EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER Y HUGO CHáVEZ MANTUVIERON UNA DISTENDIDA Y EMOTIVA REUNIóN BILATERAL EN CARACAS
Fue el primer encuentro luego de que se conociera la enfermedad del presidente venezolano. Chávez tenía preparados varios homenajes a Néstor Kirchner, incluso un cuadro pintado por él. Firmaron convenios e intercambiaron recuerdos.
› Por Nora Veiras
Desde Caracas
Las puertas de la Sala de Ministros del Palacio de Miraflores se abrieron y el rostro de Cristina Fernández de Kirchner se transformó. Las lágrimas tallaron su mirada ante la sucesión de fotos de su esposo acompañando en distintos momentos a Hugo Chávez. La emoción desbordó cuando descubrieron juntos con su par venezolano el inmenso retrato del ex presidente pintado sobre la bandera argentina que desde ayer encabeza el salón “Néstor Kirchner”. “Agradezco en nombre de mi país, mío y de mis hijos, este gesto de amor, de cariño hacia quien fuera mi compañero de vida”, dijo la Presidenta, y destacó que con Chávez “pensamos de la misma manera sobre lo que tiene que ser un proyecto político con inclusión e integración social. Sacar a millones de la pobreza tiene que ver con la integración regional, por eso nuestro lugar está aquí, en la necesidad de aunar esfuerzos de toda la región”. El bolivariano empezó entonces a enhebrar historias, anécdotas y proyectos en una larga charla en la que anunció su presencia en la reasunción de CFK el 10 de diciembre “por un nuevo período de ocho años”. “Cuatro son más que suficientes”, lo interrumpió ella, buscando conjurar cualquier especulación.
La empatía entre los dos mandatarios quedó explicitada desde que la Presidenta pisó Caracas. Chávez fue a recibirla al pie del avión y la acompañó en el auto hasta el hotel. Esa fue, en rigor, la primera bilateral privada de la cual sólo fue testigo Florencia Kirchner. En el mediodía de ayer, la visita oficial empezó en las puertas de Miraflores, donde el venezolano salió a esperarla acompañado de su hija Rosa Virginia y sus dos pequeños nietos, Manuel y Jorge “El Gallito”. Un diálogo en su despacho precedió a la inauguración del salón “Néstor Kirchner” y a la firma de convenios de cooperación comercial, industrial, política y social.
“Estaba hablando con la Presidenta y me dijo: ‘¿Qué estás haciendo?’. ‘Estoy pintando un cuadro’, le comenté. Y entonces me dijo: ‘¿Por qué no me pintas uno a mí?’. Lo terminé ayer, todavía está fresco.” Hugo Chávez corrió la tela que lo cubría y aparecieron los rostros de Néstor Kirchner y de él.
“¿En serio lo hiciste vos?”, preguntó incrédula Cristina Kirchner, y de inmediato recordó que la foto que lo había inspirado era del viaje de su esposo a Venezuela para interceder en la entrega de rehenes de las FARC en Colombia. Los dos se abrazaron. Apenas llegó al hotel, la Presidenta sacó del estuche el original que le regaló Chávez y lo exhibió en la habitación.
Como en una reunión de amigos, ajenos a todo protocolo, los presidentes recorrieron el derrotero político y personal de cada uno. “Estábamos con Florencia en la cama, en Olivos, cuando Hugo le dijo al mundo qué le estaba pasando y las dos nos pusimos a llorar”, contó ella al aludir al cáncer que le habían diagnosticado, y confirmó sus temores cuando “me caí y me lastimé la frente, anuncié que me presentaría a la reelección y no me llamaste, cuando siempre llamás. Ahí me di cuenta de que te estaba pasando algo grave”.
Chávez recordó que tejieron una relación personal a partir del llamado de Kirchner cuando, a poco de asumir, le pidió ayuda para que le enviara combustible. “Estaba sufriendo un chantaje”, remarcó.
–Más o menos –confirmó CFK.
