipo de música a todo volumen y hace unos días fue sorprendida en la terraza intentando cortar el cable. Ya había dejado sin televisión dos días a todo el edificio”. El abogado Heredia confirmó a este diario que el enfrentamiento de Di Natale con el consorcio fue tal que el grupo de vecinos presentó una denuncia en su contra por “actitudes perturbadoras”. La acusación finalmente derivó en la pérdida de la guarda de su hija.
Di Natale solía quejarse porque su ex marido no se ocupaba de Agustina. “Ni se acuerda cuándo es su cumpleaños”, repetía. Cúneo Libarona, a la sazón abogado de Emir Yoma, tiene ahora la guarda provisoria de la pequeña, pero no porque la haya pedido sino a partir de la denuncia del consorcio. Antes de la muerte de Di Natale pensaba solicitarla en forma permanente. Los vecinos acudieron a la Procuración de la Ciudad de Buenos Aires y se originó una causa en el fuero contravencional. Desde el 24 de julio la niña de nueve años vive con Cúneo, su esposa Gloria y sus dos medio hermanos porque así lo dispuso la defensora de menores María Inés Coutinho. Había acudido al departamento de Mansilla una delegación policial, médicos forenses y personal de Consejo Nacional de la Niñez. La defensora habría constatado que durante el primer semestre del año Agustina sólo fue 15 días a clase. Cuando su madre declaró en la causa de las armas tenía que salir a la calle con custodia.
Tanto Yoma como Cúneo, por distintas razones, insistieron en la falta de salud psíquica de Di Natale. Según Heredia los dictámenes forenses nunca dijeron que necesitaba internación sino tratamiento ambulatorio. Al parecer, antes de morir estaba bajo supervisión médica porque ése era uno de los requisitos judiciales en su pelea por obtener un régimen de visitas a su hija. El ex abogado de Di Natale leyó el fallo de la Justicia civil yconsidera que “se la quitaron en forma arbitraria”. El abogado cree que si su ex clienta hubiera tenido intenciones de quitarse la vida le habría dado contenido al hecho, dejando una carta o haciéndolo de manera más evidente. Fuentes judiciales descartaron “por completo” ante DyN un posible homicidio o la presencia de una tercera persona en la escena, lo mismo que un eventual suicidio, aunque la causa aún está caratulada “averiguación de suicidio”.
“Vivía en un departamento casi abandonado, con la puerta rota y la pintura descascarada”, aseguró Nelly, una vecina de Di Natale que fue entrevistada ayer por cronistas en la zapatillería de Mansilla y Pueyrredón. La empleada agregó que “lloraba mucho, estaba muy flaquita y tomaba vitaminas”. De hecho, Di Natale llegó a pesar 39 kilos. Nelly, que fue una de las personas que la vio por última vez, afirmó que estaba muy triste y recordó que le pidió plata. Al parecer, había dejado de cobrar el alquiler del departamento de Talcahuano y Santa Fe, que supo habitar un joven y conocido modisto. Cúneo había comprado la vivienda a nombre de Agustina en concepto del pago de alimentos atrasados.
“Haya sido suicidio o accidente, a Lourdes la fue empujando de a poco el entorno al que perteneció”, arriesgó un allegado a esta ex secretaria que brilló mientras trabajó para el poder menemista, guardó agendas y datos, y fue testigo clave, pero ya no podrá acusar a quienes fueron sus patrones.