Carlos Campolongo es el primer candidato a diputado de Alberto Rodríguez Saá en la ciudad de Buenos Aires. Periodista, profesor, ex legislador porteño por el PJ, Campolongo reniega de la idea de una unidad opositora. “No sirve el amalgamiento de las oposiciones simplemente para chocar con el oficialismo”, advierte.

–Dentro de un electorado similar, ¿por qué tendrían que votarlo a usted y no a Redrado o cortar boleta por Pinedo?

–Trataré de ser una voz en el Parlamento con una trayectoria y un espíritu abiertamente peronista. Eso creo que ni Pinedo ni Redrado lo representan.

–¿Qué está en juego en esta elección?

–El oficialismo trata de encerrar el marco de esta elección en algo que llaman profundización o no del modelo. Este gobierno no tiene “modelo”, ni mucho menos “proyecto”. Tiene, a lo sumo, un esquema económico que funcionó hasta el 2006 y que hoy tiene alta inflación, un bajísimo nivel de inversiones y de generación de empleo genuino. Hay mucho más “modelo” en San Luis, donde hay desarrollo con sensibilidad social y no meramente asistencialismo. Esto pretendemos trasladarlo a lo nacional.

–¿Cuáles serían sus tres principales proyectos?

–Mi idea es reformular el viejo apotegma del peronismo, que decía que “los únicos privilegiados son los niños y los viejos”. Voy a promover que se pague el 82 por ciento móvil. También trabajar con los factores de riesgo en niños, jóvenes y adolescentes en lo que tiene que ver con las consecuencias perversas de la expansión del narcotráfico.

–¿Piensa en un bloque con el resto del peronismo no kirchnerista?

–Es muy difícil. La Presidenta dijo que el ámbito del diálogo con la oposición es el Parlamento, pero olvida que no hay oposición, sino oposiciones y que forman parte de la gobernabilidad. Trabajaremos para que los proyectos prosperen y expondremos nuestras diferencias.

–Y, entre las oposiciones, ¿qué cree que ocurrirá?

–No sirve el amalgamiento de las oposiciones simplemente para chocar con el oficialismo. Se me abre un interrogante sobre el futuro del peronismo. La historia del peronismo no hay que regalársela a ningún advenedizo.