Volver a los orígenes. Ese es el planteo que surgió en buena parte de los dirigentes de la Coalición Cívica luego del 3,24 por ciento que obtuvo su líder, Elisa Carrió, en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto. Aunque no quieren que interfiera negativamente en las elecciones de octubre, la posición de retornar al espíritu original del ARI precipitaría el alejamiento de otros socios de Carrió, como la diputada Patricia Bullrich, que encabeza actualmente la lista de candidatos por Capital Federal y que ya coquetea con el PRO de Mauricio Macri. El debate formal se iniciará el 10 de septiembre en el congreso nacional de la CC, donde podría definirse una conducción colegiada integrada por Adrián Pérez, Pablo Javkin, Alfonso Prat Gay y Juan Carlos Morán.

Por estos días, la líder de la Coalición Cívica se encuentra en México por el nacimiento de su nieto y se espera que vuelva al país la semana que viene, para participar del congreso partidario. Al día siguiente de las primarias, Carrió había reconocido que ella era “la razón de la derrota” y decidió dar un paso al costado. En aquel momento anticipó que el encuentro del 10 de septiembre en Capital Federal servirá para “analizar y decidir la estrategia que sostenga la fuerza”. “Ya es hora de acompañarla desde otro lugar”, concluyó entonces Lilita.

“Hay dos cosas. Por un lado el posicionamiento ideológico, y por otro, un esquema de renovación. Hay mucha gente valiosa y muchos valores que fortalecer mirando al futuro”, aseguró a Página/12 un alto dirigente de la CC. La idea que mueve a los referentes más importantes de la Coalición es la de “reperfilar al partido” para volver a colocarlo políticamente en el arco de centroizquierda del que se había corrido hace años. Si bien argumentan que formalmente no cambió el “programa de gobierno”, reconocen que “simbólicamente” las incorporaciones de figuras como Patricia Bullrich, Fernando Iglesias o la reciente candidatura del ruralista Mario Llambías los corrieron de ese espectro político.

Las diferencias por esta situación vienen incluso de antes de 2007, pero se agudizaron con el magro resultado de las PASO. De repertirse este escenario, en Capital solo entraría Bullrich y en provincia de Buenos Aires no es seguro si se sumaría Llambías. “Que porque haya una cena en común y eso vaya a las cuentas de Twitter, al Facebook, adonde sea, se hable de pase, la verdad que no me cae bien”, aseguró ayer Bullrich luego de que se viera en las redes sociales una foto suya sonriendo junto a Federico Pinedo, Paula Bertol y Gabriela Michetti, del PRO, además de la radical Silvana Giúdici.

Lo cierto es que antes del 14 de agosto en la CC ya hablaban de su posible “salto” en caso de ser reelecta. Como muestra de las peleas internas, Bullrich convocó ayer al relanzamiento de la campaña y ni siquiera logró la presencia de los dirigentes más importantes del partido. Hasta su seguidor en la lista de diputados, Fernando Iglesias, mandó un video porque se encontraba de viaje. “Tenemos que dar la batalla para que exista equilibrio en el Congreso”, aseguró la titular de Unión por Todos.

“Si el partido decide reformular su estrategia de alianzas habrá que ver qué pasa. Existe la posibilidad de que esa alianza no se sostenga. Igualmente se la va a apoyar, pero el grado de entusiasmo no se puede manejar”, sintetizaron fuentes parlamentarias de la CC.

En cuanto a la conducción política, en la Coalición apuestan a recuperarse apostando a una conducción colegiada integrada por referentes jóvenes de los distritos más importantes: Adrián Pérez, candidato a vice; Pablo Javkin, candidato a diputado por Santa Fe; Juan Carlos Morán, candidato a gobernador bonaerense, son los que se perfilan para hacerlo.

Además de estos temas, el 10 de septiembre se definirá también cómo seguirá la campaña de cara a octubre. De todas maneras, algunos referentes plantearon la necesidad de no obstruir con ese congreso las posibilidades de los candidatos de la CC de ingresar al Parlamento. Habrá, después del 23 de octubre, bastante tiempo para definir cómo volver del “peor lugar de la oposición”, tal como lo definió Carrió el 15 de agosto.