Un gobierno de transición integrado por los distintos sectores internos. Ese es el esquema que imagina la cúpula del radicalismo para cubrir el período de acefalía que se produciría entre los primeros días de diciembre, cuando Ernesto Sanz abandone la presidencia del Comité Nacional, y abril o mayo, cuando se lleve a la práctica la reforma de la Carta Orgánica partidaria. Hay un consenso casi generalizado respecto de la necesidad de modificar la vieja estructura radical, que hasta ahora elegía a sus autoridades por medio del voto de un plenario de delegados. El alfonsinismo trabaja en una reforma que implica la elección por el voto directo de su presidente, mientras que el resto de los miembros de la mesa directiva será elegido por un cuerpo de diez delegados por distrito. El importante grupo de intendentes nucleados alrededor del cordobés Ramón Mestre terminará de definir su posición en un encuentro este sábado en la localidad de Tanti y la semana siguiente en Buenos Aires.

“Estamos a favor del partido y queremos iniciar una etapa fundacional. Exigimos una autocrítica de la actual conducción, que no sea flagelante, que no sangre, pero que se haga a un lado”, resumió el titular del Foro de Intendentes Radicales, el mendocino Víctor Fayad, enemistado con los alfonsinistas Gerardo Morales y Angel Rozas. Distintos operadores de este sector están trabajando en su propia reforma de la Carta Orgánica, la que deberá estar lista antes del 18 y 19 de noviembre, cuando se reúna la Convención Nacional, el cuerpo facultado para modificar el texto.

Entre los intendentes que se reunirán el sábado se encuentran los bonaerenses Mario Meoni, Héctor “Cachi” Gutiérrez y Gustavo Posse, los mendocinos Alfredo Cornejo y Fayad, el neuquino Horacio “Pechi” Quiroga y el santafesino Mario Barletta, quien suena como eventual reemplazante de Sanz. Barletta, ex rector de la Universidad del Litoral, abandonará su cargo en diciembre, dejándole la intendencia a otro radical, José Corral, por lo que quedaría libre de responsabilidades de gestión para dedicarse al partido. “Nos vamos a juntar el sábado en Tanti y después vamos a hablar con la conducción nacional para exigir ya la elección directa de las autoridades. Vamos a decirles: ‘Ustedes ya probaron, ¿por qué ahora no nos dejan probar a nosotros?’”, adelantó Fayad. Sin embargo, todavía están terminando de redactar la modificación, que deberá incorporar algún elemento que garantice la representación de todos los distritos en la mesa directiva del Comité Nacional.

Luego de este encuentro, los intendentes harán una nueva reunión, en la provincia de Buenos Aires, donde participarán también concejales y legisladores nacionales. Se tratará de una movida para enfrentar al Movimiento de Renovación Nacional, que se había creado para disputarle la candidatura presidencial al vicepresidente Julio Cobos y donde surgió la figura de Ricardo Alfonsín.

El hijo del ex presidente no tiene aún un lugar en la nueva estructura partidaria. No peleará por la conducción del bloque de Diputados y en principio tampoco por la presidencia del Comité. El jujeño Gerardo Morales encabeza la reforma del alfonsinismo. El senador reflotó un proyecto elaborado en la Convención Nacional de 2008 en Mina Clavero, que consistía en doce puntos. Entre otras cosas, proponía elegir por el voto directo de los afiliados solo al presidente del Comité, mientras que los otros 24 miembros se elegirían en un plenario de 240 delegados, 10 por cada distrito. Para garantizar que el nuevo presidente del partido no sea sólo votado en las provincias más grandes, como Buenos Aires, tendrá que tener lista propia en al menos ocho distritos.

El Morena volverá a reunirse mañana, después de mucho tiempo en el que su actividad estuvo subordinada a la campaña electoral. Los radicales parecen encaminarse sin sobresaltos a una fuerte disputa interna, que también incluirá las presidencias de las bancadas legislativas.