Mar 22.05.2012

EL PAíS  › EL MINISTERIO DE JUSTICIA OFRECE CIEN MIL PESOS POR EL REPRESOR

Una recompensa por Wolk

Juan Miguel Wolk fue jefe del centro clandestino conocido como Pozo de Banfield. Hace diez días se fugó de su arresto domiciliario, antes de que lo enviaran a una cárcel. Justicia ofrece una recompensa a quien aporte datos.

El Ministerio de Justicia anunció una recompensa de cien mil pesos a quienes aporten información útil para encontrar al represor Juan Miguel Wolk, quien se fugó del arresto domiciliario que cumplía en su casa del barrio marplatense de Punta Mogotes antes de que fuera encerrado en prisión otra vez. Así lo definió ayer la cartera que conduce Julio Alak con el objetivo de profundizar las medidas para detener nuevamente al policía retirado de 77 años, quien durante la dictadura se desempeñó como jefe del centro clandestino de detención conocido como Pozo de Banfield.

La recompensa ofrecida por el Ministerio de Justicia fue establecida por un plazo de doce meses, mediante la resolución 798 publicada ayer en el Boletín Oficial. La noticia sobre la fuga del oficial retirado, conocido en su labor genocida como “el Nazi” y “el Alemán”, se difundió hace diez días, luego de que efectivos policiales lo fueron a buscar a su vivienda de la calle Benedetto Croce 3045 de Mar del Plata, donde cumplía arresto domiciliario por un beneficio que le había concedido el juez federal platense Arnaldo Corazza, y no lo encontraron.

El represor actuó como jefe del campo de torturas y muerte cuando pasaron por allí los diez estudiantes de la Noche de los Lápices, de los cuales seis desaparecieron y cuatro sobrevivieron, entre otros cientos de detenidos desaparecidos. Su detención había sido dictada por el mismo magistrado luego de que la Suprema Corte bonaerense revocara la decisión del juez de primera instancia y ordenara que el ex comisario mayor vaya a una cárcel común por estar procesado por delitos de lesa humanidad.

En la década del ‘80, Wolk fue condenado a 25 años de prisión, pero en 1987 evitó ese castigo por las leyes de punto final y obediencia debida. En 2000 fue requerido por el juez español Baltasar Garzón para su extradición y juicio en la Audiencia Nacional de Madrid, junto a otros 80 represores de la dictadura, aunque el gobierno de Fernando de la Rúa no atendió aquella solicitud.

Indultado y fuera de la jurisdicción del juez español, Wolk siguió escapando a la Justicia. Cuando el Juzgado Federal Nº 3 lo citó para que diera testimonio en los llamados “Juicios por la Verdad” (no penales), presentó una falsa acta de defunción suya, que el tribunal dio por válida. Sin embargo, Marta Ungaro, hermana de Noemí, una de las adolescentes platenses que estuvo detenida en el Pozo de Banfield y que aún permanece desaparecida, denunció ante Corazza que el represor estaba vivo, que vivía en un chalet próximo a la playa y cobraba su jubilación de comisario retirado. Wolk era vecino en Punta Mogotes de su camarada y superior en la represión de la dictadura, el ex jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense y ex comisario Miguel Etchecolatz, de 83 años, quien en 2007 fue condenado a reclusión perpetua.

Como no hubo diligencia judicial, los deudos de Ungaro filtraron los datos a un periodista marplatense, quien reveló que “el Alemán” aún vivía y lo hizo público en artículos, por lo cual Wolk fue detenido. En esta ocasión, Corazza actuó, pero le dio el beneficio del arresto domiciliario, que luego aprovechó para fugarse.

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