EL PAíS
› ASAMBLEA HOY A LAS 15 PARA “RECUPERARLA”
Plan de lucha por la Brukman
Después de una larga vigilia en medio de un impresionante despliegue policial, los trabajadores llamaron a asamblea para hoy y pidieron apoyo a las centrales sindicales
Después de un día de mucha tensión y una fría noche bajo la lluvia, los obreros de Brukman amanecieron ayer frente a la puerta de la planta textil de Jujuy 554. La larga vigilia fue parte del plan de lucha que comenzó el jueves por la madrugada, cuando integrantes de la Policía Federal desalojaron la fábrica tomada desde hace 14 meses por sus trabajadores. Por la tarde, en asamblea, los obreros decidieron continuar con sus acciones hasta el lunes y realizaron un llamado a todas las organizaciones sociales, piqueteras, vecinales y estudiantiles a concentrarse hoy a las 15 para intentar recuperar el control de la planta. También le pidieron a la CGT y la CTA que convoquen a un paro para mañana.
Acompañados por cientos de manifestantes que comenzaron a llegar desde temprano, los trabajadores se encontraron con que el fuerte operativo policial del viernes se había multiplicado durante la noche. El corte de la avenida Jujuy que un día antes abarcaba sólo dos cuadras ya se extendía a cuatro, de Belgrano a Independencia. También había aumentado la cantidad de móviles policiales y hasta había, a unas pocas cuadras, un camión hidrante que esperaba estacionado.
El viernes por la noche, las negociaciones entre el juez Jorge Rimondi y los obreros no habían llegado a buen puerto. A pesar del acta firmada por algunos legisladores y funcionarios porteños que reclamaba la suspensión del desalojo y el retiro de los efectivos policiales, el juez se mantuvo en su dura posición. “Voy a cumplir con lo que me ordenó la Cámara de Apelaciones. El lunes le daremos las llaves a sus dueños”, habría dicho. Ayer, los trabajadores no bajaron la guardia y continuaron con su plan de lucha. Además de la vigilia que mantendrán hasta el lunes, cuando se realizará una nueva manifestación en la puerta de la fábrica, programaron seguir en la calle “con acampe, ollas populares y festivales” y le pidieron a las organizaciones que no puedan acercarse a la concentración de hoy a las 15 que realicen cortes de calles o rutas en sus barrios.
Después de la lluvia y el frío de la noche, el sol fue apareciendo en el barrio de Balvanera mientras cientos de vecinos, asambleístas, piqueteros y militantes comenzaron a acercarse para brindar su solidaridad a los trabajadores de Brukman. Aunque no alcanzaron a reunirse los tres mil quinientos manifestantes del viernes, fueron cientos los que pasaron o se quedaron dando su apoyo. Sentados en medio de la avenida, en los bancos de la plaza de la esquina o en los cordones de la vereda, el mate y las discusiones de política fueron algunos de los puntos de encuentro. Los integrantes de las asambleas vecinales realizaron una interbarrial en la que debatieron cómo colaborar con los obreros en su lucha por recuperar la fábrica. “Hay que hacer ollas populares mientras se mantenga el corte, para no perder esta pelea por hambre”, propuso una asambleísta de Boedo. “Tenemos que lograr que se acerque más gente, hay que masificar el debate”, dijo otro de Parque Rivadavia. En lo que todos los vecinos estuvieron de acuerdo fue en subordinarse a las decisiones que tomen los trabajadores de la textil porque “su lucha es la nuestra”.
Además de los integrantes de las asambleas, las organizaciones piqueteras y de derechos humanos, y los partidos de izquierda, estuvieron presentes trabajadores de otras empresas recuperadas como Grissinópolis, Cooperativa San Justo y Cerámicas Zanon, quienes llegaron por la mañana desde Neuquén, y empleados de la línea aérea LAPA, que desde hace unos días acampan en Aeroparque para que no cierren su fuente de trabajo.
Desde diciembre de 2001, los 56 obreros de Brukman producen, bajo su propio control, trajes, sacos y pantalones. Después de entrar en concurso preventivo, sus dueños habían decidido cerrar sus puertas y despedir a los 115 empleados que trabajaban en ese entonces. Frente al riesgo de perder sus puestos, los obreros ocuparon el edificio, realizaron un inventario y volvieron a poner en marcha la fábrica a través de un sistema de autogestión, que hasta les permitió reincorporar a ex compañeros. En marzo del año pasado, la policía intentó desalojarlos, pero un masivo apoyo de los vecinos logró que los efectivos se retiraran. En noviembre se repitió la situación que nuevamente fue resistida por los empleados. Los obreros finalmente lograron a principios de año un fallo favorable de juez Enrique Velázquez, que ya no está a cargo del juzgado. Tras la causa penal iniciada por los dueños de Brukman, Rimondi, el ahora juez a cargo, ordenó el sorpresivo desalojo del viernes a la madrugada.
Más allá de los operativos policiales, la decisión del juez o las negociaciones oficiales, el objetivo de los obreros es recuperar “como sea” su fuente de trabajo. “Luchamos por esto durante un año y medio. No sólo nos están robando el trabajo, ahora también se quieren llevar nuestra dignidad”, dijo una trabajadora que durante 13 años manejó una de las máquinas que hoy está detrás de la custodia policial.
Informe: Martina Noailles.