Mié 16.04.2003

EL PAíS

“En el ‘90 se robaron la Argentina y hoy algunos quieren votarlos”

La presentación de un libro de Kirchner con Torcuato Di Tella se convirtió en un reportaje público. Temas, de Menem a la Bonaerense.

El libro se llama Después del derrumbe y tiene un subtítulo que alude a los dos autores: “Teoría y práctica política en la Argentina que viene”. Uno es Néstor Kirchner, uno de los tres candidatos peronistas. El otro, Torcuato Di Tella, profesor universitario y un viejo teórico de la articulación entre el peronismo y el centroizquierda. La audiencia (ver detalle aparte), varios cientos de dirigentes de la constelación kirchnerista reunidos en un hotel del centro porteño para aplaudir fuerte las definiciones más peronistas de Kirchner y sus críticas al establishment o a Carlos Menem.
Si la presentación del libro de un candidato es usualmente un acto de campaña, esta vez resultó algo más complicado. Los autores habían invitado para hacer preguntas a tres periodistas, Ari Paluch, el columnista de Clarín Oscar Cardoso y el subdirector de Página/12 Martín Granovsky, y ninguno de los tres desperdició la oportunidad de fastidiar con preguntas a uno de los candidatos del pelotón de punta.
Cardoso dijo que no buscaba un país serio sino un país más justo. “Me parece que el problema de la Argentina hasta ahora no es que fue muy cómico sino muy injusto”, comentó antes de preguntar a Kirchner por la justicia.
“Quiero terminar con este país concentrado”, dijo Kirchner. Prometió una política tributaria distinta con prisión para el que no cumpla. También, “determinar qué hacer con la banca extranjera”, aunque no dijo qué hacer, y una fuerte inversión pública.
Granovsky dijo que Lula en Brasil había hecho una sola promesa para sus cuatro años de mandato (que los hambrientos coman tres veces por día) y preguntó si Kirchner tenía un proyecto igualmente nítido en mente.
Mostrando un vaso, dijo que no creía en la teoría del derrame, por la cual primero se crece y luego, al final, se distribuye algo.
Torcuato Di Tella dijo que Hambre Cero era un objetivo, no un programa, a lo cual Granovsky repuso que se trataba de un proyecto de reactivación.
El periodista quiso saber si, tras haber reivindicado a Roberto Lavagna y a Ginés González García, Kirchner tenía un plus sobre Duhalde, y cuál era. “El de Duhalde es un gobierno de supervivencia nacional”, contestó Kirchner, que criticó “desaciertos iniciales”. Sobre González García dijo que “la política de genéricos me parece directamente espectacular, porque les ganó a los lobbies de los laboratorios, y ningún gobierno se animó antes”.
Siguiente pregunta: “El peronismo bonaerense garantiza la estabilidad política. Pero a la vez el ex viceministro de Juan Pablo Cafiero denunció relaciones mafiosas entre algunos jefes distritales y la Bonaerense. ¿Cómo se puede hacer para mantener la estabilidad y a la vez terminar con un bolsón de impunidad como ése?”.
Respuesta del candidato (muy aplaudida por la sala): “No hay que caer en el reduccionismo de pensar que los corruptos son siempre los peronistas. Es un prejuicio. En el país hay redes y hay que combatirlas. Algunos dirigentes cometen hechos lamentables y la sociedad también. En el ‘90 se robaron la Argentina y hoy yo me pregunto cómo puede ser que tenga receptividad de un 16, 18 o 19 por ciento en intención de voto un candidato que protagonizó esa etapa”. Di Tella interpretó que en el voto declarado a Menem “hay una mitad de gente que nunca fue peronista y compró a Menem y otra mitad de peronistas con poca formación política y conexión a través de las redes clientelares”.
Sobre el final, el candidato dijo que trabajará por “un gran frente nacional para dar gobernabilidad a este país”. Recibió un pedido de definición de “gobernabilidad”. ¿Qué es? ¿Alianzas en el Congreso, puro pragmatismo, realismo político? Contestó así: “Es generar un contrato social equitativo y no este modelo concentrador. Terminar con la corrupción. Creo en el equilibrio de las cuentas fiscales, pero con la gente adentro”. Respuesta de Di Tella: “Gobernabilidad es que la gente piense que el gobierno es legítimo. Que el gobierno esté asociado aalgunos grupos de interés. No a las grandes empresas, sino a los grupos de interés populares, sin matar a los tipos del otro lado y sin infiltrados tipo López Rega”.
Ari Paluch quiso saber si es cierto que Cristina de Kirchner preguntó a su marido si estaba loco cuando anunció la candidatura.
Relato de Kirchner: “Veníamos de acompañar en el juramento al Adolfo. Ese día él quería gobernar el mundo, estaba contento. ‘Néstor, yo no duermo’, me decía. Un colega suyo, Ari, me pregunta si voy a ser candidato a presidente. ‘Y sí, voy a ser candidato’, le contesto, y veo que se le dan vuelta los ojos. Me fui tranquilo, caminando. Llego a casa y Cristina me dice: ‘¿Vos largaste la candidatura a presidente? ¿Pero vos sos loco? ¿Cuánta gente te acompaña?’. Yo la miré y le contesté: ‘Y... vos’. Bueno, así se empieza”.
En varios tramos Kirchner cargó contra Rodríguez Saá. “Después del 20 de diciembre todos estaban irresolutos, salvo uno que dijo que iba a gobernar las 24 horas y las 24 noches y duró nada más que una semana.” En otro momento criticó a “los que se proclaman nacionales y populares y lo llevan a disertar a Miguel Angel Broda a su provincia”.
Sobre Ricardo López Murphy, dijo que había sido “el ministro de Defensa del gobierno de Fernando de la Rúa y el integrante del gabinete que hizo votar la Ley Banelco” (por las coimas en el Senado).
A Menem lo criticó seguido, entre otras cosas por buscar una baja del IVA del 21 al 13 por ciento.
A muchos periodistas, por procurar “un país de sketchs y notas color”.
A Elisa Carrió no la criticó, aunque también evitó nombrarla.

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