EL PAíS › AL REPUBLICANO LO ASESORA EL TITULAR DEL MAYOR FONDO BUITRE QUE LITIGA DESDE HACE AÑOS CONTRA ARGENTINA
El candidato de los republicanos a presidente de Estados Unidos tiene entre sus principales asesores a Paul Singer, responsable de NML Capital. Encima, podría elegir de compañero a Marco Rubio, un senador que trató de bloquear préstamos a la Argentina.
› Por Fernando Cibeira
Puede que Barack Obama no haya sido en estos cuatro años de mandato aquel gran interlocutor que algunos imaginaron para América latina en general y para Argentina en particular, pero en la Casa Rosada tienen las luces de alerta encendidas luego de la consagración como candidato republicano de Mitt Romney. Es que, de acuerdo con un reciente artículo de la revista Fortune, Romney tiene como uno de sus principales asesores y sostenes a Paul Singer, titular de NML Capital, el mayor fondo buitre que litiga desde hace años contra Argentina. A eso se le suma la posibilidad de que el republicano elija como compañero de fórmula al senador por Florida, Marco Rubio, autor de una frustrada enmienda que trató de bloquear en el Congreso norteamericano préstamos del BID y el Banco Mundial para nuestro país. “Ah, no, si llega a elegir a Rubio como vice ya mismo estoy viajando a Estados Unidos para hacer campaña por Obama”, decía, mitad en broma, mitad en serio, una alta fuente de la Cancillería.
“Tal vez ninguno de los partidarios de Romney en Wall Street será más crucial para el éxito del candidato, o tiene más influencia en su pensamiento, que Paul Singer”, revela Fortune en su artículo, también reproducido en el portal de CNN. Fiel al lema jacobino –pero del mediático Jacobo Winograd– “billetera mata galán”, Singer fue ganando influencia dentro del Partido Republicano a fuerza de donaciones. En el caso de Romney, fue uno de los mayores aportantes para el comité de acción política Restauremos Nuestro Futuro. Estos comités supuestamente “independientes” son el tongo que encontraron los millonarios norteamericanos para burlar los topes de aportes para las campañas políticas.
En el caso del siniestro Singer, los manejos financieros de doble faz son una costumbre. Por un lado, es dueño del exitoso fondo “de inversión” Elliot Management, que maneja unos 12 mil millones de dólares. Pero, en el sótano, dirige NML Capital y otras firmas creadas según la ocasión para rapiñar con la deuda de países en bancarrota, comprando a precio de saldo y buscando luego en la Justicia cobrar el ciento por ciento de esos papeles. Así lo hizo en Perú y hasta en el paupérrimo Congo. Singer se negó a ingresar a los dos canjes de deuda propuestos por Argentina –que aceptaron el 93 por ciento de los acreedores– y busca desde hace años cobrar 650 millones de dólares embargando fondos del Banco Central depositados en Nueva York, para lo que no repara en gastos.
Fortune destaca un reciente informe de Singer a los inversores de su fondo. “Hemos hecho significativos progresos en el frente legal en la situación Argentina, y esperamos salir del atascamiento en 2012 o poco después”, se restriega las manos. Como explica el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, “Singer es el creador y financista de American Task Force Argentina, una entidad abocada exclusivamente a hacer lobby a favor de sus intereses contra la Argentina”.
El senador Marco Rubio es uno de los políticos republicanos que suelen beneficiarse con los aportes de Singer. Desinteresado, él responde siendo el principal lobbista de los fondos buitre en el Parlamento norteamericano. La “enmienda Rubio” buscó que Estados Unidos bloqueara la llegada de préstamos de organismos internacionales a la Argentina hasta que no cancelara la deuda de los bonistas que quedaron afuera del canje. El Congreso norteamericano no la trató.
Rubio, de 40 años, furioso anticastrista y antichavista, es popular entre los latinos de Florida, un voto clave para la elección de noviembre. Por eso, los medios norteamericanos insisten en las últimas semanas en colocarlo en la pole position como vice para la fórmula republicana. Para reforzar sus posibilidades, Rubio viene ofreciendo charlas públicas para exponer sus ideas, como hizo el miércoles pasado en la Brookings Institution, un centro de investigaciones políticas. Entre otras cosas, consideró que casos como los de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia –esta vez dejó afuera a Argentina– muestran que líderes electos de manera democrática pueden usar su poder para “abusar” de sus pueblos y “atacar” sus libertades fundamentales. “Muchas naciones latinoamericanas parecen haber olvidado sus propias luchas contra los regímenes autoritarios y permanecen calladas mientras en Cuba se niega la libertad y en países cercanos se ataca la democracia”, se despachó.
Tiempo atrás, Cristina Kirchner reconoció la “decepción” de la región con la administración demócrata de Obama. El jefe de la Casa Blanca, en lo sustancial, no modificó el desinterés de Washington por su patio trasero característico de las últimas épocas. Pero tampoco encabezó iniciativas provocativas y se preocupó por mantener un trato amable más allá de las diferencias de coyuntura, como quedó demostrado en el reciente encuentro que mantuvo con la presidenta en Cartagena de Indias.
Pero la perspectiva cambia por completo de sólo imaginar al republicano Romney de presidente, con el “enmendador” Rubio de vice y el “buitre” Singer como cerebro financiero. “Son de lo peorcito de la política norteamericana, representan a los sectores más conservadores y retrógrados”, aseguraban en la Cancillería argentina. Si esta temible combinación se confirma, anticipan que prenderán velas por la reelección de Obama. Aunque sea, que todo siga como hasta ahora.
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