A ponerle nafta a la ambulancia. El PRO ya empezó su tarea de recuperar heridos de otros espacios políticos para su acumulación en vistas del proyecto presidencial de Mauricio Macri. A los legisladores provinciales de Francisco de Narváez que ya se alejaron de Unión Celeste y Blanca se les podrían sumar otros ex duhaldistas en busca de un líder. Los macristas también están en conversaciones con los ex seguidores de Julio Cobos: Mario Meoni y un grupo de legisladores podrían pasarse al armado PRO, según cómo se resuelva la actual interna de la UCR.

“Tenemos que construir para el 2013 una fuerza alternativa al kirchnerismo”, apuntó en su Twitter Federico Pinedo. En ese año deberán dar el paso decisivo hacia la construcción nacional de la que carece el líder del PRO. Pero, en el camino, los macristas sacarán ventaja del resultado decepcionante del PJ disidente y la UCR en las presidenciales. La búsqueda de desencantados ya comenzó.

Los primeros indicios del trabajo hormiga que vienen haciendo Emilio Monzó y Humberto Schiavoni se vieron en la provincia de Buenos Aires. En la Legislatura bonaerense, la semana pasada el PRO sumó a su bloque al ruralista Jorge Srodek, a quien Francisco de Narváez contaba como propio. En realidad, el dirigente de Carbap llegó a su banca por la lista de Unión-PRO y siempre siguió relacionado con Monzó, Pinedo y Horacio Rodríguez Larreta. Srodek le informó su decisión a De Narváez en una agria reunión que tuvieron en las coquetas oficinas de Las Cañitas. Allí, Srodek le recordó que no estaba de acuerdo con la alianza del Colorado con la UCR. “La nueva oposición está representada por Mauricio Macri y Hermes Binner”, le regaló Srodek después, en público.

Los pasos de Srodek los siguió otra legisladora bonaerense, Verónica Couly, de Bahía Blanca. “Muchos compañeros no nos acompañaron en la alianza con Alfonsín”, remarcó la diputada bonaerense, en un reproche no muy encubierto al empresario de origen colombiano. Con ellos dos, el bloque del PRO –que se completa con un sector del PJ disidente– tendría doce diputados. Los mismos que la UCR. El objetivo que no ocultan los macristas es llegar a ser la segunda minoría.

Para esto, siguen en conversaciones con otros denarvaístas, como el legislador electo Ricardo Lissalde, de la séptima sección electoral.

Otro diputado, Jorge Solmi, estaría entre los que podría retornar a la alianza con el PRO. “Se está hablando con él también, no está cómodo con Francisco”, deslizan los negociadores macristas. Los ex duhaldistas que forman parte del bloque de De Narváez también están entre los posibles dirigentes que pueden abandonar el barco. Uno de ellos es Gonzalo Atanasof, hijo del ex jefe de Gabinete de Eduardo Duhalde Alfredo Atanasof. “Gonzalo necesita renovar en 2013. Y se da cuenta de que con De Narváez no tiene mucho más futuro”, indican en el macrismo. “Los ex duhaldistas se quedaron sin proyecto”, dicen.

A De Narváez esto no le cayó bien: “Hay oportunistas que a la mañana están en un lugar y al mediodía, en otro. Vaya a saber qué intereses los han convencido para semejante travestismo”, lanzó.

Otro de los objetivos bonaerenses del PRO es el pase de los ex cobistas, como Meoni. “El fracaso de la Udeso abre una oportunidad”, se frotan las manos. Si se va, el intendente de Junín podría llevarse consigo a unos cuantos legisladores provinciales. Con el resto de los radicales, por ahora, sólo hay “contactos sociales: un almuerzo con Oscar Aguad, un café con Ernesto Sanz, otro con Víctor Fayad están en el menú PRO, pero sin que todavía ninguno se anime a dar el salto.

Monzó, en tanto, continúa hablando con otros peronistas para llenar los espacios que dejó vacante el duhaldismo en Córdoba y Santa Fe. El futuro ministro de Gobierno porteño tiene en su plan sumar a otros referentes del peronismo, para los que tendrá que esperar un poco más: es el caso del intendente de Tigre, Sergio Massa, y del intendente de Rafaela y diputado electo Omar Perotti. “No tienen mucho lugar en el kirchnerismo que viene. Pero no van a romper hoy”, estiman en el PRO.