“Consideramos el hecho ocurrido como un desastre previsible y no como un accidente. Sabemos que hay responsables de lo ocurrido y que hay quienes tienen la obligación de encontrarlos.” Con estas palabras, familiares y amigos de Lucas Menghini Rey –que fue encontrado sin vida dos días después, en el tren de TBA que chocó en la Estación Once– exigieron “justicia” a través de una carta que leyeron en una convocatoria que se llevó a cabo en el teatro Margarita Xirgu, en el centro porteño.

En el acto para homenajear a Lucas se mezclaron lágrimas, abrazos y sonrisas. Sus amigos cantaron canciones de Chimeneas, el grupo al que pertenecía el joven de 20 años fallecido. Además, alzaron fotografías con el rostro del joven y la leyenda “Te Amo. Lucas Menghini Rey”.

También mostraron carteles con frases que remitían a la letra de la canción “Moscas en Rosas”, compuesta por Lucas, y que decía: “Informaciones falsas que empañan la visión. Madera noble, roble es mi corazón”; “No... no nos pueden comprar, no deben corrompernos”. Mientras de fondo se proyectaba un video del tema musical, sus amigos y familiares coreaban el tema.

María Luján Rey y Paolo Menghini, los padres del joven de 20 años que falleció en la tragedia ferroviaria, y su hija Lara, agradecieron mediante una carta dirigida “a toda la sociedad” el apoyo a las miles de personas que “estuvieron con la familia desde el miércoles pasado”. Además apuntaron contra “todos los responsables políticos” de “cada uno de los 51 muertos” en el siniestro.

Ambos padres se turnaban para leer los párrafos del extenso documento. En algunos tramos, la lectura fue de la hermana de Lucas. Después de los agradecimientos, criticaron a “quienes usaron nuestro reclamo y nuestro dolor”. “Los que enviaron mensajes mentirosos, los que pretendieron usar políticamente y con declaraciones altisonantes esta tragedia y los que el viernes invadieron la estación de Once pretendiendo mezclar nuestras desesperantes horas con su miseria política, con una violencia que no tiene nada que ver con nosotros y mucho menos con nuestro adorado Chimu. Sepan que su actitud fue despreciable.” “Maldita es la impunidad, tan maldita como los que usan el dolor ajeno frente a tragedias como la sucedida el miércoles último”, aseguraron los familiares de Menghini Rey.

Luego destacaron el dolor adicional del derrotero que significó la búsqueda de Lucas durante más de dos días. “Queremos que nos miren a los ojos y nos digan por qué, cómo no recorrieron exhaustivamente desde el primer momento cada centímetro de la formación”, dijo la madre de Lucas, la víctima número 51 del desastre ferroviario. “¿No alcanzaban los recursos humanos para recorrer ocho vagones? ¿O sólo fue negligencia, soberbia, imcompetencia o puja de poderes entre diferentes jurisdicciones en las cuales quedamos atrapados los ciudadanos comunes?”, agregó.

Sobre la tragedia, Paolo expresó que “sabemos que hay responsables de lo ocurrido”. Además alertó que se “sigue viajando en los mismos trenes de paupérrima seguridad como si nada hubiera pasado”. “Lucas murió por defectos evitables” en la formación, aseguró el padre de la víctima. Además, indicó que “la responsabilidad sobre la seguridad en el transporte no es de los usuarios, sino de las empresas para impedir por todos los medios los lugares vedados a pasajeros”.

La madre resaltó luego que “es una necesidad mía, como mamá de Lucas, y en la cual me acompañan el papá y el resto de la familia, expresar mi más enérgico repudio al comunicado emitido por el Ministerio de Seguridad de la Nación, encabezado por la doctora Nilda Garré, en el cual se deja entrever la posibilidad de que Lucas tenga la responsabilidad sobre lo sucedido”. El texto leído repitió una frase de aquel comunicado: “Se identificó que el cuerpo de Menghini Rey se encontraba dentro de la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros, que se hallaba en desuso y sin comunicación con el interior del mismo por hallarse las puertas clausuradas”. El comunicado oficial detalló que “este reducto había sido totalmente deformado por el impacto entre el tercer y cuarto coche, producto de la incrustación de aproximadamente 60 centímetros entre uno y otro”.

“Todos nosotros como usuarios –agregó María Luján– sabemos que en un vagón abarrotado, en el que no se puede entrar, cada uno se acomoda donde y como puede. Esta posibilidad desaparece cuando un lugar es de acceso imposible.” Y entonces señaló que “tratar de convertir a la víctima en culpable es un recurso vil, bajo, bastardo y canalla, esgrimido por quienes no tienen ni un solo argumento válido que avale su accionar, que merece el máximo rechazo de cada uno de nosotros”.

En otro tramo, los padres anunciaron que “estaremos siguiendo cada uno de los pasos hasta que tengamos una respuesta contundente, con nombres y apellidos, y seremos también quienes estemos en la primera línea pidiendo que se cumpla con la sanción que se merecen”.

Por su parte, Lara, la hermana del joven fallecido, señaló que Lucas “no murió por viajar donde viajó: al igual que las otras 50 víctimas murió porque el tren no frenó y chocó contra la Estación Once, por errores y defectos evitables”.

“En nombre de él (por Lucas), tenemos la obligación de velar por los derechos de Guadalupe Paz (hija de la víctima), puesto que su papá ya no puede hacerlo. Lucas nos dejó la misión de cuidar de su más preciado tesoro y esa responsabilidad es la que nos mantendrá el tiempo que sea necesario, luchando sin claudicar, hasta que los culpables respondan por el daño causado a las familias de tanta víctima innecesaria”, afirmó la madre de Menghini Rey.

“Lucas nos enseñó que todos somos más cuando nos agarramos, cuando nos sostenemos, cuando nos acompañamos, desde el miércoles y para siempre ese es su legado”, sintetizó su madre. El final estuvo a cargo de Lara: “Justicia para Lucas –pidió–. Justicia para cada una de las víctimas de la negligencia y la mentira.” El teatro entero aplaudió. Hubo abrazos y muchas lágrimas.

Informe: Sabrina Améndola.