Desde Nueva York

El canciller Héctor Timerman ayer, en una reunión con su par de la Federación Rusa, Sergei Lavrov.

En un encuentro que tuvo sus momentos de cruces en voz alta, el canciller Héctor Timerman les explicó a las autoridades de las principales entidades judías de Estados Unidos la decisión argentina de reconocer al Estado palestino como miembro de las Naciones Unidas, como adelantó la presidenta Cristina Kirchner en su discurso del miércoles ante la Asamblea General. Lo que básicamente les interesaba saber a los representantes de la comunidad judía era qué sucedió para que once países sudamericanos –todos a excepción de Colombia– tuvieran una postura contraria a la que busca imponer Israel, con apoyo norteamericano. “Tenemos toda una historia a favor de la autodeterminación de los pueblos, creemos que los pueblos tienen ese derecho más allá de quienes lo gobiernen”, argumentó Timerman. Aunque no se puede decir que hayan salido contentos de la reunión, al menos los dirigentes judíos le agradecieron al canciller la franqueza con que les habló.

El encuentro se hizo en la representación argentina en las Naciones Unidas, en el piso 25 del edificio de las delegaciones en la ONU. Hubo enviados de todas las entidades judías más importantes de Estados Unidos: la Conferencia de Presidentes de las Organizaciones Judías Estadounidenses, el Comité Judío Americano, el Congreso Judío Mundial, la Liga Antidifamación, B`NaiBrith, entre otras. Por lo general, cuando se reúnen tienen como motivo principal la relación con Irán y la causa AMIA. Obviamente, el tema también se tocó esta vez. Pero cuando Timerman recibió el pedido para encontrarse se imaginó que la mano venía por otro lado.

Por suerte para él se vieron luego del discurso de la Presidenta, así que ya no tenía ninguna mala noticia que dar ni había posibilidades de negociar. Fue entonces un diálogo para entender las posturas de uno y otro lado. Básicamente, el planteo que llevaron los dirigentes judíos era que posiciones como la de Argentina significaba darle un premio a Palestina por no estar en una mesa de negociación. Timerman replicó a ese argumento que si no había un reconocimiento al Estado palestino, Israel nunca se sentaría a negociar de verdad. “Así estamos en una impasse que lleva años”, les dijo.

Timerman fue cónsul en Nueva York y luego embajador en Estados Unidos, así que conoce muy bien a los dirigentes judíos norteamericanos. Incluso, ayer les habló de su padre, el periodista Jacobo, de cuánto lo habían ayudado a él y de todo lo que habían hecho durante toda la dictadura militar. “Nos quiere trabajar por el lado de la culpa judía”, bromeó uno de los participantes.

Ese conocimiento le permitió al canciller desgranar con sinceridad los motivos argentinos para dar su reconocimiento al Estado palestino, el gran debate de esta semana en las Naciones Unidas que llegará a su clímax hoy, cuando el presidente Mahmud Abbas presente el pedido en el Consejo de Seguridad. “No tenemos derecho a negarle la autodeterminación al pueblo palestino”, sostuvo. Luego de escuchar algunos de los argumentos de los dirigentes judíos –por ejemplo, sostienen que la agrupación Hamas no reconoce al Estado de Israel–, explicó que muchas veces el error en que se cae es que se confunde a los Estados con quienes los gobiernan. “Los pueblos tienen derechos más allá de sus gobiernos”, remarcó.

Más sencillo fue que aceptaran la posibilidad de abrir un diálogo con Irán por el esclarecimiento del atentado a la AMIA, otro de los anuncios presidenciales. Para eso contribuyó que estuvieran presentes los cuatro familiares de víctimas del atentado que viajaron a Nueva York y un representante de la DAIA, quienes hablaron a favor de la iniciativa. Timerman explicó que Argentina es el único país del mundo en haber presentado pruebas concretas contra Irán por terrorismo, en referencia a la causa por el ataque donde hay ocho sospechosos iraníes requeridos por la Justicia. Y que, en ese contexto, se aceptaba el diálogo como una manera de posibilitar que esas pruebas puedan ser llevadas ante un tribunal que juzgue a estos sospechosos. Los dirigentes judíos, en este caso, tomaron mejor los argumentos.

El encuentro se prolongó y Timerman se perdió una de las muchas bilaterales que tenía agendadas ayer. La despedida en la puerta de la delegación fue a puro Shaná Tová, con mutuos deseos de feliz año por el inminente Rosh Hashaná.