El interventor de Trenes de Buenos Aires (TBA), Raúl Baridó, está finalizando un plan de acción con distintas medidas para “mejorar la seguridad y calidad” en los ramales Sarmiento y Mitre. Baridó, quien se encuentra al frente de todos los aspectos administrativos, técnicos y operativos de las líneas explotadas por la compañía del Grupo Cirigliano desde el martes, se reunió ayer con los representantes de los sindicatos de los trabajadores de TBA para solicitar su colaboración y apoyo. A lo largo de la jornada también mantuvo contacto con los distintos gerentes de la compañía como Roque Cirigliano, director de material rodante y primo de los propietarios de la firma.

Las tareas que pondrá en marcha Baridó en las próximas horas, explicaron a Página/12 fuentes cercanas a la intervención, van desde el desmalezamiento de las trazas y la reparación del sistema de barreras hasta el reemplazo de todas las partes de las formaciones que posean deficiencias. También se dará a conocer cómo funcionará el sistema de contingencia donde colaborarán los intendentes de los municipios atravesados por la traza del Sarmiento que pondrá transportes alternativos, como micros y colectivos, para cubrir el recorrido del tren cuando sea necesario. Comenzarán con las tareas consideradas “urgentes e importantes” dentro de una matriz de riesgo que elaboraron para avanzar en sus funciones. Por su parte, los jefes municipales también asistirán en el relevamiento del estado de las distintas estaciones.

La resolución del Ministerio de Planificación que dispuso la intervención de la concesionaria del Grupo Cirigliano especifica que el proceso durará 15 días, o el tiempo que demore la Justicia en determinar las responsabilidades de la tragedia donde murieron 51 personas y 703 resultaron heridas. El juez ya hizo saber que el proceso podría ser más extenso. El plan de acción para TBA que diseñó Baridó buscará ceñirse al lapso que figura en la resolución, pero las acciones a realizar hacen prever que el trabajo del interventor también será más prolongado, a menos que el Gobierno decida un nuevo camino a seguir.

“No va a salir ningún tren que no esté en condiciones de hacerlo”, reiteraron desde el Ministerio de Planificación. Según relataron desde esa cartera el martes por la noche, cuando Baridó ya se encontraba en funciones, una formación con problemas en el sistema de apertura y cierre de las puertas fue sacada de servicio y ayer continuaban las tareas de reparación. También retiraron dos formaciones con problemas de frenos (ver aparte). La suspensión de formaciones no es una novedad para los 300 mil trabajadores que utilizan a diario el Sarmiento.

El ingeniero Raúl Baridó es funcionario de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), el órgano de control interno del Estado, y director del Instituto Superior de Control de Gestión Política. Según resaltó el ministro Julio De Vido, el funcionario trabaja hace 34 años en distintos organismos estatales. Durante la presidencia de Carlos Menem, Baridó se desempeñó como subsecretario de Control Estratégico de la Jefatura de Gabinete.

El martes el funcionario se convirtió en el interventor de TBA. Baridó posee una oficina en la empresa, pero también utiliza las facilidades de la Sigen para organizar distintas reuniones. El funcionario es asesorado en temas ferroviarios por la CNRT y representantes de la empresa estatal responsable de la administración de la infraestructura ferroviaria (ADIF) y la Operadora Ferroviaria S.E. Distintos ministerios también colaboran en las tareas.

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