EL PAíS › EL ABOGADO DE LA ASOCIACIóN DE MADRES DESESTIMó LAS AFIRMACIONES DE SCHOKLENDER
El ex apoderado dijo que todas las noches iba al casino para jugar, ganar y financiar a las Madres. Además aseguró que robaban kioscos y supermercados para bancarlas. El abogado de Madres señaló que nada de lo que dijo figura en la Justicia.
Hebe de Bonafini ignoró las supuestas “revelaciones” de Sergio Schoklender sobre las Madres de Plaza de Mayo y desestimó la idea de responderle al ex apoderado de la Fundación. El abogado del organismo de derechos humanos en la causa contra Schoklender por “lavado de dinero” y “estafa” en el programa de construcción de viviendas populares Sueños Compartidos, Eduardo Fachal, fue más contundente: “No sé cómo se puede dar tanta importancia a un fabulador”. Es que en una entrevista publicada en un blog incorporado a la página web del diario El País de España, y como adelanto de su propio libro, Schoklender afirmó, sin aportar una sola prueba, que las Madres se financiaron en los ’90 a través de “robos” y de lo que él recaudaba como “brillante jugador de black jack” durante horas de “trabajo” en el casino flotante de Puerto Madero. Además de los contactos que –según afirmó– había establecido con las FARC y con el Ejército Zapatista mexicano y la elaboración de un plan para “secuestrar” al dictador Eduardo Massera.
“¿Para qué? No tiene sentido”, respondió escuetamente a Página/12 la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Bonafini prefirió ignorar la nueva andanada de historias sobre la fundación que Schoklender lanzó en una extensa entrevista (25 páginas) que concedió al periodista Martín Caparrós y que éste publicó en su blog, al que se puede acceder a través de un link de la edición digital del diario español.
Fachal se mostró sorprendido “con la trascendencia periodística y social que se le da a un fabulador como Schoklender sin que nadie lo frene”. El abogado que representa a las Madres de Plaza de Mayo en la causa que el juez federal Norbeto Oyarbide sigue contra el ex apoderado de la fundación por “lavado de dinero” y “estafa” en el programa Sueños Compartidos, se refirió a que las “revelaciones” que Schoklender hace ante los periodistas “no figuran en el expediente judicial”.
A modo de ejemplo, Fachal sostuvo que la denuncia de Schoklender sobre los supuestos millones de euros que las Madres tenían en la Caja de Asturias, se fueron reduciendo –según declaraciones del mismo Schoklender– “de tres millones a dos, luego a 600.000 y finalmente a 300.000. Pero en el expediente figura que la cuenta llegó a tener un máximo de 90.000 euros, que es cuando las Madres cobraron la remuneración que acompaña el Premio Príncipe de Asturias con que fueron distinguidas”.
“Si fuera él, que por suerte no lo soy, me preocuparía por el expediente judicial, donde tiene una situación muy comprometida, igual que su entorno dentro de la fundación, como su hermano Pablo (Schoklender) y (Alejandro) Gotkin”, dijo Fachal a Página/12.
Schoklender, en cambio, salió a ratificar lo que dijo en la entrevista y, de paso, a promocionar su próximo libro. Afirmó que en los ’90 desde las Madres planeaban crear una “organización foquista” y “mandar a los compañeros a formarse con las FARC en Colombia, con los zapatistas en Chiapas” porque “no veíamos otra salida, era la única salida lógica: había que generar una resistencia”. Que los primeros pasos en esa dirección fueron cuando “salíamos a recaudar como en los viejos tiempos” de los ’70 mediante “choreo” a “negocios, supermercados” y que las armas las guardaban en un “pozo del sótano de la universidad” de las Madres.
Aunque la principal fuente de financiamiento de la Fundación era su paso por el casino de Puerto Madero, donde después de cada trasnoche ganaba “entre cinco y seis mil dólares” y que una noche llegó “a ganar 40.000 dólares”.
“Soy un brillante jugador de black jack”, sentenció Schoklender.
También aseguró que “en 1999, 2000, teníamos todo preparado para ir a secuestrar” a Massera, al que “le habíamos hecho inteligencia, sabíamos cómo se movía, por dónde, teníamos todo preparado”. Aunque dijo que el plan se abortó porque “Hebe se opuso”. Pero Schoklender ya se había hecho su propia película: “Mi fantasía era hacer algo muy parecido a lo que después fue esa película, El secreto de sus ojos”, insistió antes de comentar que la idea era que “lo agarrábamos y se perdía, nunca más”. Schoklender imaginó otro final para el film argentino que ganó el Oscar.
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