Sáb 17.12.2011

EL PAíS  › MARIO BARLETTA ASUMIó COMO PRESIDENTE DEL RADICALISMO

Custodiado por el alfonsinismo

El ex intendente de Santa Fe fue designado al frente de la UCR, aunque quedó condicionado por los alfonsinistas, que pusieron a nueve de los quince miembros de la conducción del partido. Lo eligieron en un plenario del Comité Nacional con pases de factura y peleas.

› Por Sebastian Abrevaya

En un clima caldeado y con algunas grietas internas, el radicalismo eligió ayer al ex intendente de Santa Fe Mario Barletta como presidente de la UCR. Impulsado por su antecesor, Ernesto Sanz, y acompañado por la Liga de Intendentes, Barletta quedó fuertemente custodiado por el alfonsinista Movimiento de Renovación Nacional, que colocó nueve de los quince integrantes de la mesa de conducción. El ex vicepresidente Julio Cobos debutó como delegado y se quedó con dos lugares en la estructura partidaria. El sector de los históricos dirigentes Leopoldo Moreau y Federico Storani reclamó sin éxito la creación de una comisión de acción política. “Es un momento de dar un paso hacia adelante, nadie debe dar un paso al costado. Necesitamos de un radicalismo unido”, lanzó Barletta en su discurso, luego de varias horas de negociaciones. Por primera vez, una mujer –Alicia Mastrandrea– y un representante de la juventud –Francisco Fonseca– ocupan un lugar de relevancia.

Después del fracaso electoral de octubre, el radicalismo se hundió en una fuerte discusión interna, que se plasmó en la Convención Nacional de Vicente López y que se replicó ayer, en menor escala, en el plenario de delegados. Antes de arrancar las deliberaciones, las agrupaciones juveniles La Cantera Popular y la Red Federal protagonizaron un enfrentamiento en el que salieron lastimados dos militantes. La Red Federal, fuertemente identificada con el alfonsinismo, estaba en el playón del Comité Nacional cuando ingresó una columna de La Cantera intentando hacerse lugar en la primera línea detrás de las vallas. Superado el incidente, se generó una guerra de cantitos cruzados que interrumpió en varias oportunidades el funcionamiento del plenario.

Con 88 delegados arrancó la asamblea, después de varias reuniones cerradas entre los representantes de los distintos espacios. El principal conflicto giró en torno de la vicepresidencia primera. Barletta amenazó con bajarse si el alfonsinista Angel Rozas renovaba en ese cargo. Fue un consejo que le dio Sanz: incidir en el armado de la mesa de conducción. Finalmente ese lugar quedó para una chaqueña cercana a Rozas, la ex senadora Alicia Mastandrea. En ese contexto el Morena se quedó también con la vicepresidencia segunda para el diputado entrerriano Atilio Benedetti y la secretaría general para el bonaerense Juan Manuel Casella.

La Cantera popular, sector mayoritario de la Juventud, obtuvo la vicepresidencia tercera para Francisco Fonseca. En su primera acción política luego de dejar la vicepresidencia de la Nación, Cobos viajó desde Mendoza para participar del plenario como uno más de los 102 delegados. Le dieron dos lugares, uno para su comprovinciano César Biffi y otro para el tucumano Ariel García. El sector de los intendentes, que comanda el cordobés Ramón Mestre, apoyó a Barletta y se quedó además con un lugar más para Carla Abugauch. En este contexto, el presidente del partido estará condicionado políticamente por el alfonsinismo, que mantiene la mayoría del poder partidario.

“Es un gran honor y un enorme compromiso”, empezó Barletta su discurso, que se había traído impreso. Con un perfil técnico, el ex intendente llamó a “trabajar por una sociedad más justa”, recordó un encuentro con Raúl Alfonsín en los ’80 y criticó el relato del gobierno nacional. “El gobierno de los Kirchner construyó otro relato como ‘contracara’ de la década menemista, intentando convencer que se trataba de una verdadera epopeya revolucionaria para enfrentar a los poderosos. De un lado están los buenos, liderados por el gobierno, y del otro los malos. Y en esa dualidad instalaron un clima social de rencores y enfrentamientos estériles. Pero seamos claros. Una cosa es el relato y otra la realidad”, leyó Barletta.

Previamente y para responder a las críticas que surgieron durante el debate, Ricardo Alfonsín tomó la palabra y salió una vez más a justificar su acuerdo con Francisco de Narváez. “Nos equivocamos, es cierto, pero no tienen derecho a acusarnos de desviación ideológica. No necesito demostrar mi progresismo”, retrucó el ex candidato a presidente, en respuesta a las críticas del delegado de la Organización de Trabajadores Radicales (OTR), Raúl Barr.

Pedro Azcoiti, hombre de Federico Storani, reclamó la creación de una comisión de acción política por 180 días y que se llame a elecciones directas de los afiliados para elegir un nuevo presidente. Su iniciativa no tuvo eco y luego el alfonsinista Gerardo Morales tomó la palabra para proponer la lista que habían negociado. “No somos un partido en crisis, hemos tenido un mal resultado”, dijo el senador por Jujuy.

La UCR empezó ayer un nuevo capítulo para remontar aquel resultado.

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