Un sorpresivo conflicto paralizó ayer por la tarde la línea B del subte. Delegados de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) se tiraron a las vías e interrumpieron el servicio por la suspensión de un boletero. La Secretaría de Transportes aclaró que no hubo despidos, sino un sumario por sospechas de irregularidades. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria.

Desde la UTA, el delegado Gustavo Vasallo dijo que el motivo de la medida de fuerza fue que Metrovías “sancionó a varios trabajadores por clausurar las boleterías como consecuencia de la falta de monedas y los problemas para entregar correctamente el cambio a los pasajeros”.

“Hace ya mucho tiempo que hay problemas con las monedas de 5 y 10 centavos. Esa situación provoca conflictos entre el trabajador de boleterías y los pasajeros”, sostuvo.

Sin embargo, la Asociación de Trabajadores del Subte y el Premetro (el nuevo sindicato del subte) tomó distancia del conflicto y aclaró que no lo respaldaba.

Por su parte, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, advirtió que “no se trata de un conflicto gremial sino de una sola persona corrida del lugar de tareas por algún tipo de irregularidades”, y apuntó que la empresa actuó como “debe ser, es decir, iniciando un sumario administrativo”.

“Ese trámite se sustanciará la semana próxima, por lo que el problema no tiene entidad para complicarle la vida a la gente que regresa de trabajar.” La conciliación obligatoria dictada por Trabajo regirá por 15 días hábiles.