EL PAíS
› EN EL ACTO PRINCIPAL ESTUVO LA PLANA MAYOR DELASOTISTA
Buena gira cordobesa para Kirchner
El candidato le dedicó el fin de semana a una provincia en la que no había logrado buena llegada. Tuvo un acto con buena concurrencia, logró apoyo explícito del delasotismo y fue durísimo con Menem, que había operado el día anterior hablando de un acercamiento propio con los cordobeses.
› Por Mónica Gutiérrez
En la recta final de la campaña, Néstor Kirchner se le animó a uno de los distritos del país que hasta ahora le había sido adverso. Desde el viernes hasta el domingo a la noche –con un paréntesis el sábado– recorrió Córdoba y se llevó una buena cosecha: un acto masivo en la capital cordobesa, el apoyo de la mayoría del delasotismo y la comprobación de que la campaña está a pleno en el interior provincial. “Me estoy conociendo con los cordobeses, no tengo duda de que en la medida en que me vayan conociendo me van a acompañar”, señaló, al justificar las encuestas que lo ubican hasta ahora en la provincia por estrecho margen debajo de Carlos Menem y de Adolfo Rodríguez Saá, aunque con diferencias según la región. Doce mil almas acompañaron al santacruceño en el Estadio Orfeo, el mismo donde Menem inició su campaña proselitista con un escenario bastante menos colmado, meses atrás.
La gira comenzó el viernes por la tarde: en un hotel cercano al aeropuerto el candidato habló con los medios y recibió el apoyo explícito de los principales gremios cordobeses: Luz y Fuerza, Smata, Empleados Públicos, Alimentación y Seguro. A las nueve en punto llegó Daniel Scioli desde Santa Fe y se cruzaron juntos al Estadio Superdomo Orfeo, el mismo donde meses atrás el ex presidente Menem comenzó su cuarta carrera presidencial. Allí compartieron el palco con los máximos referentes del delasotismo cordobés: los senadores nacionales Jorge Montoya y Beatriz Halak, los diputados Eduardo Di Cola y Alicia Narducci y hasta la hija de Olga Riutort, María Victoria Flores, y con los históricos, como el caso del dirigente Julio Badrán. El clima no pudo ser mejor ante los ojos del candidato, ovacionado por 12 mil personas, la mayoría movilizadas por los referentes del PJ local, en una ciudad que hasta ahora no le ha sido de fácil inserción.
Un día antes, un operativo comandado por el candidato a vice de Menem, Juan Carlos Romero, había intentado sembrar zozobra sugiriendo el apoyo de José Manuel de la Sota al riojano. Es cierto que el juego del gobernador cordobés es a dos puntas: manda dos tercios de sus operadores a trabajar para Kirchner y deja un reaseguro con Menem, para no correr el riesgo de perder la reelección en la provincia el 8 de junio, donde el menemismo todavía tiene algunas fuerzas. Pero el acto y una frase de Kirchner en su discurso fueron cruciales para el destino delasotista: “Como presidente, voy a venir a ponerle la banda al gobernador de Córdoba”, exclamó.
Consultado por su desempeño en las encuestas locales, que lo ubican por estrecho margen debajo de Menem y de Rodríguez Saá, aseguró que “estamos teniendo un profundo crecimiento en estos días. Me estoy conociendo con los cordobeses, no tengo duda de que a medida que me vayan conociendo me van a acompañar”.
El domingo a la mañana la gira comenzó por Villa María, donde Kirchner visitó al intendente Eduardo Acastello, otro de los prescindentes. En un largo diálogo con los periodistas admitió que “los alineamientos de la segunda vuelta no expresarán necesariamente una misma visión de algunos temas del país”, con lo que dejó abierta la puerta para eventualmente sumar votos con Rodríguez Saá. Negó rotundamente la posibilidad de convocar a Menem para un pacto de gobernabilidad y cuestionó que nadie ponga en duda las propuestas de campaña del candidato riojano, como la de bajar el IVA al 13 por ciento: “Eso es inviable si se tiene en cuenta que para cumplir con el superávit la Argentina necesita recaudar 5500 millones”, y ningún periodista ni economista hace un análisis racional de este tema.
Arremetió contra Ricardo López Murphy al recordar que “era ministro de De la Rúa cuando se sancionó la vergonzosa ley sindical Banelco, estabaabrazado con Santibáñes y no dijo nada, consintió todo. Por eso es bueno que recuperemos la memoria”, agregó.