–Le dije que sí. Cualquier cosa para que pudiera zafarse de esos grupos que querían obligarlo a cambiar el rumbo. Si hubiéramos podido desprender una refinería para mandarla, lo habríamos hecho. A los pocos días estaba llegando el primer barco a Buenos Aires. De ahí, todo lo demás.
El pronóstico de Fidel Castro en la asunción de Kirchner diciéndole: “Huele bien aquí, se percibe”. Una charla con Lula, el ex presidente de Brasil, en la que le propuso “hacer una cumbre de los que vencimos el cáncer”. La alegría retrospectiva por “lo que significó la llegada al poder de Lula y Néstor Kirchner. Luego de Evo Morales, Tabaré Vázquez, Correa, ahora Dilma y Cristina, que ha sido reelecta con el 54 por ciento”.
–54,11 –precisó ella.
Todo se fue encadenando en una charla en que las alusiones a San Martín, Bolívar, Belgrano, Dorrego, Alberdi, Jorge Abelardo Ramos, Perón, Aldo Ferrer y Jaguaribe contextualizaron la firma de los convenios.
“En este mundo en crisis, acá estamos nosotros; no en óptimas condiciones, pero sí en buenas condiciones para pensar en un gran proyecto nacional”, dijo Chávez, y recordó “la habilidad” de Néstor Kirchner para manejar la Cumbre de Mar del Plata, “donde dijimos no al ALCA”. “Ningún país por sí sólo tendría futuro amenazado por grandes imperios, los viejos y los nuevos. Esta es la gran oportunidad de darle vida a un proyecto regional, a luchar sin descanso contra la miseria, la exclusión, la pobreza de millones de seres humanos”, señaló antes de dar paso a una teleconferencia con una planta de vegetales: “Esto es lo concreto de las ideas de las que hablamos”. La incorporación de cooperación tecnológica para que, por ejemplo, Nicaragua aproveche la producción lechera que pierde por imposibilidad de elaborar la materia prima; o que las islas caribeñas, rodeadas de peces, puedan acceder a barcos pesqueros, fueron algunas de las propuestas esbozadas por el venezolano.
Cristina Kirchner destacó que Latinoamérica tiene “recursos naturales, humanos, inmensidad, capacidad energética, alimentaria, que tienen que ser aprovechados en mejorar la calidad de vida de millones y también para colaborar con la economía mundial. No queremos colonizar a nadie, queremos aportar como economías emergentes. Con crecimiento, con inclusión y sin subordinación a los otros, sin perder nuestra identidad”.
En pro del afianzamiento de los vínculos regionales se lanzará hoy la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac). Previamente, CFK mantendrá un encuentro bilateral “a agenda abierta” con su par brasileña Dilma Rousseff.
Para darle forma definitiva al nuevo organismo regional están trabajando desde el lunes funcionarios y cancilleres de los 33 presidentes. La decisión es emitir 23 declaraciones especiales sobre temas que preocupan a los países de la región. A la Argentina le interesa, en particular, el respaldo al reclamo de soberanía de las Islas Malvinas y el reconocimiento de la labor de la Agencia Brasileña-Argentina de Contabilidad y Control del desarrollo nuclear sin fines bélicos, que permite garantizar seguridad sin intervención de terceros países. Para la Cancillería, la Celac es una plataforma de profundización de cooperación, pero no es vista como una alternativa excluyente a la Organización de Estados Americanos (OEA) que sí integran Estados Unidos y Canadá. Otros países –Ecuador y Bolivia, entre ellos– la imaginan como una instancia superadora de la OEA. Los cancilleres acordaron ayer que las próximas reuniones plenarias de la Celac tendrán lugar en Chile (2012) y Cuba (2013).
Brasil tiene una postura semejante a la Argentina sobre la institucionalización del nuevo organismo que tomará decisiones por consenso. Hoy, en el encuentro entre ambas mandatarias, la Celac será analizada al igual que las relaciones económicas y comerciales bilaterales. Cristina Kirchner se trasladará al hotel donde está alojada su par brasileña cerca del mediodía. A primera hora de la tarde se volverán a encontrar en el teatro Teresa Carreño para la inauguración oficial de la cumbre.
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