El kirchnerismo salió a poner paños fríos a la posibilidad de habilitar una reforma constitucional que permita una nueva reelección de la presidenta Cristina Kirchner. La diputada del Frente para la Victoria Diana Conti aseguró que “hoy en día” no se encuentra en los planes de la Presidenta. Con todo, emitió un comunicado aclarando que no puede realizarse una consulta popular para la reforma de la Constitución y que, además, “el pueblo ya se expresó el año pasado”, cuando CFK fue reelecta con el 54 por ciento de los votos. Más expeditivo, el senador Aníbal Fernández respondió que “ni en pedo” iba a explayarse sobre un tema que no está en la agenda del Gobierno.

“Sólo pediríamos una reforma constitucional si lo pide Cristina Fernández de Kirchner, pero hoy en día la Presidenta no lo habilita en modo alguno”, explicó Diana Conti, una de las primeras kirchneristas en deslizar la idea en una entrevista durante el año pasado. La diputada salió a desvirtuar la posibilidad de que la reforma salga a través de una consulta popular, cosa que, recordó, está expresamente vedada. Didáctica, explicó: “La ciudadanía participa en las reformas constitucionales de nuestro país a través de la elección de los legisladores nacionales y, luego, de los constituyentes si aquéllos decidieran la necesidad de la enmienda”. Que para sacar la reforma en el Congreso hace falta una mayoría especial de dos tercios que hoy el oficialismo no tiene.

En tanto, Aníbal Fernández aseguró que el tema “no está en la agenda”. “Si contesto sobre esto, de cualquier forma que lo conteste, es el título, con lo cual no lo pienso contestar, ni en pedo. El tema de la reelección lo instaló la oposición. Que lo expliquen (Héctor) Magnetto y la oposición”, afirmó en una entrevista radial.

Aseguró que dentro del kirchnerismo “nunca hablamos de este tema”. “No voy a discutir este tema. No voy a darle de comer a algo que no me interesa, porque no está en nuestra agenda. Nunca fue de la agenda ni de la política del Gobierno”, dijo. Añadió que “los militantes pueden pensar para un lado o para el otro y cada uno puede decir lo que se le antoje, porque gracias a Dios en la Argentina se puede hacer eso. No opinaría tomando un café, porque seguramente alguien lo va a multiplicar el día después”.