El Gobierno ratificó su negativa a utilizar el sistema de boleta única en las próximas elecciones presidenciales. Mientras que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, consideró su aplicación en octubre como “poco seria”, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que “no tiene sentido”.

“Plantear cambiar a 50 días de una elección nacional la modalidad electoral es poco serio y tiene una cuota de irresponsabilidad”, apuntó Randazzo, en referencia a la propuesta de la oposición de impulsar el sistema de boleta única. En ese sentido, y para desestimar también las denuncias opositoras sobre un supuesto fraude en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del pasado 14 de agosto, afirmó que “el sistema electoral argentino es uno de los más fiables, confiables y seguros del mundo”.

Aníbal Fernández rechazó las demandas de cambios de sistema al estimar que “ni el voto electrónico ni la boleta única tienen sentido en este país”. Además, señaló que, “por lo simple, el sistema argentino es inmejorable”, ya que “con contar en cada mesa y tener el acta de cada mesa, ya sabemos el resultado”.

El candidato a presidente por el Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, fue el dirigente opositor que más insistió en los últimos días con el cambio de sistema: “La boleta única y por categorías –dijo–, como se implementó en Santa Fe, es transparencia”.