“Este gobierno tiene un nivel de interlocución directa con los trabajadores”, dice a Página/12 el vicepresidente Amado Boudou luego de que el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, hiciera públicas dos cartas que le envió a la Presidenta con sus reclamos. A la vez, señala que los temas planteados allí siempre estuvieron “no sólo en la agenda, sino en las acciones del Gobierno” y que “todos los que tienen responsabilidades entienden muy clarito” qué es la sintonía fina. Habla sobre las petroleras y los subsidios y deja un segundo mensaje directo, esta vez para la Corte Suprema: “Hay que ponerle un freno a un sistema que es antidemocrático y antipopular”, afirma, en relación con las acciones de amparo.

–¿Va a haber una respuesta formal del Gobierno a Hugo Moyano?

–Este gobierno se ha ocupado siempre de los trabajadores y tiene un nivel de interlocución directa con los trabajadores. Va a seguir en ese camino. Uno ve con claridad cómo es recibida la Presidenta cada vez que tiene contacto con los trabajadores. No hay ningún gobierno que haya hecho un esfuerzo tan grande para que se recomponga el salario real. El proceso de industrialización es un proceso de inclusión en el que permanentemente aumenta el número de trabajadores. Para cualquier otra respuesta hay una nota en Página/12 de Luis Bruschtein que resume el signo de estos tiempos y las contradicciones que pueden generarse en el movimiento obrero.

–Pero sobre los reclamos puntuales: la suba del mínimo no imponible, las asignaciones familiares, ¿puede haber una respuesta, más allá de que haya reunión o no?

–Son temas que han estado siempre, no sólo en la agenda, sino en las acciones del Gobierno en estos ocho años. Es absurdo pensar que el Gobierno va a cambiar sus políticas. Lo más importante lo marca la posibilidad de que todos los años haya paritarias, que deben ser tomadas con máxima responsabilidad por todos los sectores, deben estar acordes con el avance del modelo, de esta Argentina que va incluyendo. Está claro lo que dijo la Presidenta: este gobierno no va a ser gendarme de la rentabilidad de los empresarios ni partícipe en ninguna interna sindical, porque eso sería poner una cuestión sectorial por encima de un modelo que el Gobierno pretende que incluya a los 40 millones de argentinos en sus diversas actividades. Además, la sintonía fina tiene que ver con esto...

–Moyano dijo que no entiende qué es la sintonía fina, dijo que le hacía acordar a Menem.

–Acá no hay nadie que no entienda. Todos los que tienen responsabilidades entienden muy clarito. Por ejemplo, el rol de los subsidios no puede ser asegurar que algunos sectores tengan ganancias por encima del resto. Por eso en esta etapa el redireccionamiento de subsidios tiene que ver con mantener las condiciones de competitividad y mejorar la equidad, que ha sido una de las claves de este proceso. Si uno compara Argentina con el resto del mundo, queda claro que la redistribución del ingreso no sólo es una cuestión social importantísima, sino también un instrumento económico de gran envergadura porque la mejora en la distribución del ingreso permite sostener el mercado interno, al mismo tiempo, esto genera más puestos de trabajo y más inversión. Cuando hay sectores con rentabilidades excesivas, se frena este circuito y eso tiene que ver con diversas medidas que la Presidenta está tomando en esta etapa.

–Moyano dice que va a haber un freno en las paritarias.

–Este gobierno es el que las fomenta. Los trabajadores mejor que nadie saben cuándo no había paritarias. Justamente la etapa del kirchnerismo es la que sostiene a rajatabla el mecanismo de paritarias como la mejor manera para que los aumentos salariales permitan que los trabajadores estén todos los días un poco mejor.

–¿Molestó la mención a Carlos Menem, a la flexibilización laboral?

–No resiste el menor análisis.

–¿El Gobierno preferiría un cambio en la cúpula de la CGT?

–Esa es una cuestión de los trabajadores y sus representantes.

–¿Pero el diálogo con Moyano se puede recomponer? El dijo que estaba suspendido. ¿Cómo lo ven ustedes?

–Es lo que decía antes. El Gobierno tiene un nivel de interlocución con el conjunto de los trabajadores directo. Y eso va a seguir así porque es un gobierno que representa a los trabajadores, si no, no podría tener más del 54 por ciento de los votos. La cuestión de las internas sindicales y las discusiones sindicales tienen que resolverse en esos ámbitos, no es un tema del Gobierno.

–Más allá de los planteos gremales, ¿tienen alguna explicación sobre el cambio de posturaen relación al Gobierno de Moyano? ¿Hay un enojo personal, esperaba más lugares en las listas, no tiene interlocutor y estaba más cómodo con Kirchner?

