El obispo de Bariloche, Fernando Maletti, repudió ayer las declaraciones del sacerdote Aníbal Fosbery quien el viernes último homenajeó al ex jerarca nazi Erich Priebke en la inauguración de la universidad privada de la Fraternidad de Asociaciones Santo Tomás de Aquino (Fasta). Maletti expresó en un comunicado su “rechazo a toda forma de totalitarismo y expresiones que se hagan eco de las doctrinas que avalen estas ideologías, sobre todo cuando estas estén expresadas por personas que digan pertenecer a la Iglesia Católica”.
Los elogios de Fosbery –sacerdote jefe de la Fasta– al ex oficial de las SS alemanas por ayudar a la obra de su fraternidad desataron una fuerte polémica que trascendió las fronteras locales. Ayer, el consejo asesor del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) también dejó sentada su objeción y pidió que intervenga el obispado de Bariloche “para que se investigue la conducta (del religioso) en el marco de las normas eclesiásticas”. Incluso los funcionarios exigieron a las autoridades correspondientes “que realicen un llamado de atención al sacerdote por cuanto sus manifestaciones son una apología a un criminal de guerra”. La reacción del obispado de Bariloche se plasmó en la misma tarde de ayer cuando Maletti comunicó “a la comunidad y a sus fieles el repudio”.
Otras voces furiosas surgieron del Convento de San Francisco de Santa Fe, cuyas autoridades salieron a aclarar, en una declaración firmada por Fray Mario Fuenzalida, que Fosbery “no pertenece a la orden Franciscana”. Pertenece, en cambio, a la orden dominicana.
Priebke vivió durante cuatro décadas en Bariloche. Fue extraditado en 1995 y juzgado y condenado a cadena perpetua en Italia por el asesinato de 335 civiles en los suburbios de Roma, durante la segunda guerra mundial, en un episodio conocido como la matanza de las Fosas Ardeatinas. Actualmente tiene 89 años, padece isquemia cerebral y logró que Italia lo beneficiara con arresto domiciliario, por lo que está cumpliendo la condena en su casa.