EL PAíS › LA PRESIDENTA VIAJARA A PARIS Y NUEVA YORK
Cristina Kirchner hablará en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. En París acompañará a las Abuelas de Plaza de Mayo, que recibirán un premio de la Unesco.
› Por Fernando Cibeira
Es palpable en sus apariciones públicas y lo confirman los funcionarios que la tratan a diario. El arrollador resultado obtenido en las primarias sirvió para retemplar el ánimo de la Presidenta. Y no es sólo que se la ve de muy buen humor sino que además se muestra hiperactiva, teniendo a la gente en la Casa Rosada trabajando sin pausa hasta tarde, como pudo comprobarse el viernes, cuando apareció a eso de las 22 para celebrar el acuerdo por el salario mínimo. El cambio de clima alcanzará también los viajes al exterior. Cristina Kirchner modificó su postura y finalmente participará el mes que viene de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, como lo viene haciendo cada año. Una semana antes también estará en París para acompañar a las Abuelas de Plaza de Mayo a recibir el premio que les otorgó la Unesco.
Aires diferentes campeaban antes de las elecciones. La Presidenta se mostraba reacia a subirse a un avión. Incluso faltó a una cumbre del Mercosur, en junio, en Paraguay, aunque se argumentó que fue por prescripción médica. Más o menos para esa fecha era que estaba pautada la cita con la que el representante argentino en la ONU, Jorge Argüello, había buscado tentarla: una sesión especial ante todos los embajadores acreditados en las Naciones Unidas. Una alternativa interesante para que la Presidenta pudiera desplegar sus propuestas de reforma de los organismos multilaterales. Sin embargo, le respondió que no. En ese caso el problema era Nueva York.
Desde 2003 los Kirchner no faltaron nunca a la tradicional cita de septiembre en la Gran Manzana. Con la muerte de Néstor Kirchner aún cercana, la Presidenta había dicho que no deseaba volver. El del año pasado fue el último viaje que hicieron juntos, donde se reencontraron con su hija Florencia, que estudiaba cine en Nueva York. Fue la última vez que padre e hija se vieron. Cristina Kirchner recuerda ese viaje en el libro La Presidenta, de Sandra Russo.
“Todos los días que Florencia iba a verlo, él la acompañaba hasta la puerta del Four Seasons y se quedaba saludándola con la mano mientras ella se iba. Estaba muy sensible con la nena. Hizo cosas tan raras... habíamos logrado cierta reserva mientras ella estuvo allá, no queríamos que la molestaran. ¿Y él qué hizo? La llevó a comer con la comitiva y listo, se arruinó todo. Yo me indigné tanto, le grité de todo”, rememora CFK allí.
Cuentan que Florencia también quedó mal con Nueva York. Ni siquiera quiso volver a buscar sus cosas, se las tuvieron que mandar. Por eso la Presidenta rechazó aquel convite de Argüello para ir en junio y había anticipado que tampoco viajaría en septiembre para la Asamblea General. Ya había instruido al canciller Héctor Timerman para que hablara en su lugar, claro que lo de “su lugar” es una manera de decir: los ministros empiezan a exponer luego de que terminan de hacerlo todos los presidentes, cuando la Asamblea ya lleva varios días de iniciada.
Por suerte para la gente de Cancillería, siguieron trabajando como si el viaje de la Presidenta se hiciera. Días atrás Cristina Kirchner cambió de parecer y anunció que irá: tiene turno para dar su mensaje el 21 de septiembre, en la jornada inaugural. Como es tradición, el fuego lo abre el secretario general, Ban Ki-moon, luego será el debut de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a quien seguirá el presidente norteamericano, Barack Obama. Se espera que la crisis internacional acapare los debates.
El resto de la agenda está en preparación. Es muy probable que haya alguna actividad vinculada con la presidencia argentina del G-77. El grupo tiene una situación complicada, especialmente por el tembladeral que sacude a los países árabes, todos ellos miembros. Incluso, la cumbre prevista para este año se iba a realizar en Libia y debió suspenderse.
En las dos últimas visitas a Nueva York la Presidenta evitó la habitual comida en el Consejo de las Américas y optó por contactar a los empresarios con inversiones en la región en un encuentro más selecto en un salón de su hotel, estrategia que repetiría en esta ocasión. También es costumbre que brinde una charla en la Universidad de Columbia y a veces lo hace además en la más progre New School. Otro evento en el que suele participar es la reunión de la Iniciativa Global Clinton que cada septiembre el ex presidente norteamericano organiza en el Hotel Sheraton, sobre la Séptima Avenida.
Pero no sería el único viaje que la Presidenta hará el mes que viene. Según fuentes de la Presidencia, también aceptó la invitación para acompañar a Estela Carlotto a recibir el 14 de septiembre el premio 2010 de Fomento de la Paz Félix Houphouët-Boigny que la Unesco les otorgó a las Abuelas. Es la máxima distinción que el organismo concede a las personalidades e instituciones que considera comprometidas con la paz y los derechos humanos. El jurado que le otorgó el premio al organismo de derechos humanos, por impulso del senador Daniel Filmus, está presidido por el ex presidente portugués Mario Soares y al evento fueron invitados varios jefes de Estado además de Cristina Kirchner.
Timerman estuvo en París el mes pasado, cuando se reunió con su par Alain Juppé. Justamente, uno de los temas que destacaron fue la satisfacción francesa por el avance de los juicios por delitos de lesa humanidad durante la dictadura. En los últimos días la Cancillería de Francia también se mostró conforme por el interés del gobierno argentino en resolver rápidamente el crimen de las dos turistas en Salta.
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