Mar 08.11.2011

EL PAíS  › EL KIRCHNERISMO BUSCARá RECUPERAR LOS ESPACIOS PARLAMENTARIOS QUE LE HABíA QUITADO EL DISUELTO GRUPO A

Vuelve el juego de las comisiones

En Diputados, el FpV aspira a retomar el control de las 45 comisiones en manos opositoras. La UCR intentará conservar las que preside. El FAP no tomó posición aún. El PRO, el PJ disidente y la CC tienen pocas posibilidades de mantener sus espacios.

› Por Miguel Jorquera

Después del triunfo electoral que le permitirá recuperar la mayoría y el quórum propio en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo buscará también en la sesión preparatoria del 5 de diciembre el control de las 45 comisiones legislativas que la oposición tiene en sus manos desde 2009. En el conglomerado opositor sólo la UCR reclama para su bloque la presidencia de las comisiones que se adjudicó cuando formaba parte del ya disuelto Grupo A. Desde el Frente Amplio Progresista anticiparon que no volverían a repetir la experiencia de integrar un entramado opositor único, pero todavía no fijaron postura sobre el armado de las comisiones. Sin unidad opositora, el macrismo tiene menos posibilidades de conservar las dos comisiones que hasta ahora ostenta, mucho menos aún el desarticulado Peronismo Federal y la disminuida Coalición Cívica.

Pese a la certeza de haber recuperado el control de la Cámara baja, después de dos años de ocupar la trinchera de la resistencia ante los embates de la mayoría opositora, el Frente para la Victoria todavía debe resolver otras cuestiones antes de armar su estructura parlamentaria. Entre ellas, la confirmación presidencial de quiénes ocuparán los lugares estratégicos –como la presidencia de la Cámara y la jefatura de la bancada– y amalgamar un bloque de 115 diputados propios donde son más los que llegan (79) que los que continúan en sus bancas (36) tras el recambio legislativo del 10 de diciembre.

Otro, no menos importante, es el papel que jugarán sus aliados más fieles, como los siete santiagueños del Frente Cívico, los cinco del sabbatellista Nuevo Encuentro y los tres neuquinos del MPN. Todos ellos, salvo algunas excepciones, acompañaron desde el llano la resistencia oficialista en el Congreso. Ahora su aporte será decisivo para que el kirchnerismo alcance el quórum propio en Diputados. Para ellos, el oficialismo prevé un rol más trascendente en el armado de las comisiones.

En el bloque K todo ha sido por ahora “protocolar”. A la tropa propia que tiene mandato hasta 2013 se la consultó sobre las cinco comisiones de las que querían ser parte. Lo mismo que a los escasos diputados oficialistas electos que pasaron por la presidencia del bloque, en el tercer piso del Palacio Legislativo. Ninguno se llevó el compromiso de que sus deseos serán cumplidos.

Todo dependerá de la estructura que se diseñe desde el Gobierno para sostener el delicado equilibrio de su andamiaje parlamentario. Incluso, sus autoridades. Ni la designación del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien parece contar con los avales necesarios para asumir la presidencia de la Cámara baja, ni la continuidad del incondicional Agustín Rossi al frente del bloque K está confirmada. La palabra final la tendrá la Presidenta.

Por eso, el FpV propondría en la sesión preparatoria conformar solo aquellas comisiones que deberán debatir los proyectos que el Ejecutivo pedirá que se traten en diciembre, a través de la prórroga de las sesiones ordinarias o en convocatoria a extraordinarias. Una lista que incluye la ley de tierras y las medidas contra el lavado de dinero que reclama el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), así como la continuidad de la ley de emergencia económica y de los impuestos al cheque y al tabaco. Tampoco se descarta el Presupuesto 2012, si el oficialismo no logra su sanción antes del 30 de noviembre, con la actual composición legislativa.

Así, podría analizar hasta marzo próximo la estructura de las 45 comisiones permanentes de Diputados y las siete bicamerales. También el papel de sus aliados más fieles y el de los potenciales o circunstanciales. Incluso de la oposición.

