EL PAíS › MAURICIO MACRI NO PROPUSO AUN A NADIE PARA EL TRIBUNAL SUPERIOR
Hay un cargo vacante desde hace dos años. El jefe de Gobierno fracasó en su primer intento para cubrirlo porque no consiguió apoyo en la Legislatura. Ahora duda entre tres posibles candidatos: Martín Böhmer, Inés Weinberg de Roca y Esteban Centanaro.
› Por Werner Pertot
Hay un lugar vacante hace ya dos años en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Mauricio Macri intentó ocuparlo con una fiscal, Daniela Bruna Ugolini, quien dictaminaba sin excepción en favor de la gestión PRO y contra los derechos sociales. La resistencia que encontró, que terminó en un virtual “conflicto de poderes” entre jueces, legisladores y el Ejecutivo porteño, hizo que descartara esa candidatura. Actualmente, el jefe de Gobierno duda entre tres posibles candidatos: Martín Böhmer, Inés Weinberg de Roca y Esteban Centanaro. El último es aliado estratégico de Ugolini y sería la continuación de la polémica por otros medios.
Cuando Julio Maier, el entonces presidente del TSJ (una suerte de Corte Suprema porteña), anunció que se retiraba, Macri propuso a Ugolini como su reemplazante. Su postulación afrontó cinco fallos judiciales en contra por defectos en los plazos en los que Macri la presentó –el líder de PRO especuló con lograr la aprobación de su pliego antes de que cambiara la composición de la Legislatura– y nunca consiguió reunir los 40 votos necesarios. Tras meses de arrastrar la polémica, ella renunció.
Hace un año, el PRO lanzó el nombre de Martín Böhmer como el candidato de Macri, pero su postulación se vio empañada cuando el jefe de Gobierno decidió eliminar el decreto que transparentaba la designación de jueces del TSJ y que era un espejo del decreto 222 que dictó Néstor Kirchner en 2003 para la Corte Suprema. El nombre de Böhmer no se descartó, pero pasó a ser parte de una puja de poder interna del gobierno macrista que continúa hasta hoy algo empantanada.
A Böhmer lo apoyan el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, además de los amigos de Macri del colegio Cardenal Newmann, José Torello, Fabián Rodríguez Simón y el secretario legal y técnico, Pablo Clucellas. Con 46 años, Böhmer tiene un master en Yale, fue becario de la Comisión Fullbright y de Ashoka Innovators for the Public, es investigador principal del Cippec y vicepresidente de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC). También es profesor de la carrera de Derecho en la UBA y fue decano de Derecho de la Universidad de Palermo y de la Universidad de San Andrés. El candidato ya recorrió los despachos de los legisladores para presentarse. Weinberg de Roca hizo lo propio.
Macri lo conoció a Böhmer en un congreso agropecuario en Córdoba. A Inés Weinberg de Roca, en cambio, se la encontró en un lugar menos esperable: en el gimnasio de Ocampo y Libertador al que suele asistir. A Macri le pareció una mujer “simpática” y es el principal impulsor de su candidatura en las discusiones internas. “La idea es de Mauricio. Y sólo de Mauricio”, aclaran en su entorno.
Weinberg de Roca es camarista del fuero Contencioso Administrativo y, entre 2003 y 2008, formó parte del Tribunal Criminal Internacional para Ruanda, por lo que fue una de las magistradas que trabajó en Tanzania y que reconoció el genocidio en ese país. La jueza formó parte del documental Los cien días que no conmovieron al mundo. Macri les comentó su idea de proponerla para el TSJ a Torello y al dirigente de Boca Juniors Daniel “El Tano” Angelici y no tuvo una recepción muy cálida. Este último le recordó que Weinberg tiene 63 años y le quedan dos para jubilarse. “Pero dale una jubilación de oro y dejate de joder”, lanzó El Tano, quien tiene su propio candidato: Esteban Centanaro.
Además del apoyo del operador todoterreno del radicalismo PRO, Centanaro tendría, según los macristas, el respaldo del camarista Horacio Corti, que preside el Consejo de la Magistratura porteño. En Tribunales es sabido que Centanaro trabajó siempre en tándem con Ugolini y sostiene la misma concepción ante los derechos sociales que hizo que diversas organizaciones de derechos humanos impugnaran a la primera candidata de Macri. En el PRO saben que su paso por la Legislatura no sería de los más sencillos.
Tanto Centanaro como Ugolini provienen del extinto delarruismo y migraron al macrismo explícito. Ambos tienen otra cosa en común: una denuncia ante el Consejo de la Magistratura por intentar favorecer de forma irregular a los abogados católicos que pretendían frenar un matrimonio igualitario. Centanaro es conocido por haber fallado contra una madre que quería interrumpir su embarazo para evitar tener un hijo anencefálico. El camarista es, además, padre de la ex legisladora Ivana Centanaro, quien saltó del kirchnerismo a otro espacio político opuesto: pasó a integrar las listas del PRO en las elecciones de 2009.
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