“Permítanme que de modo personal exprese en nombre de Fasta nuestro recuerdo y gratitud al entonces presidente de la Asociación Germano Argentina en Bariloche, señor Erich Priebke”, dijo Aníbal Fosbery el sacerdote dominico, gran canciller de la Universidad Privada de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta) al inaugurar una sede en Bariloche. Entre los cuatrocientos invitados jueces, policías, militares, autoridades nacionales, municipales, policiales y eclesiásticas algunos se cruzaron miradas pero primó una ovación al discurso de homenaje al oficial nazi. Priebke fue extraditado y juzgado en Italia por el asesinato de 335 civiles en los suburbios de Roma, en 1944, en el episodio conocido como Masacre de las Fosas Ardeatinas.
En rigor, la trayectoria de Fosbery es coherente con esa reivindicación. El sacerdote dominico montó una estructura al margen de esa orden religiosa. Supo ser un buen amigo de José López Rega, el ideólogo y organizador de la Alianza Anticomunista Argentina, y de los genocidas de la última dictadura. Es autor de La república ocupada, un texto dedicado a denunciar “la infiltración marxista en la cultura”. Con el retorno a la democracia este sacerdote que encabezó en los ‘70 una misión clandestina junto con López Rega para comprarle armas a Muhamar Kadafi se dedicó a consolidar “su obra” en la educación. En 1996 llegó a ser elegido por el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) como representante ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau).
La Asociación Germano Argentina fue presidida por Priebke hasta el escándalo de su vinculación con la masacre, y maneja en Bariloche el colegio Primo Capraro. Desde 1995 y hasta la semana pasada, le permitió a Fasta funcionar en el mismo edificio. Además, realizaron convenios académicos para algunas carreras terciarias que dictan en conjunto, y pese a la mudanza de la universidad a su sede propia seguirán con los mismos planes de estudio. El elogio a Priebke generó polémica entre los participantes de la inauguración pero hasta anoche ningún repudio público a Fosbery.