El gobernador bonaerense Daniel Scioli encara con confianza el último tramo de campaña antes de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, para las que todas las encuestas lo muestran con una intención de voto que llega a duplicar la de quienes serán sus rivales en octubre. A pesar de eso, un aviso que publicó este fin de semana como parte de su plan de comunicación previo a las PASO, en el que habla de su relación con la religión y se lo observa en una fotografía rezando junto a su mujer, levantó críticas de sus adversarios y otras figuras de la oposición. En declaraciones radiales, se defendió: “Trato de transmitir sentimientos, mi punto de vista, mi manera de pensar y mi manera de ser. Yo creo que las campañas hay que humanizarlas más porque la gente está sensible y uno tiene la responsabilidad de transmitir esos valores”.

En ese sentido, el candidato del duhaldismo a la gobernación, Eduardo Amadeo, sostuvo que “para resolver los problemas de la gente se necesita mucho más que rezar”, mientras que la postulante por el Frente Amplio Progresista (FAP), Margarita Stolbizer, criticó que “cuando un político se vuelve místico desaparece la política”.

Pero las de sus oponentes directos en la carrera a la gobernación no fueron las únicas críticas que recibió. A través de Twitter, el diputado de la Coalición Cívica Fernando Iglesias asoció a Scioli con el venezolano Hugo Chávez, y opinó que “el giro religioso de la dupla Chávez-Scioli está traspasando todos los límites: mientras uno reza, el otro quiere derrotar al diablo”. El diputado del PRO Federico Pinedo posteó: “Scioli: Dios no es para hacer un aviso político. Mal ahí”.

Desde el equipo de campaña del gobernador defienden la decisión de avanzar con una campaña en esos términos. “Tratamos de esquivar una campaña que algunos sectores de la oposición plantearon en términos muy agresivos y Daniel quiso hablar de sí mismo, no de otros candidatos. La idea, también, era que sus logros y su gestión ya son bien conocidos por la gente, por lo que él quiso hablar ahora de sus valores como político: las características que lo califican como hombre de Estado, como militante y como ser humano”, le explicaron a Página/12 desde su equipo.

Lo cierto es que la idea, acercada por el equipo de publicistas y adoptada inmediatamente por Scioli, resultó efectiva. “Querían hacer algo que impactara”, reconocen en su entorno. Y vaya que impactó. “Esta semana solamente se habló de ese aviso publicitario –analizan–, si lo van a criticar porque cree en Dios estamos bien. Incluso tapó a los demás candidatos, no se habló de De Narváez ni de Stolbizer.”

En La Plata también rechazan que este aviso, y la campaña en general, busque diferenciarse abiertamente del gobierno nacional con la mente puesta ya en 2015. “No, para nada. Scioli es un firme cultor del paso a paso”, salen al cruce en su entorno. “Si bien Scioli siempre plantea la relación con el gobierno nacional como una pieza clave de su gestión, en este caso es una campaña que se concentra en la candidatura a gobernador pero más que nada en su persona: en definitiva lo que nos permite el régimen democrático es elegir hombres y no solo hechos o posicionamientos políticos”, explican.

De todas formas, el gobernador estará presente hoy a la tarde en el Teatro Coliseo para el cierre de campaña de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y todo parece indicar que el péndulo que dicta la relación entre ambos quedará una vez más suspendido en su lado positivo.