El jefe de Gobierno porteño manifestó anteayer, en conferencia de prensa, que el gobierno nacional buscaba “fundir” a la Ciudad. Luego repitió el mismo discurso en sendos programas de televisión, con los periodistas Alfredo Leuco y Marcelo Longobardi. “No han hecho una sola obra pública en diez años, esto abarca a Ibarra y Telerman. Ni una obra que le sirva a la gente en una década. Este es el gobierno menos federal de la historia”, dijo Macri sin interpelación alguna. ¿Será así? En 2011, el gobierno nacional invirtió en la Ciudad más de 10 millones de pesos en la construcción de los reservorios de detención temporaria del drenaje pluvial en la Cuenca Matanza-Riachuelo. Además, están en ejecución 22 obras relacionadas con el plan de urbanización de villas y asentamientos precarios que se encuentran sobre la misma cuenca. También se realizaron inversiones referidas a las “cañerías maestras” por donde circula el agua potable, dentro de la propia CABA.

El año pasado, la administración nacional finalizó tres escuelas, mientras que otras cuatro siguen en ejecución, y concluyeron diez obras relacionadas con la infraestructura educativa (entre la UBA y UTN) y existen todavía nueve en ejecución (UBA y el Instituto Nacional del Arte). La Inversión Real Directa en el trienio 2010-2012 será de 1600 millones de pesos, que impactará de manera directa e indirecta en los ciudadanos de la CABA. Toda esta información surge de la Dirección Nacional de Inversión Pública del Ministerio de Economía y del Plan de Obras Públicas del Bicentenario del Ministerio de Planificación.

“Se la pasan anunciando por Fútbol para Todos las obras de todo el país, no sé si será verdad, en la Ciudad no hay ni una”, sostuvo Macri anteayer. De la mirada centralista del jefe de Gobierno porteño surgen las siguientes preguntas: ¿qué entiende por obras públicas, cuál es su criterio de beneficiario y qué es el federalismo? Según el Plan de Obras del Bicentenario, del total de trabajos realizados en universidades y centros de investigación, el 10 por ciento fue hecho en la CABA.

“Es verdad que la última vez que se modificó la ley de coparticipación fue en 1983. Pero también hay que mirar el gasto público. Las inversiones que se realizan en los edificios repercuten de manera directa en los usuarios de esos espacios y de manera indirecta en todos los prestadores de servicios contratados para esas obras. El gasto impacta acá”, indicó a Página/12 Juan Carlos Tomasetti, asesor de la Comisión de Presupuesto en el bloque del FpV.

El Centro Cultural del Bicentenario, ubicado en el viejo edificio del Correo Argentino, ya recibió una inversión de 460,4 millones de pesos, según los datos de la Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo. En el trienio 2012-2014 se erogarán 686,4 millones de pesos. Según el Ministerio de Planificación, la obra involucrará 741 puestos de trabajo directos.

También podría destacarse la construcción de desagües pluviales del acceso Norte a la Capital y de la Avenida General Paz, y la construcción del aliviador del arroyo Cildáñez, con una inversión de 150 millones de pesos para el período 2010-2012. Quizá lo que más contradiga al discurso de Macri es la ampliación de la línea E del subte. Si bien el actual jefe de Gobierno porteño había prometido 10 kilómetros de nuevas vías subterráneas por año, el único trayecto que está en proceso de expansión es la línea E, financiada por el Estado nacional. Esta ampliación demandará 370 millones de pesos de inversión, con la creación de 550 puestos de trabajo.

Las afirmaciones de Macri de que no se han realizado obras públicas en la Ciudad con dinero de la Nación caen en saco roto cuando se chequea la información del gasto devengado a la actualidad en los sitios oficiales del Ministerio de Economía. También cae en saco roto la idea de que “éste es el gobierno menos federal de la historia”.

“Lo que dice Macri no tiene mucho fundamento, por ejemplo la carretera Rosario-Córdoba se hizo con recursos nacionales. Este Gobierno tiene un sentido integrador mayor (que otros). A través de toda la historia, siempre ha habido una lucha de carácter centralista por parte de Buenos Aires para manejar los recursos, como la aduana. Hubo 3000 muertos en esta historia. Este Gobierno tiene una mirada diversificadora de la economía”, concluyó, en diálogo con Página/12, Norberto Galasso.

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