–No sé. Lo que sí interpreto es que no pueden ponerse las cuestiones personales por encima de las responsabilidades y del rol que cada uno tiene. Así como el Gobierno no puede poner el interés sectorial por encima del interés del pueblo, ninguno de nosotros puede poner la visión personal o los gustos personales por encima de las responsabilidades que tenemos. Pero no sé si es así.

–¿Cuánto se enojaron con el gobernador Daniel Scioli por el pedido de que Moyano no se vaya de la conducción del PJ?

–Nosotros no nos enojamos, nosotros trabajamos. Cada uno asume su responsabilidad y toma sus posiciones y ocupa los espacios. Hay que ser lo más consistente y consecuente con un modelo de gestión y de decisiones políticas que le sirve a los argentinos. No es cuestión de enojarse sino que cada cual se pare muy claramente en su lugar, dé definiciones y lo haga de cara a la sociedad.

–¿Se están pensando en el reemplazante para el cargo de Moyano en el PJ?

–Se va a resolver con los mecanismos del partido. Cuando lo considere, va a reunir a sus autoridades y lo va a resolver.

–¿Cómo vio a la Presidenta luego de su licencia?

–Muy bien, con mucha fuerza, siempre es la que más trabaja y la que marca con toda claridad los rumbos. El otro día hubo un nuevo aumento de jubilaciones que parece que pasó bastante desapercibido. Nosotros recibimos burlas de la oposición que decían que con nuestra fórmula las jubilaciones no iban a poder aumentar más de un 4 por ciento al año. El aumento del 17,62 por ciento para el semestre marca la fortaleza de esta fórmula. Y hay más jubilados. Hay un proceso de inclusión social. Todo forma parte del mismo modelo: puede haber más jubilados y aumento de las jubilaciones porque aumenta la recaudación y aumenta la recaudación porque cuidamos el mercado interno y la demanda agregada, de la cual los jubilados son parte en este modelo. En enero tuvimos la recaudación record de toda la historia de la República Argentina: 52.844 millones de pesos. Marca que este modelo es sustentable y nos permite tener el mejor salario mínimo de toda Latinoamérica y el mejor nivel de jubilaciones de toda Latinoamérica. En un mundo donde hay muchas turbulencias, donde el desempleo es una calamidad aun en las naciones más desarrolladas, nosotros vamos por un camino que da certeza a todos los argentinos. Lo que no vamos a permitir es que el esfuerzo de 40 millones que lidera la Presidenta, cuatro o cinco vivos se lo quieran llevar a su bolsillo.

–¿Quiénes serían esos cuatro o cinco vivos?

–Básicamente, quienes manejan corporaciones. Algunas veces en forma directa, porque son los que tienen estas ganancias. Otras veces en forma indirecta, porque son corporaciones mediáticas que tratan de minar el modelo y frenar un proceso político y social. Es muy importante que las corporaciones mediáticas, y me estoy refiriendo al grupo Clarín y al grupo del diario La Nación, intentan formar parte del sistema politico y de buscar frenar este proceso. Es importante que hay un sector de la Justicia que se ha comportado en forma corporativa y en defensa de las corporaciones. Que se haya creado un derecho cautelar plantea muchas dudas respecto de si tenemos un control de constitucionalidad adecuado. Este sistema de control de constitucionalidad difuso en el cual cualquier juez puede frenar la norma que ha sido votada por el Congreso va en contra del sistema democrático y de la voluntad popular.

–Aparte de la ley de medios, ¿qué otros amparos están esperando que se reviertan?

–El tema del Renatre se resolvió rápido en segunda instancia, pero es un caso emblemático. Es una ley que mejora la calidad laboral de casi un millón de trabajadores, que le quita el uso discrecional de fondos a un sindicato que lo hacía en connivencia con los sectores patronales y no para proteger a sus afiliados. Fue enviada por el Poder Ejecutivo, votada por un Parlamento que tiene poco más de dos meses y sin embargo, un juez, aun en feria, habilitó una medida cautelar para intentar frenarla. Por un lado va en contra de la voluntad popular y por otro, es un problema institucional. Es un problema serio.

–La misma Corte Suprema advirtió sobre las medidas cautelares, dijo que no podían demorarse porque perdían su razón de ser .

–No alcanza con decirlo. Hay que ponerle un freno a un sistema que es antidemocrático y antipopular.

–¿Y qué pasa con la reforma constitucional? ¿Se está pensando en eso o no?

–Este es un momento de gestión y de estar muy concentrado en todas las actividades que plantea la Presidenta, que tienen que ver con mejorar la calidad de vida de todos los habitantes. Después, siempre hay conversaciones y discusiones dentro de cada espacio político. Entiendo que se preste más atención al nuestro que a otros por la envergadura y la importancia que tiene, por lo que han sido estos ocho años de gobierno y por lo que sin duda van a ser los cuatro que vienen. Pero los debates internos deben mantenerse en ese sentido porque siempre que hemos tenido algo que comunicar a la población lo hemos hecho.