El despacho y los teléfonos de Julio Cobos volvieron lentamente a revivir luego del flojo 12,2 por ciento de Ricardo Alfonsín en las primarias y las perspectivas desfavorables de cara al 23 de octubre. Varios dirigentes que supieron frecuentarlo volvieron a contactarse con el vicepresidente para consultarle sus planes para el día después. Pero a todos el vice les dijo lo mismo: que no está en su cabeza pelear por la presidencia del Comité Nacional en diciembre de este año y que volverá a la escena política “desde el llano”. “Cobos no se va a meter cuando todavía no está la sentencia final”, dijo cruelmente un operador radical, moderando un poco la metáfora del cementerio usada por el intendente de Mendoza, Víctor Fayad.

Lejos de las campañas, tanto la de su coterráneo mendocino Roberto Iglesias, como la de Ricardo Alfonsín, el vicepresidente se convirtió en un observador silencioso de las peripecias radicales. Su estrella se fue extinguiendo desde su voto no positivo en aquella madrugada de julio de 2008 hasta abril de este año, cuando arrinconado por la falta de apoyo político decidió declinar su candidatura presidencial. En aquel momento se puso dos metas, por un lado encabezar la lista de diputados nacionales por Mendoza para lograr un lugar de visibilidad donde construir alianzas, y por el otro, pelear la conducción del Comité Nacional para evitar quedar a merced de los que manejan la estructura radical.

Por diferencias con el armado de los caciques radicales mendocinos, Cobos declinó también el primer lugar de la boleta de diputados y quedó solo como primer delegado del Comité Nacional. Esta semana, luego de que trascendieran supuestas gestiones para quedarse con la conducción del partido, mandó a desmentir la información. “Cobos está muy tranquilo, no se está volviendo loco, está mirando las cosas desde afuera. Una vez que termine su función como vicepresidente, que lo maniató para hacer un montón de cosas, va a tomarse un año y volver al llano”, aseguró su vocero, Julio Paz.

Lo cierto es que Cobos mantuvo el martes pasado un encuentro a solas con el presidente de la UCR, Ernesto Sanz. Según al menos dos dirigentes que conversaron recientemente con Sanz, el senador no quiere volver a ser presidente del partido en el período 2011-2013 y buscaría volver a la jefatura del bloque de senadores, actualmente en manos del alfonsinista Gerardo Morales. Con esa idea, la de su reemplazo, es que se produjo la cumbre Cobos-Sanz. Otro que pasó por el despacho del mendocino es Leopoldo Moreau, el cacique bonaerense que se alió a Ricardo Alfonsín y ahora comienza a desmarcarse. Moreau, enfrentado históricamente con Morales y el chaqueño Angel Rozas, busca reposicionarse de cara a la elección de autoridades, en diciembre. Incluso el operador radical Enrique “Coti” Nosiglia mantuvo contacto reciente con Cobos. Acordaron encontrarse después del 23 de octubre.

“Para cambiar el Comité Nacional no hay que cambiar la cabeza y nada más, eso para salir del momento y aparecer como que cambia todo cuando no cambia nada. Hace falta un cambio radical, reelegir a todos los delegados nuevamente en todo el país”, sugirió el intendente de Junín, Mario Meoni, uno de los pocos dirigentes del llamado cobismo que mantienen contacto permanente con el vice.

Cerca de Cobos revelan que el vice piensa un dirigente nuevo, un intendente de peso, como por ejemplo el santafesino Mario Barletta o el mendocino Alfredo Cornejo. A priori, parece poco probable que su idea tenga eco en la estructura partidaria. Más allá de eso, en su entorno no pierden el entusiasmo de un futuro más auspicioso: “Cobos mantiene el 90 por ciento de conocimiento y muy buena relación con la gente”.