“Cuando el odio toma estas dimensiones no se trata de algo ideológico, sino que la experiencia me enseña que es resultado de intereses afectados de índole patrimonial.” Raúl Zaffaroni se va convenciendo de esa hipótesis a medida que pasan los días desde que se difundieron los primeros datos sobre departamentos suyos en los que se ejercería la prostitución. “Cuando pienso qué intereses de esa naturaleza he tocado, sólo encuentro dos”, dice en referencia a que está involucrado de manera directa en la investigación y la lucha contra el paco, que ha afectado a “algunos sectores” de la Policía Federal y a que en los últimos tiempos ha postulado por todas partes que “el GAFI es un organismo internacional de segunda categoría que sólo sirve para garantizar al Hemisferio Norte el monopolio del lavado de activos”. Lo segundo, podría explicar que el banco suizo donde tenía una cuenta desde hace 25 años –que nunca ocultó y está a su nombre– hace algunas semanas le haya pedido que la cierre por ser una “persona expuesta”. Como ya explicó, el mayor movimiento había sido un depósito de 70 mil dólares por un importante premio de la Asociación Sueca de Criminología.

Zaffaroni informó en una entrevista radial que ya emplazó a la inmobiliaria que se ocupaba de alquilar sus propiedades a que haga una rendición de cuentas, con miras a iniciar una demanda civil. Mientras tanto, está ocupándose de vaciar los departamentos. Días atrás el juez explicó que tiene 15 propiedades, que ni siquiera conoce algunas de ellas y que menos sabía quiénes eran sus inquilinos. El no firmaba los alquileres y aseguró que jamás fue notificado de que en algunas de ellas funcionaran prostíbulos. “No me siento feliz sabiendo que en mi propiedad hay esa actividad. No estoy saltando de alegría con una matraca. Eticamente me afecta”, sostuvo ayer. Reiteró que, incluso aunque no se lo pidan, llevará toda la documentación sobre sus propiedades y sobre la cuenta suiza al Congreso.

A esta altura, el juez de la Corte Suprema dice que interpreta que la andanada de denuncias mediáticas en su contra no tienen relación con la campaña electoral para las presidenciales ni con un ataque directo al gobierno nacional. Se inclina por la teoría de que ha tocado intereses patrimoniales con algunas de sus iniciativas o planteos vinculados con el paco y también con el lavado de dinero a nivel internacional.

“Se está produciendo una simbiosis de las finanzas lícitas con las ilícitas que puede derivar en una crisis monstruosa. No molesta mucho que esto lo diga aquí, sino que lo digo en todo el mundo y en todos los foros e idiomas en que quieran escucharlo”, remarcó Zaffaroni.