EL PAíS › LA PRESIDENTA SOSTUVO QUE EN LA VICTORIA HABíA QUE SER “MáS GENEROSO” Y CONVOCó A LA UNIDAD
La Presidenta apareció a las 21.40 para celebrar su triunfo junto a Amado Boudou en un bunker repleto. En su discurso convocó a la unidad, pero destacó su victoria por números “impresionantes”. El recuerdo de Néstor Kirchner.
› Por Fernando Cibeira
El bunker en el Hotel Intercontinental estaba preparado para la fiesta, pero el clima viró rápido hacia la militancia y la emoción, muy lejos de los globos de colores. El día de un triunfo histórico por más de un motivo y más propio que ninguno, la presidenta Cristina Kirchner dedicó buena parte de su discurso a Néstor Kirchner. “Es el gran fundador de la victoria”, lo recordó. Con la voz tocada por ese sentimiento, la Presidenta envió un mensaje de unidad y explicó que “en la victoria siempre hay que ser más grande aún, más generoso, más comprensivo y agradecido”. Si bien sostuvo que los números del escrutinio que le llegaban eran “impresionantes”, aseguró que su única ambición era “seguir agrandando la Argentina, seguir generando más puestos de trabajo, más industrialización, más ciencia y tecnología, más escuelas, más caminos, más hospitales”.
La Presidenta salió a las 21.40 y habló media hora. Para cuando arrancó, el clima en el salón era sofocante. Mucha gente y mucho entusiasmo. Y eso que ya había grupos en la Plaza de Mayo y gran parte de los militantes de La Cámpora copaban las inmediaciones del hotel, convertido en la tradicional sede del kirchnerismo para las elecciones. La Presidenta apareció sola junto a Amado Boudou, ella de negro, él con campera motoquera. Lo presentó como el vicepresidente electo. “Es para Cobos que lo mira por tevé”, bramó la tribuna joven K. La Presidenta los retó. “Por favor, ésta es una noche muy importante”, dijo.
Repasó los saludos que había recibido. Los presidentes de la región: Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Pepe Mujica, Sebastián Piñera y Fernando Lugo. También mencionó al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el candidato del FAP, Hermes Binner. El más aplaudido fue Chávez, mientras que a Piñera y a Macri les correspondieron abucheos. “No sean así, que me voy a enojar”, continuó ella.
Frente al escenario había una amplia franja reservada a funcionarios e invitados especiales. Detrás de las vallas, el espacio donde se apelotonaban los grupos de militantes y la prensa. “Oh, yo soy argentino, soy soldado del pingüino”, cantaban los jóvenes. “Hay alguien que ya no me puede llamar”, lo recordó entonces la Presidenta. “Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje”, explicó, no podría haber sido posible su triunfo de ayer. Cristina Kirchner interpretó que su marido había sido quien había conseguido sacar el gobierno adelante, recorriendo cada rincón del país luego de la derrota legislativa de 2009. Avisó que lo evocaba no como viuda, sino “como compañera de militancia”, de quien definió como “tal vez el mejor cuadro político que ha dado nuestro país”.
Los funcionarios se habían juntado una vez cerrados los comicios en el piso 18 del hotel. El 19, otra tradición, es el destinado a la Presidenta y su hijos, Florencia, Máximo y su pareja Rocío. Esta vez sólo Boudou y su novia, la periodista Agustina Kampfer, también estuvieron allí. Mientras recibían números, los ministros coincidían en destacar el “vendaval” de la Presidenta, que arrasó en todo el país en una elección en la que nadie podía adjudicarse ningún mérito por encima de ella. “El triunfo es de ella y de Néstor”, respondían todos. Otra intuición, sólo eso, era que las perspectivas de cambios de gabinete que se barajaron meses atrás se habían desinflado. La idea que prevalecía anoche era que la Presidenta se limitaría a hacer los cambios imprescindibles, dado el impresionante aval que había recibido su gestión.
La Presidenta se definió como “una mujer que milita desde muy joven y que ha llegado a lugares que en mi vida pensé que podía llegar”, y tras recordar que fue la primera presidenta y, desde ayer, la primera en ser reelecta, “no quiero más nada, ¿qué más puedo querer?”. Después de definir aquello de que su única ambición a esta altura es seguir “agrandando” el país, también sostuvo que no era tarea “para una sola persona, porque sola no se puede”.
La Presidenta dijo que citaba a Néstor Kirchner en su asunción de mayo de 2003. Sostuvo que “por comprensión histórica, por voluntad popular y por decisión política, cuenten conmigo para seguir profundizando un proyecto de país, para eso nos necesitamos unidos, que no significa pegoteados, pero que significa reconocer que cuando una sociedad se expresa y decide en elecciones populares, libres y democráticas, esa decisión debe ser respetada”. Es que, más allá de la convocatoria a la unidad y del agradecimiento a las demás fuerzas, la Presidenta resaltó las cifras de su triunfo. “Veo estos números de hoy, les agradezco a todas las provincias argentinas. La verdad es que son números que si uno los hubiera dicho hace dos años, nos habrían tratado de locos”, consideró.
Destacó algunos triunfos en particular, como el caso de la ciudad de Buenos Aires. Se lo comentó a Boudou, un guiño para quien se menciona como posible próximo jefe del distrito, y preguntó por dónde estaba el viceministro Roberto Feletti, cabeza de la lista de diputados ganadora. También mencionó el triunfo de Paco Pérez como candidato a gobernador de Mendoza y de Blanquita Osuna como candidata a intendente de Paraná.
Poco antes del cierre, la Presidenta avisó que iría a la Plaza de Mayo. “Hay mucha gente allá”, explicó. El anuncio motivó que algunos apuraran la salida para llegar a tiempo al otro acto. Cristina Kirchner pidió que subieran sus hijos. “Que vengan Florencia y Máximo, que la otra vez no había podido estar por el problema que habían tenido con Rocío”, recordó, en referencia al embarazo perdido. También convocó a la novia de Boudou. “Vení, querida, vení. Mirá qué novia linda tiene Boudou.”
La familia se unió en un abrazo sobre el escenario. “Si les digo que estoy feliz, les miento. Si les digo que estoy triste, también”, había comentado la Presidenta unos minutos antes. Había considerado octubre como “un mes muy especial, pero estamos apechugándola”. También había destacado la presencia de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, de H.I.J.O.S. y de nietos recuperados. “Cuando las veo, me dan tranquilidad porque quiere decir que todavía no me mandé ninguna macana grande”, explicó.
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