Dom 20.04.2003

EL PAíS  › MENEM LOGRO LA FOTO QUE QUERIA CON REUTEMANN

Un abrazo del oso para Lole

El santafesino quería bajo perfil, pero el riojano no lo dejó: habló de “lealtad”, recordó que él lo “inició en política” y dijo que es “un amigo”. Así quedó la “prescidencia” de Reutemann.

Por Martín Piqué y Sonia Tessa

“Además de un gran candidato es un gran amigo”, lo definió Carlos Reutemann cuando se topó con un grupo de periodistas. Sus elogios tenían un único destinatario: Carlos Menem. Bastó con esa frase para que todas las declaraciones previas de Reutemann, en las que se jactaba de su “prescindencia” en los próximos comicios, quedaran sepultadas para siempre. Lo que pareció definir todo fue, justamente, la presencia del “amigo”, que ayer estuvo en Santa Fe para tratar de sumar votos. Para eso, nada mejor que asociarse a la imagen del gobernador. Viejo cultor de la lealtad, Menem hizo valer esos códigos: “Es un amigo, un compañero”, dijo ayer del ex Fórmula Uno, aunque lo más sugestivo lo agregó a continuación: “No se olviden que yo lo inicié en el campo de la política”.
La política, en el peronismo, tiene mucho que ver con el juego de la lealtad y las traiciones. Menem conoce bien esa combinación, y ayer se preparó para la cosecha, o sea para conseguir que el viejo aliado, Reutemann, cumpla con su deber de leal y le dé el último espaldarazo en el tramo final de campaña. Por lo que se vio, los deseos de Menem se cumplieron casi a la perfección. El riojano consiguió sacarse la foto que fue a buscar y por si acaso prometió que si gana le dará un ministerio a la provincia de Santa Fe. Desde la vereda de enfrente, Eduardo Duhalde relativizó el supuesto apoyo a Menem. “Al Lole no lo mueven ni a cañonazos”, arriesgó en declaraciones radiales.
El encuentro de Menem con Reutemann se produjo en el Canal 3 de Rosario, uno de los multimedios de la ciudad. El riojano había llegado con toda su tropa, y también con Romero, su candidato a vice. Hace más de un mes, dos de sus hombres, Alberto Riccilo y Daniel Lalín, ya habían estado en Santa Fe para avanzar en los contactos con el gobernador. En aquella oportunidad, se habían reunido con la mano derecha de Reutemann, Alberto Hammerly, quien estuvo junto a su jefe político en la cita con el ex presidente riojano. Aunque Reutemann quiso mantener el encuentro en un bajo perfil, Menem hizo obviamente todo lo contrario.
Cuando el candidato del Frente de la Lealtad llegó a Rosario, su supuesto anfitrión se encontraba en la capital de Santa Fe. Pero el ex corredor de Fórmula Uno viajó a toda velocidad a la ciudad de Central y Newell’s para encontrarse con Menem. No quería que los periodistas que estaban haciendo guardia le sacaran fotos con Menem, aunque sí se dejó fotografiar por un reportero de la gobernación. También permitió que un camarógrafo de la emisora local retratara su abrazo con Menem y Romero. La conversación con el riojano duró 35 minutos, y fue a solas. Cuando terminó el diálogo, Menem encaró hacia las cámaras y dio una conferencia de prensa. Reutemann aprovechó para fugarse por una salida trasera del canal, que pertenece al empresario Alfredo Gollán, un reconocido reutemista.
Ante los periodistas, Menem destacó el encuentro con el gobernador. “Yo me sentí muy bien en presencia de un amigo”, fue lo primero que dijo. “Hablamos de los problemas de Santa Fe, donde hay muchas obras que están inconclusas”, explicó. También aprovechó para pronosticarse un triunfo o un seguro acceso al ballottage. “Vamos a triunfar rotundamente el 27 de abril”, dijo. Y luego aseguró que “si hay ballottage quizás el adversario sea Rodríguez Saá”. Después volvió a hablar de Reutemann, cuando le preguntaron si le había ofrecido la cancillería. “Yo le he ofrecido directamente a él o por su intermedio a quienes él proponga, algún tipo de funciones o ministerios en nuestro futuro gobierno”, respondió.
El encuentro tuvo unos cuantos antecedentes. Hace un mes y medio, diversos enviados menemistas desembarcaron en Santa Fe para capitalizar el progresivo distanciamiento de Reutemann con respecto a Duhalde, Néstor Kirchner y ciertos operadores del duhaldismo, como José Pampuro y Juan Carlos “Chueco” Mazzón. Por ese entonces, Reutemann había acusado al Gobierno de quererlo extorsionar con el envío de fondos y planes sociales. Dijo que ofrecían apoyo financiero a cambio de que respaldara a Kirchneren la campaña. Los menemistas le agradecieron de todas las maneras posibles y por todas las tribunas posibles.
Con su gesto de ayer, la supuesta “prescindencia” del ex corredor se convirtió finalmente en una ayudita para sus amigos. En tren de lealtades, Reutemann tenía varias cosas para agradecerle a su mentor político. Además del impulso inicial para que se incorporara a la política, Menem influyó en forma determinante para que ocupara una de las vicepresidencias del Consejo Nacional Justicialista, en 1998. Y un año después, en 1999, desechada la re-re, Menem pensó en él para competir con Duhalde en la interna por la candidatura presidencial del PJ.
Pero no sólo Menem habló ante los periodistas. A pesar de su habitual parquedad, Reutemann respondió algunas preguntas. Aunque quiso bajarle el tono, terminó admitiendo que su invitado le ofreció “un rol preponderante en su gabinete”. Lo primero que hizo fue hablar de Menem sin siquiera nombrarlo: lo definió como “la persona que quiso ver al gobernador de Santa Fe” y dijo que reunirse con él fue un gesto similar al que tuvo con Duhalde en la campaña electoral de 1999.
–Estoy repitiendo lo que hice cuando Duhalde fue candidato en el ‘99, lo vine a ver en el mismo lugar –dijo Reutemann.
–Mucha suerte no le trajo –le recordó un periodista, en referencia a la derrota de Duhalde ante Fernando de la Rúa.

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