–¿Cuáles serían las tres principales iniciativas que presentaría en el Congreso si es elegido diputado?

–Que la ciudad ingrese, como el resto de las provincias, en el reparto de la renta petrolera de la misma forma en que se implementa el Fondo Solidario, que redistribuye una parte de la renta de la soja que se recauda a través de las retenciones. Otra de las prioridades será para facilitar a los jóvenes el acceso al primer empleo, que también incluya ventajas tributarias para los empleadores. La tercera tiene que ver con la calidad ambiental de la ciudad, y otras provincias, para cuidar la concentración y emisión de monóxido de carbono. Así como apoyar otros proyectos aprobados y que no están implementados como la sanción a las empresas extranjeras que actúan en la Argentina y colaboran con Gran Bretaña en la extracción de petróleo en Malvinas. Y la creación de una YPF federal.

–Teniendo en cuenta que Proyecto Sur no tendrá candidato presidencial, ¿qué se juega para ustedes en las elecciones de octubre?

–Hemos tenido dificultades electorales, pero tenemos la voluntad para intentar desarrollar políticas de cambio y transformación, y de incorporar, como ya lo hicimos, temas que no están en la agenda nacional. Por eso vamos a solicitar a los votantes que, independientemente de qué candidato presidencial apoyen, corten la boleta verde para sumar a los candidatos de Proyecto Sur al Congreso.

–¿Qué estará en disputa en el próximo Congreso?

–El equilibrio de fuerzas entre mayorías y minorías. Cuál será el papel de la oposición y de otras posiciones independientes, como la nuestra.

–¿Entonces toman distancia de lo que se dio en llamar el Grupo A?

–Lo del Grupo A ha sido el fracaso de todos los grupos parlamentarios, en un Congreso que no se reúne, donde no hay quórum y pocas leyes. Un Congreso moderno tiene la función colegislativa y a su vez el control político del Ejecutivo. Mal puede colegislar, y ejercer el control o regular al poder administrador si no funciona.