Del lado opositor

Desde la UCR se ha dicho que mantendrá un bloque con “identidad propia”, dejando de lado la idea de repetir la experiencia del Grupo A, y que “hará una oposición constructiva”. Pero los radicales reclaman para su bancada la continuidad de la presidencia de las seis comisiones que comanda y que incluyen Agricultura, Justicia, Defensa, Vivienda y Libertad de Expresión, desde donde atacó o bloqueó las iniciativas del Gobierno en los últimos dos años. El bloque que hasta ahora preside Ricardo Gil Lavedra argumenta que conserva la cantidad de diputados (bajó de 43 a 41) y sigue siendo la segunda fuerza parlamentaria en la Cámara baja, por lo cual se debe “respetar la proporcionalidad” en la representación. Algo que la UCR no tuvo en cuenta cuando en 2009 se presentó a todo el conglomerado opositor como un solo bloque (Grupo A) y se le arrebató al oficialismo y primera minoría la mayoría de los miembros de todas las comisiones legislativas.

El FAP todavía no discutió internamente el tema. Pero no se descarta que dé pelea por acceder a la presidencia de algunas comisiones o mantener las que conquistó cuando muchos de los miembros del interbloque pertenecían al de Proyecto Sur (ahora reducido a solo tres bancas) y se sumaron al Grupo A: Energía (Fernando “Pino” Solanas), Recursos Naturales (Miguel Bonasso) y Derechos Humanos (Victoria Donda).

Dispuestos a diferenciarse del resto, los miembros del FAP pretenden asumir el rol de la principal fuerza opositora que se ganó en la elección presidencial. Es el único interbloque (por fuera del oficialismo) que ha sumado diputados (pasó de 19 a 22), pero apenas supera la mitad que conservó, aun en su caída, el radicalismo. Ahora ocupará el lugar que dejó vacante el disperso peronismo disidente y hasta podría disputar un puesto en la conducción de la Cámara (entre sus vicepresidentes, reservados para las otras minorías).

Las huestes de Eduardo Duhalde, de los puntanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá y del empresario Francisco de Narváez se disputan el dividido Peronismo Federal. Lejos ahora de conservar la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales (presidida por la reelecta Graciela Camaño) y las de Industria, Previsión, Familia y Deportes que consiguieron cuando todos eran parte del mismo proyecto y del Grupo A. A la división entre sus principales líderes, se debe añadir que dos diputados bonaerenses emigraron junto a Felipe Solá, en su nueva etapa como “independiente”, y que cuatro santafesinos armaron su propio bloque. A ninguno de ellos, por ahora, el kirchnerismo los cuenta entre sus aliados. Además, habrá que ver cómo se alinean los díscolos del PJ pampeano y del cordobés (dos bancas por cada uno), que siempre mantuvieron sus propios bloques provinciales. Pero nadie entre estos sectores, por peso numérico propio, se encuentra en condiciones de aspirar a la conducción de una comisión.

Tampoco el PRO. El macrismo conserva la misma cantidad de diputados (once), pero no logró traspasar las fronteras de la Capital. La mayoría de sus representantes son porteños y ni siquiera sumó (como en 2009) legisladores bonaerenses. Perdería las dos comisiones que consiguió como parte del Grupo A: Obras Públicas (Christian Gribaudo, que no logró renovar su banca como candidato en las listas del duhaldismo) y Mercosur (Gabriela Michetti).

Con menos posibilidades aún cuenta la CC, que vio disminuir su bloque de 19 diputados a solo 7, si todavía puede contar entre sus filas a la reelecta Patricia Bullrich. También tendría que resignar las presidencias de Finanzas (Alfonso Prat Gay) y Legislación Penal (Juan Carlos Vega).

Aunque todos buscarán negociar lugares relevantes para su tropa en la estructura legislativa, de uno y otro lado saben que las heridas que produjo el embate opositor del Grupo A todavía no están cicatrizadas.

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