El desbande opositor se traduce en algunas fórmulas que, desde el punto de vista legal, serán imposibles de concretar. Por ejemplo, el candidato a gobernador por la UCR en Mendoza, Roberto Iglesias, sugiere que quiere ir “colgado” en la boleta presidencial de Ricardo Alfonsín con la que fue a las primarias, pero también en la del socialista Hermes Binner. Fuentes de la Justicia Electoral desecharon esa posibilidad. Una boleta de ese tipo implicaría una alianza que no fue judicializada antes del cierre del plazo de inscripción de alianzas para las PASO o constituiría una adhesión que tampoco se concretó antes de las primarias.

El aplastante triunfo del Frente para la Victoria derivó en pase de facturas de todo tipo. Quienes rodean a Alfonsín dicen en voz baja que el partido los abandonó, mientras que los dirigentes de la UCR salieron públicamente a afirmar que van a pelear las bancas en el Congreso, minimizando la candidatura de Alfonsín. En ese marco, no faltan los que buscan caminos de salida, aliándose a Binner, quien aparece como el candidato que salió mejor parado de las PASO.

En esa línea de colgarse de la boleta del socialista aparecen radicales de Mendoza, Entre Ríos y La Pampa. En Mendoza las cosas están bastante claras: no existe un vínculo jurídico previo entre Iglesias y Binner. Cuando la Cámara Nacional Electoral convalidó que Martín Sabbatella y Jorge Vanossi estuvieran adheridos a las boletas presidenciales de Cristina Fernández y Eduardo Duhalde, respectivamente, sostuvo como fundamento la existencia de la firma de un acuerdo previo a las PASO. Al no haber sido firmado un convenio de esa naturaleza entre Iglesias-Binner, esa adhesión no es legalmente factible.

En La Pampa, el candidato a gobernador de la UCR, Juan Carlos Marino, alega que su compañero de fórmula, Adrián Peppino, es socialista y eso lo habilita para adherir a la boleta presidencial de Binner. Los jueces electorales dicen que eso no es así. El vínculo jurídico tiene que ser preciso e inscripto en la categoría correspondiente antes de las PASO. Una cosa es tener una alianza a nivel provincial para cargos locales y otra el vínculo para la categoría de Presidente.

Lo mismo vale para el caso de Entre Ríos. El candidato a gobernador por la UCR, Atilio Benedetti, sostiene que es la cabeza de un frente que incluye a los socialistas. Lo que sucede es que ese frente no está inscripto en la categoría presidencial. Más allá de este panorama general, los jueces dicen que habrá que ver la documentación.

Como es lógico, la mayor estampida se produce en la Coalición Cívica, con decenas de candidatos ansiosos por sumarse a Binner. Lo único que pueden hacer –igual que los radicales– es llamar al corte de boleta, es decir pedir a los votantes que si van a apoyar a Binner lo combinen con el voto a gobernador o legisladores de la CC o la UCR. Viendo los datos del domingo, las posibilidades son escasas: el corte de boleta no suele llegar al 10 por ciento del total del electorado. El 14 de agosto, la mayor diferencia estuvo en que Alfonsín consiguió el 11 por ciento de los votos en Buenos Aires y Francisco de Narváez se benefició con el corte de boleta, y llegó al 16. Como se ve, el impacto no es mayúsculo.

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